Así ha vivido una fan adolescente de Young Miko su concierto en Madrid: “Vive eso y luego di que ha sido un mal concierto”

“Todo el rato señalándome y mirándome. Vive eso y luego di que ha sido un mal concierto”. Era uno de los comentarios de Lucía Q., una adolescente de 14 años que ha vivido una de las noches más importante de su vida, el concierto de Young Miko en Madrid este domingo 18 de mayo.

Eran pasadas las doce de la mañana cuando ella y su madre llegaban al Movistar Arena dispuestas a hacer cola para no perder la oportunidad de pillar el sito más cercano al escenario. Allí habían quedado con otras amigas que viven su pasión por la portorriqueña de igual manera.

Muchas horas en las que podían interactuar con parte del equipo de la cantante que no ha dudado en darse un paseo por los alrededores para tastear el ambiente. Lucía aprovechaba para hablar con uno de ellos, Shotaro, su fotógrafo. Y es que, como fan fiel, los consideran casi parte de la familia, conocen sus nombres y casi su vida entera.

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Ha sido el equipo el que recogía el ramo de flores que había llevado para ella. No la han dejado entrar, pero le han asegurado que ha llegado a sus manos y le ha gustado mucho. Los gritos se oían a kilómetros cuando, una vez acabado el concierto lo veía en una historia de Miko sobre los regalos que había recibido y acumulado en su camerino.

Regalos entre los que se encontraba el retrato de Esther Moya, la artista que muchos conocen por su serie de retratos que pinta en la fila de los conciertos.

Primer objetivo cumplido, el ramo ha llegado a Miko. También ha pasado las horas grabando TikToks –de los que el equipo de la cantante también ha sido testigo- y ha hablado de Puerto Rico con Shotaro, un viaje pendiente que a Lucía le gustaría hacer más pronto que tarde.

Por cierto, que sus ahorros también han llegado para arrasar en la tienda de merch, “menos un tanga, me lo he comprado todo”. Sin duda, ha sido un día muy bien aprovechado. A las seis y media abrían puertas y corría para conseguir el sitio soñado en primera fila con su bandera de Puerto Rico y su pancarta preparada para llamar la atención de la cantante.

Un show en rosa

La hora prevista de inicio eran las 20.30 y pasaban veinte minutos de esa hora cuando comenzaba el espectáculo para un público mayoritariamente femenino y completamente entregado a cada gesto y palabra de Miko que comenzaba sentada en una escalera mientras la veíamos solo en la pantalla. Rookie of the year ponía a todos en alerta, lo que se venía iba a ser grande. Aparecía vestida de negro, con capas y detalles en rosa, y una trenza XL que cada vez que se tocaba despertaba los gritos de su público.

No es una bailarina a lo Lola Índigo, pero tiene los pasos prohibidos justos para encender a su público y las poses estudiadas para revolucionar al personal. Se la nota que disfruta con los gritos de sus seguidores y los provoca para que sean lo más fuertes posible.

Locura con temas como Lisa o Wiggy en el que suenan esas notas del tan reconocible Aserejé. No tardaba en llegar el primer arcoiris con el tema que lleva precisamente ese título. Y también los avatares que aparecerán en pantalla de vez en cuando para dejarnos claro que los videojuegos estuvieron muy presentes en su infancia y también lo están en su disco att.

Haría que ver la cantidad de kilómetros que hace en cada concierto porque no deja de recorrer el escenario de un lado al otro, jugando con la cámara que proyecta sus planos en las pantallas y moviendo las caderas para delirio del personal. Eso sí, de manera sutil, no a lo Shakira.

“Siempre me lo hacen pasar lo mejor que se puede”, decía en uno de esos momentos en los que se dirigía al público, “una de mis cosas favoritas del mundo es ir al estudio a hacer música”.

No ha invitado a nadie al escenario, pero han estado presentes Trueno, Nicki Nicole, Karol G, Omar Courtz, Villano Antillano, J Balvin, Feid o Bad Bunny dejando claro que ha colaborado con los grandes.

Los que sí les han acompañado a ratos en el escenario son los miembros de su banda a los que ha ido presentando uno a uno para darles su protagonismo y es que, si algo cuida Miko es a su gente. Recordaba que lleva años con el mismo equipo y se enorgullece de eso.

Entre canción y canción encontraba momentos de descanso, como ese en el que se ha dedicado a leer algunas de las pancartas de las muchas que llevaban sus fans, es como un ritual. Ahí Lucía casi colapsa porque una de las que ha leído ha sido la suya: “Sueño con poder abrazarte antes de cumplir los 15”. No dudaba en prometer que antes de acabar el concierto tendría ese abrazo.

También ponía a prueba a los más fieles y les retaba a cantar con ella, a capela, algunos de sus primeros éxitos. Comprobado que se las sabían, preguntaba si también se sabían las nuevas y llegaba el turno de Wassup.

Mientras cantaba Fina llegaba otro de esos momentos de locura cuando decidía bajar al foso y abrazar a las primeras filas. Locura también cuando cantaba Chulo Pt2, su colaboración con Tokischa y Bad Gyal, a la que muchos esperaban ver sobre el escenario. Pero no pudo ser, tal vez en Barcelona.

Antes de cantar Pinot Grigio dedicada a su equipo con brindis y chupito incluidos, dedicaba unas palabras a la importancia de la amistad y la suerte que había tenido ella en ese sentido.

Después hacía algo que Lucía asegura que llevaba tiempo sin hacer y que no habían visto en sus conciertos por Latinoamérica y es quitarse la camiseta para quedarse en top. Así encaraba la recta final con temas como Offline, Classy 101 o su Bizarrap Session. Fin de fiesta con serpentinas rosa y euforia desatada tras un concierto que algunos repetirían hoy mismo.

El después del concierto

Debe merecer, todo, la pena cuando los artistas ven las caras de fans como Lucía cuando ha terminado el concierto. Todavía conservaba la voz, aunque costaba entender cómo era posible después de haberlo gritado todo durante las casi dos horas de concierto.

No cabía en sí de emoción y eso que iba refunfuñando porque el abrazo que le había prometido Miko al leer su pancarta no ha llegado. No importa, ya está pensando en la pancarta que preparará para el viernes porque sí, también ha comprado entradas para ir a verla a Barcelona.

No era su primera vez. Ya se gastó un dineral en reventa para poder verla desde primera fila en La Velada. Ahora, ha vuelto a romper la hucha para poder volver a ver a su ídolo de cerca y por partida doble. Paga sus entradas y las de su madre que la acompaña como fiel escudera y feliz de ver cómo su hija es capaz de disfrutar tanto.

Si tiene que quedarse con un momento del concierto, aparte de ese en el que ha leído su pancarta, o ese otro en el que la ha tenido tan cerca que ha podido tocarla, se queda con una canción, “Wassup, me he muerto ahí, porque no estaba en la gira de XoXo. Ha sido increíble, me estaba todo el rato mirando”. Ilusiones de adolescente que viven momentos así desde los extremos. No la he visto cuando ha descubierto que Miko ha subido una foto suya alabando su manicura, pero puedo imaginarlo.

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Lo que no tengo claro es si esta noche habrá logrado dormir algo porque el subidón era grande. Y este lunes tenía examen de Física, tendrá doble mérito si logra aprobarlo.