Ricky Merino, entre la rabia y el amor en 'Dopamina': "La gente tiene una idea muy equivocada de lo que es la fama"

El 4 de diciembre de 2017 acababa para muchos el sueño de Ricky Merino, aunque en realidad solo estaba empezando. El mallorquín, en su día el más mayor de toda la tropa de concursantes de Operación Triunfo 2017 y con unas claras tendencias noventeras en sus influencias musicales, no convencía al público con su versión del Let me entertain you de Robbie Williams frente al Quién de Pablo Alborán interpretado por Cepeda. Puede parecer lejano, pero lo cierto es que este pasado está más presente que nunca.

Porque siete años después publica Dopamina, un segundo disco que le ha costado mucho hacer. Y literalmente, porque ha sido un trabajo que le ha puesto en todos los puestos de la cadena de montaje: "Yo ahora mismo soy empresario. Me lo considero porque estoy vendiendo mi disco: he hecho la página web, he hablado con la fábrica que iba a mandar los CDs, los vinilos...", cuenta.

Y es que Ricky ha hablado con LOS40 de un disco que llega en el momento correcto porque así lo ha decidido él, principalmente. Su contexto vital es el indicado, y surgió de la manera más inesperada: "Me he sincerado mucho. También te digo que es que este disco ha salido de ir mucho a terapia, he estado mucho yendo en estos últimos años. Es verdad que siempre he escrito toda la vida, y me he desahogado escribiendo; y mi terapeuta me animaba a que escribiese por temas que ocurrían, tanto que me atormentaban como que me alegraban. Todo lo bueno y lo malo. Y escribía mucho. Y a la hora de escribir, al final me había dado cuenta que todo eso lo podía transformar en canciones y son extremadamente personales por eso", desvela.

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Su primer single, Superstar, es fruto de esas sesiones tan sinceras. Tal vez, demasiado: "Se las enseñaba primero a mi psicólogo y él me decía si estaba seguro de querer sacarlas. Me decía: “Pero esto lo puedes hacer para ti, pero a lo mejor no tienes por qué compartirlo con la gente”. Y era como “no, pero si ya las hago ya lo comparto, no me da tanto miedo”. Pero sí que hay canciones que escribo desde el amor, desde la sinceridad, también la rabia... desde la frustración.". Quizá esto sea clave a la hora de afrontar el lanzamiento, el pasado 22 de noviembre, ya que no hubo miedo, sino "un alivio total y absoluto".

"Sí que tuve un momento ya hace años en el que cuando sacaba una canción o cuando saqué el primer disco sí que tenía, como mucho, miedo a la reacción del público. A cómo iba a funcionar. . Y ahora mismo no las no las siento tampoco, estoy muy seguro de lo que he hecho, estoy muy contento y me gusta mucho", comenta sobre Dopamina. Pero ¿qué hay detrás de este segundo disco? Él mismo nos lo cuenta.

Superstar, un inicio de desahogo absoluto

Se ríe al preguntarle si Superstar y Dopamina entran dentro de una especie de Reputation Era a lo Taylor Swift, algo que admite. "Es verdad que en Superstar es muy cañera la letra, es verdad, lo sé (se ríe) que ahí tiro balas hacia fuera. Hablo un poco de la industria y cómo veo yo que funciona después de estos años", comenta. "Pero es verdad que no todo el disco va en esa dirección, también hay momentos de sincerarme muy personales. Por ejemplo, hay una canción con mi chico (Amantes de contrabando) en la que directamente hablamos de cómo nos conocimos y cómo fue empezar una relación que comenzó siendo muy trambólica, y luego se ha afianzado en una cosa muy bonita. O sea, que hay de todo".

La dopamina es una sustancia química vinculada a la felicidad, algo que sí parece estar vinculada a una canción sobre el amor en pareja, ¿pero cómo se vincula ese éxtasis con algo que pincha tanto como la rabia de Superstar? "En el desahogo también. O sea, las cosas que te hacen desahogarte La dopamina es la hormona de la felicidad, que se desarrolla cuando, por ejemplo, estás jugando a un videojuego. Hay gente que juega a videojuegos que son súper violentos y aún así eso se le segrega en el cerebro, algo que les hace desahogarse. Y haciendo deportes que son muy bestias, como el CrossFit. Con Superstar me salía decir, “estoy enfadado”, así que quiero hablar un poco de cómo veo que funcionan las cosas", explica.

"No puedo ir en contra de ellas, pero sí que puedo hablar libremente de ellas, ¿no? Me voy a desahogar entonces. Hay frases de Superstar que se me llena la boca de de decirlas, eso me genera dopamina también. Cantar siempre cosas bonitas y bien-quedas pues es verdad que sí, que puede ser bonito, pero también cantar una canción desde el enfado, desde la rabia… el pop está lleno de canciones así. Imagina que estás en el coche y te apetece desahogarme, eso también genera dopamina", prosigue.

No pasamos por alto esas frases que menciona. Dicho tema tiene versos tan chocantes como “Decidiste ser famosa / Y te colaron otra cosa” o “ser real no compensa sin ganar”, que por supuesto explica a este medio: “La gente tiene una idea muy equivocada de lo que es la fama”, dice, explicando cómo el mismo pensaba que ante la luz de los focos era imposible que hubiera oscuridad. Y la hay, claro. “No soy una persona extremadamente conocida, pero es verdad que todavía voy por la calle, y que me puedan reconocer, aún me da un poco de inseguridad”.

Pese a esto, este inicio de etapa no es lo más fuerte que se puede escuchar en el álbum, que ya está disponible en plataformas. "Hay una que creo que es más bestia. O sea, Superstar al fin y al cabo no deja de ser una reflexión sobre como yo percibo que funciona la industria musical, pero es una percepción y está todo llevado también a un mundo hipotético como es el videoclip (dirigido por Fran Granada, exagera una condición de "estrella acabada" con muchos elementos vistos en su carrera). Pero luego el último tema del disco, que se llama Puta pereza y que es el cierre, es una canción que le he escrito mis haters directamente", desvela.

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"Ahí no hay doble lectura. [...] A mí me la gente me dice que tengo que pasar, que si la gente se mete contigo en redes pasa, e intentas pasar y es verdad que para sobrevivir intentas que no te afecte. Pero luego hay días en los que te pilla con la guardia baja y lees unos comentarios y te afectan. Y hay momentos en los que de repente, esto lo hemos vivido todos, en los que ocurre algo y de repente son personas hablando y atacándote", explica.

Lo ilustra con una experiencia reciente: "Después de quedar para comer con mis compañeros Roi (Méndez), Ana (Guerra) y Cepeda fuimos a comer, nos hicimos una foto y me acuerdo que de repente hubo como muchísimos mensajes metiéndose conmigo por esa foto. Y me fui al estudio, y dije, ostras. Quiero escribir una canción, quiero desahogarme. En vez de publicar un hilo de tuits diciéndoles, "¿por qué hacéis esto?", pues voy a escribir una canción. Y eso es con lo que cierro el disco".

Un disco, una evolución

Centrado en este segundo lanzamiento, lo cierto es que no ha habido diferencia en cuanto al poder creativo de Ricky en él. "La única diferencia es la parte económica. El primer disco lo pagaba una major y el segundo lo he pagado yo. Esa es la única diferencia entre cómo se ha hecho uno y otro. Porque la manera de ir yo a componer, a escribir, elegir a la gente con la que trabajar... está hecha de la misma manera tanto en uno como en otro".

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Dopamina tiene trece canciones que resultan una mezcla de pop, R&B, disco y hasta rock alternativo, y con temáticas que saltan desde la mencionada rabia hasta el amor, pasando por unos paralelismos de su propia carrera puestas en metáforas tan sutiles como directas. ¿Está pensando ya en el tercero? "Tengo un tema, pero voy a disfrutar este. Pero habrá, eso seguro", concluye, muy certero.

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