El emotivo detalle de Billie Eilish con su público en Barcelona

Billie Eilish es una superestrella global, y eso se percibe desde varios kilómetros antes de llegar al recinto que ocupará en unas horas. Raudales de fans emocionados suben la pronunciada cuesta del Passeig Olímpic hacia el Palau Sant Jordi para asistir al concierto de cierre del Hit Me Hard And Soft Tour, de la mano de Live Nation, en Barcelona.

La conexión que sienten con la artista se hace aún más evidente cuando aparece sobre el escenario, situado en el centro de la pista, en mitad de un cuadrilátero, mientras empieza a sonar CHIHIRO. Más de 14.000 personas gritan al unísono con una explosividad que no se presencia en todos los conciertos.

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Eilish llevó a su entregado público al éxtasis con un setlist de éxitos que incluía varias canciones de su último disco, Hit Me Hard And Soft, junto a temas icónicos de sus trabajos anteriores, como la emotiva when the party’s over, ocean eyes, What Was I Made For?, Happier Than Ever o lovely, cerrando con BIRDS OF A FEATHER.

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El show estuvo enmarcado por una escenografía impactante, con plataformas en movimiento, láseres y efectos de luz que elevaron el espectáculo a otro nivel, añadiendo además una profundidad sonora que le daba ese toque siniestro tan característico del universo de Billie Eilish.

Los gestos de Billie Eilish con su público

Sin embargo, la propuesta artística no es lo único que hipnotiza del show de Eilish. Su sensibilidad y consideración hacia sus fans, mostradas a través de varios gestos durante el concierto, marcan la diferencia. No es fácil ser un icono global con el alcance de la californiana —que llegó a la cima antes de cumplir los 18— y, aun así, lograr transmitir a cada persona el aprecio por su presencia y reducir la inevitable (y a veces triste) distancia jerárquica entre el ídolo y el seguidor.

Eilish dedicó varios momentos del show a agradecer la asistencia de sus fans y la oportunidad de actuar en Barcelona —una ciudad y un país que no visitaba desde hacía seis años—. Agradeció también a los padres que acompañaban a muchos jóvenes en una audiencia mayoritariamente adolescente, recordando además que ese día se celebraba el Día del Padre en Estados Unidos.

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De hecho, en una parte del espectáculo, la intérprete de bad guy bajó a la pista y rodeó todo el perímetro del escenario para saludar uno por uno a los fans de las primeras filas. En otro momento, cambió de escenario, haciendo que quienes estaban en las últimas filas pasaran de repente a estar en primera línea. En un show donde todo está cronometrado, dedicar varios minutos a acercarse al público —tan entregado y enérgico— resulta emocionante.

Por supuesto, el público no tardó en cantarle el ya popular “¡y guapa, y guapa, y reina, y reina!”, que se ha convertido en una tradición para las artistas que visitan nuestro país. “No sé qué decís, pero os amo mucho. ¿Lo sentís?”, bromeaba la artista entre risas.

La intérprete también aprovechó un momento del concierto para enviar un mensaje de apoyo ante la situación que atraviesa su país, en plena intensificación de las protestas y movilizaciones sociales en Estados Unidos.

Por último, antes de su salida al escenario y tras la actuación de apertura de Tom Odell, se proyectó una serie de vídeos en los que se explican las iniciativas ecológicas que se han puesto en marcha durante su gira, mostrando así su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente.