Las autoras de ‘Dirty Diana’ convierten el podcast de Demi Moore en novela: “No se hablaba del placer femenino ni de cómo darte placer a ti misma”
Hablamos de sexo, deseo y música con las autoras norteamericanas Shana Feste y Jen Besser

Demi Moore, en la after party de Vanity Fair de los Oscar 2025. / Lionel Hahn
Shana Feste y Jen Besser son amigas desde la infancia y han sacado adelante varios proyectos juntas. El último, Dirty Diana una saga de novelas inspiradas en el podcast que crearon hace cinco años con Demi Moore como protagonista y que fue nº1 en Apple.
Shana es guionista y directora de cine y Jen es editora de ficción y han formado un tándem para hablar de sexo, un tema que todavía resulta tabú en muchos lugares y que incluso a ellas les ha generado algunas dudas y miedos. Pero la acogida que han tenido demuestra que hay interés por estos temas.
Su protagonista es una mujer que de joven pintaba inspirada en las conversaciones sobre sexo que tenía con mujeres. Pero poco a poco fue abandonando sus pasiones para centrarse en su matrimonio y su familia. Hasta que llega un momento que es consciente de que eso no le llena y llega el conflicto.
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Hemos hablado con las autoras, que ahora viven a miles de kilómetros la una de la otra, vía zoom y hemos descubierto que tienen mucha sintonía y ciertas conexiones musicales que han llamado nuestra atención.
Pregunta: Amigas desde que teníais 12 años, ¿a esa edad ya hablabais de sexo?
Jen Besser: Éramos bastante tímidas, la verdad es que no, no hablábamos de eso. Pero, cuanto más amigas nos hacíamos más hablábamos del tema, qué sería, cómo sería… Estábamos en clase de salud juntas e, incluso entonces, que separaban chicos y chicas, decíamos, ¿cómo es que los chicos están ahí hablando de sexo y a nosotras nos hablan de la menstruación? Que también es muy importante, pero no se nos hablaba realmente del placer, del deseo, de sexo.
Shana Feste: Así es. Yo encontré una carta antigua que yo le había mandado a Jen, acabábamos de empezar en la universidad y acababa de perder la virginidad, 21 años, que es mucho que esperar y le escribí, ‘qué triste’. Pensaba que mi virginidad era algo tan sagrado, tan especial y que era un regalo que había que hacer a alguien. En parte estoy de acuerdo, pero, por otra parte, tanta vergüenza que envuelve a esa cuestión convertía en algo sucio e inaceptable acostarse con alguien antes porque no me iban a considerar una buena chica si me comportaba así. Entonces me planteaba esperar y pensaba que lo haría cuando fuera más mayor y estuviera enamorada y con una relación seria. Crecí con una idea del sexo que no quería enseñar a mis hijas.
Abrías la Cosmopolitan y era, ’10 tips para la mejor mamada’, así de claro. O el orgasmo masculino. No se hablaba del placer femenino ni de cómo darte placer a ti misma.
— Shana Feste
P: Hubo un tiempo en el que las chicas jóvenes aprendían sobre sexo en las revistas femeninas, ¿creéis que recogían lo necesario?
Shana Feste: Creo que, tristemente, sigue pasando. Mucho ha cambiado en los últimos tiempos, pero cuando las leíamos Jen y yo, todo era el placer masculino. Abrías la Cosmopolitan y era, ’10 tips para la mejor mamada’, así de claro. O el orgasmo masculino. No se hablaba del placer femenino ni de cómo darte placer a ti misma. No me daba pistas para disfrutar nosotras, todo se centraba en los hombres. Incluso había clases comunitarias en las que se hablaban de esos temas. Había clases de yoga para personas mayores y luego, otras clases sobre relaciones, pero sobre cómo hacer la felación perfecta. Todo centrado en los hombres otra vez.
Jen Besser: Parecía que había la manera perfecta de hacerlo e imagínate la presión si tú tenías que rendir a ese nivel. Al cabo de unos años piensas: Pero yo, en mi propio cuerpo, cómo voy a experimentar placer si pensaba, qué venía ahora, pauta número uno, pauta número dos… No era lo mejor aprender así, la verdad.
P: Ahora, ha bajado la edad de los niños que acuden a la pornografía para acercarse al sexo… ¿por qué no avanzamos en este terreno?
Shana Feste: Yo creo que todo va de tener acceso a esa pornografía. Yo tengo un niño de 9 y otro de 11 y ya han tenido acceso a la pornografía y Jen y yo hemos hablado de este tema bastante y es que, hay pornografía filmada por y para mujeres, centrándose en la parte del cuerpo y me encantaría que mis hijos miraran eso. ¿Cuándo es la edad para darles permiso sin que suene raro? Hay que explicarles que no es que el cuerpo de la mujer sea esto, esto y esto, sino que hay que hablarles del orgasmo, del placer femenino. Hay un podcast de una actriz maravillosa que lo que hace es tener un orgasmo para la escena y cuando empieza, uno piensa, no suena así la cosa. Pensé, claro, esto viene del porno masculino que yo he visto toda mi vida en el que se está haciendo una representación para el hombre porque es lo que él quiere escuchar cuando, en realidad, tú tampoco sabes qué sonidos vas a emitir. No hay una manera buena o mala de expresar o experimentar el placer, sino que es como a ti te salga o lo sientas.
Jen Besser: Yo estoy de acuerdo en que es el acceso que tienen a la pornografía. Pero tampoco puedes decirles a los niños que no lo vean porque cuando más se lo prohíbas, más ganas van a tener de verlo. Y si lo hacen se sentirán avergonzados por haber mirado según qué. Quizás no vamos por buen camino en cuanto a la edad del acceso, pero se está haciendo un esfuerzo para que haya una pornografía más ética para que los padres puedan tener conversaciones más abiertas sobre sexo con sus hijos y que no parezca tan antinatural ni se sientan avergonzados.
Shana Feste: Porno ético… me encanta. También orgánico, tenemos alimentación orgánica y ecológica, sería fabuloso también tener pornografía orgánica y ecológica.
P: El podcast de Dirty Diana fue un éxito. Se vendieron los derechos para serie. Y ahora tenemos novela, ¿algún formato más por explorar?
Shana Feste: ¡Un musical! No, soy directora de cine y mi objetivo siempre había sido una serie o una peli. Son conversaciones que hemos tenido y esto lo hemos aparcado porque nos hemos dedicado a la trilogía y lo hemos hecho, además, en poco tiempo y estamos agotadas. Lo hemos pasado muy bien, pero estamos agotadas después de la última entrega. Ahora vamos a pensar, bien, si vamos a crear un universo Dirty Diana, ¿cuál sería el próximo formato? Una peli sería genial, sería chulísimo.
P: ¿Qué aporta la novela respecto al podcast?
Jen Besser: Qué buena pregunta. Creo que en cuanto nos pusimos a escribir las novelas nos dimos cuenta de que había muchísimo más que merecía la pena explorar. Una de las preguntas que teníamos en mente, cuando empezamos la novela, era, ¿por qué Diana crea todo esto? ¿Qué le ha llevado a ella a entrevistar a mujeres? El libro explora eso, además de su relación, su matrimonio, sus amistades y su relación consigo misma como artista. Queríamos en su segundo libro llegar a su década de los 20 cuando se enamorar por primera vez y tiene esos primeros despertares sexuales más potentes y más intensos mientras pinta, dibuja y entrevista a todas esas mujeres. Esa es una parte importante del primer libro que, por ejemplo, en el podcast, no sale.
Shana Feste: Efectivamente, el trasfondo de su historia. Y luego, hemos cambiado el libro porque hay muchos personajes nuevos mientras que hay otros que creíamos que se tenían que quedar en el formato de podcast.
Jen Besser: Cada vez la poníamos en situaciones más complicadas a la pobre Diana a medida que íbamos escribiendo la novela.
Cuando te pones a escribir esas experiencias, algunas palabras nos daban incluso miedo escribirlas. Decirlas, vale, pero escribirlas, como es más permanente, nos planteábamos si era demasiado fuerte o estábamos yendo demasiado lejos.
— Shana Feste
P: Mujeres hablando de sexo… Esto hace unas décadas hubiera sido un escándalo, ¿qué os hace sentir tener esa libertad?
Shana Feste: Todavía da miedo. Fíjate, para ser honesta, da reparo. Al escribir el libro, Jenn y yo nos preguntábamos qué iba a pasar si la mamá del equipo de mi hijo lo lee o no me imagino a la maestra de mi hijo leyendo este libro. Pero luego pensamos, no pasa nada. Hay una parte del cerebro que te está diciendo que estás escribiendo sobre el infierno o sobre algo horroroso y terrorífico, pero hay otra cosa dentro de ti, que fue bastante inesperada, que te hablaba desde esa vulnerabilidad. El plasmarlo sobre el papel lo hablas, lo piensas, lo comentas con tus amigas y preguntas, ¿anoche tuviste un orgasmo? ¿cómo llegaste? Y cuando te pones a escribir esas experiencias, algunas palabras nos daban incluso miedo escribirlas. Decirlas, vale, pero escribirlas, como es más permanente, nos planteábamos si era demasiado fuerte o estábamos yendo demasiado lejos. Todavía nos siguen acechando esas dudas.
Jen Besser: Sí, es una vulnerabilidad que compartes y con este proyecto, en concreto, intentábamos no solo escribir sobre una experiencia, unas fantasías o un deseo, sino que la parte divertida era ponerse en la piel de otra mujer y describir las posibles fantasías de esa otra mujer. Mucha imaginación al poder, por tanto. Pero también mucha vulnerabilidad, ¿cómo pensará esa mujer?, ¿cómo se sentirá? Las reacciones han sido tan variopintas hasta ahora que nos quedamos con el mensaje de que a veces infravaloramos al público, la gente es mucho más abierta de miras de lo que pensamos y está ansiosa de tener estas conversaciones. Lo vemos con el libro de Miranda July y todo esto tiene su momento por una razón, porque hay gente que se identifica y piensa que ya no está sola.
La mirada masculina siempre está ahí y nosotras queríamos deshacernos de ella.
— Jen Besser
P: ¿Ha dejado de ser un tema tabú? ¿Os habéis puesto algún límite a la hora de hablar de sexo?
Jen Besser: Es curioso porque yo creo que esto varía un poco entre culturas. A veces a la gente le sorprende cuando decimos que en Norteamérica hay mucho puritanismo, pero de ahí venimos, esas son nuestras raíces, puritanas. Eso hay que sortearlo de alguna manera. Lógicamente, queríamos que este libro fuera empoderamiento y el consentimiento es un tema que se trata en las relaciones sexuales, pero, también, tener la libertad de explorar distintas voces femeninas y distintos deseos femeninos.
Shana Feste: La erótica varía mucho también entre país y país. Hay cosas que están tan mal escritas que lo lees y te da, incluso, algo de grima, según qué tipo de literatura erótica. Nuestras escenas de amor fueron las más difíciles de escribir. Decíamos, esta lista de 20 palabras horrorosas no las vamos a poner porque no son sexis, no te ponen, como, por ejemplo, miembro, húmedo… que no mola. Queríamos escribir algo que sonara literario y que, además, fuera creíble con el personaje y la historia. Fue todo un desafió y por eso las escenas de sexo en el libro son todas tan distintas.
Jen Besser: Yo añadiría que, la experiencia arraigada es tan masculina en lo que leemos, que pensamos, ¿esto lo va a disfrutar esta mujer? La mirada masculina siempre está ahí y nosotras queríamos deshacernos de ella.
P: El podcast salió hace cinco años, ¿qué es lo que más os ha sorprendido de la respuesta que ha tenido?
Shana Feste: Una de las respuestas que nos sigue sorprendiendo es que estamos con treinta o cuarenta mil oyentes nuevos cada mes, increíble, con una cosa de hace años. No se ha promocionado y sigue vivo. Queda claro que la mujer quiere este tipo de conversaciones.
Jen Besser: A mí me sorprenden los críticos o críticas que se, les guste o lo odien, se ponen a escribir en muchas plataformas sobre el podcast con mucha pasión.
P: Demi Moore ha sido Diana en el podcast y lo será en la serie, ¿tuvisteis que convencerla para que se sumara?
Shana Feste: La verdad es que no. Yo fui a su casa y tuvimos una conversación fabulosa. Ella ha tenido y ha criado a tres hijas y ha sido un sex symbol de Hollywood desde hace décadas, con lo cual, estos temas, para ella, eran de lo más familiares. Ella estaba super preparada y muy abierta para hablar de estos temas. Tuvimos muchísima suerte porque si hubiésemos tenido a una actriz más timidilla o con más reparos, de ninguna manera hubiéramos obtenido este éxito. Los otros actores y actrices estaban tan nerviosos de tener que colaborar con Demi Moore, pero ella les veía por zoom y no necesitábamos ni informático, ella se lo explicaba todo sobre cómo se grababa. Lo aprendió en nada y se lo explicaba a los demás y todo el mundo se sintió muy cómodo. Muchas mujeres que contaban sus fantasías eran amigas de ella. Amigas personales de ella que querían mantener estas conversaciones.
Al principio lo hacíamos tres o cuatro veces al día, no podíamos parar, y, de pronto, pasa un año y hemos perdido esa chispa. Hablar nos daba pavor porque era nuestro problema en esos momentos y lo evitábamos y no hablábamos de sexo y lo enterramos. Eso acarrea resentimientos, infelicidad y nos llegamos a separar.
— Shana Feste
P: Oliver llega a decir que una mujer hablando de sexo es pornográfico, ¿creéis que hay mucha gente que piensa así?
Shana Feste: Yo vivo en Texas, qué te voy a contar. Vivo en Austin, que es una ciudad bastante liberal, pero sales de ahí y hay pueblos donde la mujer, simplemente, no habla de sexo, ni los hombres, ni nadie, ni es sus propias relaciones. Esa es una de las razones por la que quería escribir este libro, porque yo que soy muy abierta y muy liberal y mi marido también y hablamos de estos temas sin problema, pero al cabo de un año de casados nos encontramos en un matrimonio sin amor, no había intimidad, no había privacidad y todo eso era nuevo. Al principio lo hacíamos tres o cuatro veces al día, no podíamos parar, y, de pronto, pasa un año y hemos perdido esa chispa. Hablar nos daba pavor porque era nuestro problema en esos momentos y lo evitábamos y no hablábamos de sexo y lo enterramos. Eso acarrea resentimientos, infelicidad y nos llegamos a separar. No entiendo cómo puede ser un tema que cueste tanto hablarlo con esa persona que es la que tienes más cerca. A mí me criaron para complacer a los demás y apartar mis necesidades y dejarlas siempre en segundo plano. Por tanto, hablar de mis necesidades en la cama me daba mucho miedo. Y a mis 40… ay madre, que voy a cumplir 50, y me sigue costando esta conversación. Espero que los más jóvenes no tengan tantos problemas.
Jen Besser: Qué bien hablar de esto que dice Oliver porque justo va al grano de lo que dice y hace Diana. La conocemos con veintipocos y ella se pregunta por qué tanto malestar, por qué la conversación se cierra si es sobre muerte, dinero o sexo.
Shana Feste: Preguntábamos a nuestras amigas por sus fantasías y era como, no sé, y es que, como no estamos acostumbradas a que nos hagan estas preguntas, imagínate responder en voz alta, aunque sea tu mejor amiga. Todavía estoy esperando a que Jenn me cuente la suya.
P: ¿Hay temas de los que todavía cuesta hablar en este terreno?
Jenn Besser: Es la naturaleza humana. Al exponernos en los libros y a través de los medios de comunicación
P: Gillian Anderson también ha sacado un libro de mujeres hablando de sexo, ¿qué os ha parecido?
Jen Besser: Es maravilloso. Es muy atrevido y divertido. Es un proyecto increíble.
Shana Feste: Nos intriga tanto lo de Gillian Anderson. Cuando pensábamos incluso quién sería la mejor persona que nos diera una frase para la tapa del libro se nos ocurrió ella porque sus entrevistas son tan directas, tan abiertas, habla tan claro y sin tapujos que pensamos, ¿por qué no? Hicimos un poco de investigación y descubrimos que estaba escribiendo algo sobre esto.
Jen Besser: Fue una coincidencia, qué casualidad que ahora el universo se ha puesto a hablar de esto.
El estrés puede ser un factor, la comunicación, una enfermedad, hay muchas cosas que pasan y, aun así, esa presión, si no lo hacemos tantas veces por semana es culpa mía, no soy una mujer completa o el matrimonio va mal. Toda esa presión que nos autoimponemos es terrible.
— Jen Besser
P: De todas formas, la libertad para hablar de sexo no es el único tema. Yo creo que tiene más importancia el deseo y el cómo recuperarlo cuando se pierde, ¿habéis sacado alguna conclusión al respecto?
Shana Feste: Me he dado cuenta de que el deseo no existe en un mal matrimonio. ¿Cómo va a sentir deseo una mujer que está en un matrimonio donde hay injusticia, donde no se la escucha y siente que sus necesidades no se tienen en cuenta? Lo va a fingir para estar en paz y que no haya conflicto, pero es algo importante. Para sentir deseo, esa relación tiene que ser equitativa, abierta y justa, donde se puede hablar de cualquier cosa y Diana y muchas otras tantas mujeres para casarse y conseguir al chico que parece estupendo se cambian a ellas mismas para gustar y atraer más a esa otra persona. Y uno de los cambios que hizo Diana fue el no hablar tanto de sexo porque quizás no es sexy ser tan abierta sexualmente y lo entierra. Y todo lo que entierras, en un momento dado, explota en algún momento del matrimonio. Y ella llega a un punto de inflexión. en el primer libro cuando ella está en la cama con Oliver, podría ser cualquier otra persona porque no la escucha. Muchas mujeres se pueden sentir así porque es algo super impersonal.
Jen Besser: Quizás me estoy haciendo mayor, pero pensaba que estas mujeres son muy duras consigo mismas. Si quitas esa presión sobre el deseo todo se calma. Todo es muy cíclico. El estrés puede ser un factor, la comunicación, una enfermedad, hay muchas cosas que pasan y, aun así, esa presión, si no lo hacemos tantas veces por semana es culpa mía, no soy una mujer completa o el matrimonio va mal. Toda esa presión que nos autoimponemos es terrible.
Shana Feste: Yo todavía estoy en ese concepto anticuado de que, para que el matrimonio vaya bien lo tenemos que hacer dos o tres veces por semana. Pero, ¿cuántas veces quiero yo hacer el amor? El deseo también ha cambiado en mí. Estoy en la pre-menopausia y el deseo va desapareciendo, es cuestión hormonal y un chute de testosterona es increíble lo que provoca.
P: ¿Se puede decir que es una obra feminista?
Jen Besser: Quisiéramos pensar que sí. Esperamos que hasta cierto punto sea emotiva y divertida, pero también empoderadora. Esperemos que haya sido así.
P: Diana une el sexo al arte. Un debate siempre abierto, ¿es una escena más permisiva en estos temas? Algunos creen que su web es pornografía, ¿dónde está línea que separa una cosa de la otra?
Jen Besser: Buena pregunta, ahí hay que hablar de la subjetividad del arte. Parte de lo que intentamos hacer es explorar es cómo apartar de alguna manera parte de estos juicios sobre qué es y qué no es sucio.
Shana Feste: Estoy intentando pensar por qué no quiero que mis hijos vean pornografía y es porque creo que la mayoría de porno no explora la perspectiva femenina y todo es una representación muy irreal de lo que es una mujer fingiendo un orgasmo cada dos segundos, una y otra vez. Lo que nos gustó de esta mirada femenina es darnos cuenta de que se tarda y que a veces una mujer necesita cuarenta minutos para llegar al orgasmo y es mucho más realista.
Jen Besser: Nosotras creemos que lo que está creando Diana es arte. Pero sería muy hipócrita decir que sabemos dónde está la línea.
En el podcast sale música muy chula. Fiona Apple nos dio su canción porque le encantaba el contenido, no teníamos dinero y ella nos regaló un tema.
— Shana Feste
P: Vamos a hablar un poco de música. Björk lanzando globos de agua a los peatones desde una escalera de incendios del East Village, ¿la habéis visto alguna vez en una situación similar?
Jen Besser: Qué va, jajajaja, estábamos siendo imaginativas. Ojalá hubiéramos visto a Björk en esa situación, nos hubiera encantado.
P: Según recogéis en la novela, Madonna decía que la clave para un matrimonio sano es sexo tres veces por semana, ¿creéis que por eso se conserva tan bien?
Jen Besser: Esto lo leímos hace años.
Shana Feste: Es algo que se nos quedó grabado. Pero es algo irreal como manera de medir el matrimonio porque al final no te va a llevar a nada bueno.
Jen Besser: En la edad que tenemos, casi 50, en su día, Madonna fue una gran influencia.
Shana Feste: En el podcast sale música muy chula. Fiona Apple nos dio su canción porque le encantaba el contenido, no teníamos dinero y ella nos regaló un tema. Y hay otro tema muy especial en el podcast, ¿verdad Jen?
Jen Besser: Sí, mi cuñado, que está en una banda que se llama The National y también nos regalaron una canción.
Shana Feste: Jen tuvo que escribir una fantasía sobre su cuñado, menudo papelón.
Jen Besser: Eso fue difícil e incómodo. Él se sintió bien, pero a mí me costó un poquito. Había que meter esa canción en esa fantasía y no fue fácil.
P: Shana, tú dirigiste Country Strong con un protagonista músico de country. El personaje de Annie James, ¿es un guiño a un género que te gusta especialmente?
Shana Feste: Yo vivo en Texas y cuando pensábamos en un lugar donde crear arte y que todavía pareciera Texas era Marfa y cada vez que voy me siento super inspirada. Country Strong hizo que el country fuera una música más romántica.
Jen Besser: Es algo que a mí también me gusta y siempre soñamos con un personaje que intimidara a Diana y por eso se nos ocurrió. Ninguna de nosotras somos muy de música, así que, es una aspiración.
Mi madre vivió cerca de Neil Young y eran amigos y yo lo escuché desde que era muy pequeñita.
— Shana Feste
P: Por cierto, que Dirty Diana es el título de una canción de Michael Jackson, ¿en algún momento ha tenido alguna relación?
Jen Besser: La verdad es que primero le pusimos nombre al personaje y luego como que salió solo lo de Dirty Diana.
Shana Feste: Llamarle sucia a cualquier mujer es algo que queríamos exponer abiertamente. Hay una peli que a mí me enamoró de joven, me acuerdo todavía de la cinta de VHS, sobre una chica que de noche era prostituta y era una colegiala. Angel se llamaba. En una parte de la carátula vestía super provocativa y, en otra parte, salía con el uniforme de colegiala. Y recuerdo pensar, con 9 añitos, o se es una cosa o la otra, o se es sucia, o se es una buena chica. Visualmente se me quedó esa imagen y no la he olvidado y quería hablar de eso, de que puede haber dos maneras de mostrarse como mujer.
Jen Besser: Es curioso porque cuando hablabas de perder tu virginidad, me vino a la cabeza esa imagen.
P: Dolly Parton, Neil Young, Talking Heads, Billy Idol, Steve Wonder… referencias muy clásicas, ¿de cuál de las dos es la playlist?
Shana Feste: Es compartida la playlist. Mi madre vivió cerca de Neil Young y eran amigos y yo lo escuché desde que era muy pequeñita.
Jen Besser: Aunque no somos capaces de cantar ni de tocar ningún instrumento, somos muy fans de la música y ahora Shana vive en una de las capitales de la música, en Austin.
Shana Feste: Hay un grupo y tenemos una amiga que es la hija del cantante y ese grupo nos daba las vibraciones que necesitábamos para entonarnos para escribir nuestros capítulos.
Jen Besser: Ya verás que las playlists de los tres libros no tienen nada que ver las unas con las otras.
P: Si tuvierais que elegir una canción central para esta novela, ¿cuál sería?
Jen Besser: Hay una canción de Harry Styles, Matilda, que mientras escribíamos que es muy dulce e inocente que cuando escribía sobre Diana en su época de los veinte la escuchaba mucho con esa primera inocencia y esa dulzura.
Shana Feste: Yo diría Light Years de The National para cualquier otra parte del libro porque como dice el título, en el matrimonio parece que están a años luz.
P: Para acabar, si miramos a Netflix y la serie de la que todo el mundo habla últimamente en España, ¿qué os parece Adolescencia desde vuestro punto de vista tanto profesional como personal?
Jen Besser: Ay, no puedo responder porque no la he visto, pero ahí la tengo porque la voy a ver seguro.
Shana Feste: Yo sí la he visto y me parece que es un logro técnico brutal, es super difícil de ver. Yo tengo, además, un niño de 11 años y me ha costado mucho. Me atraparon el fondo del corazón desde el primer minuto y voy a tener que ver un ratito de The White Lotus y luego vuelvo a Adolescencia y luego voy a Saturday Night Live y luego vuelvo a Adolescencia porque es intensísima.