Especial
Los últimos días “secretos” de George Harrison y sus últimas palabras a Ringo Starr
El 12 de Noviembre de 2001, los tres Beatles comieron juntos por última vez
Era el más joven y tímido de los Beatles y se había retirado del foco mediático muy pronto. Mantuvo su privacidad hasta el último suspiro. Poco trascendió de su enfermedad, aunque se especuló mucho. En el verano de 2001, la prensa británica aseguraba que su muerte era inminente. A pesar del secretismo, con el tiempo se supo cómo habían sido los últimos días de George Harrison. Lo contaron sus amigos y allegados. Por ejemplo, Ringo Starr, muy emocionado, desveló las últimas palabras que le dijo cuando le visitó en Suiza. Paul McCartney también recordó el día que estuvo con él en Nueva York. El Beatle tranquilo falleció el 29 de Noviembre de 2001. Tenía 58 años.
"La muerte es solo donde cae traje y te pones otro. En este nivel no se puede ver, pero todo va bien. No te preocupes", decía George Harrison según publica The Beatles Bible.
“No quería tener ninguna obligación”, decía su mujer, Olivia, en la revista Rolling Stone. “Seguía escribiendo y grabando canciones en el estudio de casa, pero rechazaba cualquier oferta para aparecer en entregas de premios o para casi todo… solía decir, ‘Me he retirado de todo. No me importan los discos, ni las películas, ni aparecer en televisión ni en nada de eso”. Pero en Julio de 2001, el explorador espiritual que buscaba la privacidad de su vida, se indignó mucho cuando la prensa publicó que su muerte era inminente. Devastado, se vio obligado a emitir un comunicado desmintiendo esa información que catalogó de “insustancial, falsa, desconsiderada… especialmente porque Mr Harrison está activo y se siente muy bien a pesar de los problemas de salud que ha tenido este año”.
Aseguraba en el escrito que su mujer y él se sentían “decepcionados y disgustados” y pedía a sus fans que no se preocuparan por las noticias. Lo cierto es que en ese momento estaba recibiendo radioterapia por un tumor cerebral en una clínica suiza. Meses antes, le habían extraído un tumor de uno de sus pulmones en la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota. Y ya en 1997, Harrison había superado (con cirugía y radioterapia) un cáncer de garganta (“Exclusivamente por fumar. Dejé los cigarrillos hace muchos años, pero había empezado de nuevo y después volví a dejarlo"). El último tratamiento lo recibió en Nueva York, en el Hospital Universitario de Staten Island, donde le trataron el tumor metastásico en el cerebro que se había extendido desde el pulmón.
En Noviembre de 2001, los médicos le dijeron que no le quedaba mucho tiempo de vida. George Harrison tuvo claro que no se recuperaría y tomó varias decisiones: una de ellas fue la de ver por última vez a sus amigos Paul y Ringo. El 12 de Noviembre, en un hotel de Manhattan, se produjo el último encuentro de los tres ex Beatles. Durante horas bromearon y George se sintió feliz. También hubo algunas lágrimas, pero sobre todo risas y buen ánimo. Un amigo explicó en Express: "George estaba claramente mejorado por la tarde. Estaba sonriente, feliz y parecía encantado de ver a sus amigos. En lo más profundo sabía que estos eran sus últimos momentos juntos y se dio cuenta de que magnífica vida habían pasado juntos".
Además de este encuentro en Nueva York, Ringo Starr se había reunido con George en su casa de Suiza, como relata en el documental de Martin Scorsese 'George Harrison: Living in the material world'. Emocionado, el batería desvel lo que George le dijo durante esa visita, sus últimas palabras. “Las últimas semanas de la vida de George, estaba en Suiza y yo fui a verle y él estaba muy enfermo, solo podía estar acostado. Yo me iba a ir a Boston, porque mi hija tenía un tumor cerebral. Y le dije, 'Bien, ya sabes, tengo que ir a Boston’, y el respondió, '¿Quieres que vaya contigo?'. Fueron las últimas palabras que le escuche decir. Ese era el lado increíble de George”.
Ringo contó esta agridulce anécdota más veces. Y siempre emocionado hasta las lágrimas. De nuevo, la rememoraba en Cosmic Magazine: “Soy como un viejo llorón. Él estaba ahí tumbado muy enfermo y me dice que si quiero que me acompañe. Se estaba muriendo. ¿Cuánta gente te dice cosas tan grandes como esa?. Verdaderamente se estaba entregando”.
La hija de Ringo, Lee Starkey, se enfrentaba entonces a su segundo tumor cerebral. El primero lo superado seis años antes. Afortunadamente, también se recuperó del segundo y hoy es una feliz madre de trillizos.
Otra de las determinaciones que George tomó entonces fue la de no morir en un hospital. Junto a su amigo, Gavin de Becker, planeo un funeral secreto. Sin decírselo a nadie embarcó en un jet privado hacia el aeropuerto de Santa Mónica, en Los Ángeles. Desde allí, se dirigió al Centro Medico UCLA, donde recogió algunos medicamentos para aliviar el dolor. Se instaló en una casa aquilada - y después comprada - por Paul McCartney. Falleció el 29 de Noviembre de 2001, a las 1.20 p.m. Fue incinerado en un ataúd de cartón 10 horas después. Su familia esparció sus cenizas por el Rio Ganges en una ceremonia privada.
En los círculos musicales, la gravedad de la enfermedad de George era un secreto a voces. Ronnie Wood reveló que los Rolling Stones le habían enviado un mensaje de ánimo la semana antes de su fallecimiento. Sus amigos se quedaron realmente desolados. “Estoy devastado y me siento muy triste”, dijo McCartney en Hotpress. “Sabía que llevaba enfermo mucho tiempo. Era un tipo encantador y un hombre muy valiente y tenía un maravilloso sentido del humor. Recuerdo todos los momentos hermosos que pasamos juntos y me gustaría recordarle así, porque sé que así le gustaría ser recordado. Todo el mundo le echará de menos”.
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Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop