Muere Vargas Llosa a los 89 años y sus hijos confirman que no habrá ninguna ceremonia pública
El Premio Nobel de Literatura fallece en su tierra, rodeado de los suyos

Mario Vargas Llosa, en una conferencia en el Instituto Cervantes de Madrid (2023). / SOPA Images
El pasado 28 de marzo, Mario Vargas Llosa cumplió 89 años. Pero no llegará a los 90 porque este domingo ha fallecido en Lima. Así lo han confirmado sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana que han hecho público un comunicado.
“Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá. Procederemos en las próximas horas y días de acuerdo con sus instrucciones”, comunicaban sus hijos.

“No tendrá lugar ninguna ceremonia pública. Nuestra madre, nuestros hijos y nosotros mismos confiamos en tener el espacio y la privacidad para despedirlo en familia y en compañía de amigos cercanos. Sus restos, como era su voluntad, serán incinerados”, rezaba ese mismo comunicado.
Su despedida ha ido llegando poco a poco. Con su última novela, Le dedico mi silencio, publicada en 2023 le decía adiós a la ficción. Dos meses más tarde se despedía también de Piedra de toque, su tribuna periodística, desde 1990, en El País.
“Por su cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”, la Academia Sueca de las Letras le concedía, en 2010, el Premio Nobel de Literatura que tanto tiempo se le había resistido.
Por aquel entonces tenía 74 años y llevaba desde los 23 sin dejar de escribir y publicar. Una prolífica y larga carrera en las letras que nos ha dejado obras tan aclamadas como La fiesta del chivo (2000).
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Mario Vargas Llosa: del boom latinoamericano al Nobel, con escala en la política
Si el mundo literario tuviera su lista de los 40 principales, Mario Vargas Llosa tendría un lugar asegurado desde hace décadas. Nacido en Arequipa, Perú, en 1936, su historia no empieza con tinta y papel, sino con una infancia marcada por el reencuentro con un padre autoritario al que creía muerto. De ahí, quizá, saldría esa mirada crítica y a veces dura que recorre toda su obra.
Antes de ser escritor fue periodista, locutor de radio, y hasta estudiante de derecho. Pero su corazón ya estaba con la literatura. En 1959 se instaló en París, donde trabajó de todo mientras escribía. Su gran despegue llegó en 1963 con La ciudad y los perros, una novela que sacudió las letras hispanoamericanas con su mirada feroz sobre la educación militar. No solo ganó premios, también se ganó enemigos: el libro fue quemado públicamente en el colegio militar Leoncio Prado, el mismo donde estudió.
Ese fue el pistoletazo de salida para una carrera que solo iría en ascenso. Obras como La casa verde, Conversación en La Catedral o La guerra del fin del mundo lo consolidaron como una de las voces más potentes del llamado ‘boom latinoamericano’, junto a figuras como García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes. Aunque, ojo, con Gabo acabó literalmente a puñetazos, pero esa es otra historia.
A diferencia de algunos de sus colegas, Vargas Llosa no se quedó solo en la ficción. Ha sido un feroz analista político, defensor del liberalismo, crítico del populismo y del autoritarismo de cualquier color. Tanto así que en 1990 se lanzó a la presidencia del Perú. Perdió frente a Alberto Fujimori, pero su incursión marcó un antes y un después en su imagen pública. Pasó de ser solo el escritor a convertirse en un intelectual comprometido, polémico y presente en el debate público.
Sus novelas, siempre ambiciosas, han recorrido temas como el poder, la corrupción, la sexualidad, la historia y la libertad individual. En La fiesta del chivo se mete de lleno con la dictadura de Trujillo en República Dominicana; en Travesuras de la niña mala, se pone más nostálgico y sentimental, sin dejar de ser irónico. Y sí, a veces le llueven críticas por su postura ideológica, pero también premios.
Amado y criticado, pero nunca ignorado, Vargas Llosa es uno de esos nombres que ya están tatuados en la historia de la literatura. Como un hit que, aunque pasen los años, sigue sonando fuerte.
Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler: amor, lujo y portadas
En 2015, Mario Vargas Llosa sorprendió al mundo cuando se hizo pública su relación con Isabel Preysler, icono del corazón en España y ex de Julio Iglesias y Miguel Boyer. El Nobel peruano, que llevaba décadas casado con su prima Patricia Llosa, confirmó poco después su separación y comenzó a aparecer en las revistas junto a Isabel. Fue una pareja mediática al cien por cien: eventos, viajes, cenas con realeza y mucho foco mediático.

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, en San Lorenzo de El Escorial (2022). / Europa Press Entertainment

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, en San Lorenzo de El Escorial (2022). / Europa Press Entertainment
Durante más de siete años fueron inseparables en público, mezclando la alta literatura con el glamour de la prensa rosa. Él hablaba de amor con entusiasmo y no le molestaba posar para ¡Hola!; ella, elegante y acostumbrada a los flashes, parecía tenerlo todo bajo control. Pero en diciembre de 2022, la historia terminó. Sin escándalos, pero sí con cierto revuelo, Vargas Llosa volvió al círculo familiar y se reencontró con la discreción.
“La muerte a mí no me angustia. Hombre, la vida tiene eso de maravilloso: si viviéramos para siempre sería enormemente aburrida, mecánica. Si fuéramos eternos sería algo espantoso. Creo que la vida es tan maravillosa precisamente porque tiene un fin”. Son palabras del propio Vargas Llosa que ahora se recuerdan en redes sociales.