¿A quién pertenece el lujoso reloj que robaron a John Lennon? La justicia ha hablado

Yoko Ono le regaló un exclusivo cronógrafo cuando el exBeatles cumplió 40 años

Yoko Ono y John Lennon, en noviembre de 1980, pocas semanas antes del asesinato del músico. / Jack Mitchell

Cuando John Lennon cumplió 40 años, Yoko Ono, su esposa, le obsequió con un reloj de lujo, de la firma Patek Philippe, modelo 2499, comprado en Tifanny’s, valorado entonces en 25.000 dólares. Dos meses después de recibir el regalo, el exBeatles fue asesinado. Yoko Ono guardó todas sus propiedades en su casa, pero pasado el tiempo, el reloj desapareció. Recorrió un periplo de décadas que lo llevó a Turquía, Alemania, Suiza, Italia… Cambió de manos y de dueños. ¿De quién es hoy el reloj?

No era Lennon muy amante de los relojes; en el amplio catálogo de fotos de la agencia Getty en muy pocas aparece con este accesorio. Pero aquel regalo de cumpleaños fue muy especial: de esfera blanca, caja dorada y correa de cuero, tenía impresa por detrás la inscripción: “(Just like) starting over. Love Yoko. 10/9/1980. NYC”. Lo que en castellano significa: “(Justo como) comenzar de nuevo. Con amor, Yoko”. (Just like) starting over era la canción que abría Double fantasy, el disco que Lennon acababa de grabar.

Pero el 8 de diciembre de 1980, Lennon murió a causa de los disparos que un admirador trastornado llamado Mark David Chapman le infligió a las puertas del edificio Dakota, en Nueva York, donde el músico y su pareja vivían. Su viuda, reconocida artista plástica y no menos portentosa calculadora, redactó un completo informe con todos los bienes que habían pertenecido a Lennon y a partir de ese momento eran suyos. Completado el listado, reunió esos objetos y los confiscó en su domicilio.

Pasaron 26 años… La pareja había tenido contratado a un chófer turco llamado Koral Karsan. En 2006, este hombre empezó a extorsionar a Yoko Ono, amenazando con difundir fotos privadas si no recibía una considerable cantidad de dinero. Ono, reputada artista plástica, soberbia calculadora y espléndida mente fría, no flaqueó y puso el caso en manos de la policía. Karsan fue detenido y juzgado; encontrado culpable, fue deportado a Turquía. Pero en su maleta se llevó, entre otros bienes, el dichoso reloj.

A punto de ser subastado

No tenía intención este chófer de colgarlo de su muñeca. Lo que hizo en su país de origen fue dárselo a un amigo que vivía en Berlín a cambio de un préstamo para comprarse una casa. Así, el reloj pasó a la capital alemana, donde este nuevo “propietario” resolvió que lo mejor que podía hacer con él era venderlo. Para ello, contactó con una empresa de subastas on line. El director de la compañía pensó que subastar un reloj que había pertenecido a John Lennon le daría inopinada publicidad, por lo que se volcó en el asunto: pagó un viaje del chófer a Berlín para que certificara que había estado en poder de Lennon y contactó con el fabricante suizo para que extendiera un documento en el que figurase que no había sido robado.

La última imagen de John y Yoko antes de la tragedia.

La última imagen de John y Yoko antes de la tragedia. / Brenda Chase

Cuando todo parecía hecho, el tipo que vivía en Berlín se echó para atrás. De modo que el ejecutivo de la empresa de subastas ideó un sistema a fin de conseguirlo: localizó a un coleccionista de relojes italiano para que, en lugar de subastarlo, el objeto lo comprase él. A cambio, este hombre entregó a la compañía varios relojes de su colección.

Sabedor de lo que tenía entre manos, a este coleccionista italiano se le hizo la boca agua. A fin de conocer cuánto podía obtener con la pieza, contactó con la prestigiosa casa de subastas Sotheby’s en Ginebra. Mostró el reloj a un empleado…, y este levantó la liebre. Como a cualquiera con dos dedos de frente, la historia de un reloj de Lennon le sonó rara, de modo que llamó al abogado de Yoko Ono en Nueva York y este telefoneó a su clienta, que fue entonces cuando se enteró de que el Patek Philippe había sido sustraído hacía un montón de años.

El caso saltó a los medios en 2023, y Yoko Ono, que además de ilustre artista plástica, feroz calculadora y mente fría es una mujer muy resuelta, inició un proceso judicial en Suiza, de donde venía el problema, para reclamar lo que consideraba suyo. En todo este tiempo (han pasado 44 años del asesinato de Lennon), la primera compañía de subastas ha quebrado y el chófer turco se halla en paradero desconocido. Pero el juicio ha seguido su curso, y en última instancia el juez ha decretado hace escasos días que el preciado reloj es propiedad de la viuda de Lennon. En la actualidad, está valorado en 4,5 millones de dólares.

Miguel Ángel Bargueño

Es periodista y escritor: ha publicado varios...