Benson Boone suena en una de las escenas más entrañables de ‘Cuando despierten las flores’: “Es como una bestia”

Andrea Longarela se ha convertido en una de las voces imprescindibles en la romántica de nuestro país y tras más de 20 novelas, ha dado un paso más en la última, Cuando despierten las flores, para probar algo nuevo y arriesgado. Pero como no es cuestión de hacer spoiler, mejor leerlo para juzgarlo y opinar. Lo que sí se puede asegurar es que su final no va a dejar a nadie indiferente.

Drake es un jugador de hockey sobre hielo que lo tiene todo, juventud, popularidad, éxito en el deporte y también con las chicas. Pero un suceso inesperado cambia su vida de manera radical y en ese trance conoce a Annie, una chica que le devolverá la esperanza. Pero nada es lo que parece.

Cuestiones como la pérdida, la culpa, la redención o las segundas oportunidades se plantean en una novela donde el amor sigue siendo el motor que lo mueve todo.

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Y mientras transcurre la historia, suena de fondo Joni Mitchel, Jimi Hendrix o James Bay. Aunque si hay una canción que destaca sobre el resto es Beautiful Things de Benson Boone que suena en una de las escenas más entrañables de la novela. De todo esto y mucho más hemos hablado con su autora.

Pregunta: El pasado 15 de mayo leía un post tuyo en el que reconocías que habías aprendido a decir que no para priorizarte, pero aquí estás, con compromisos hasta arriba, ¿cómo va eso de decir que no?

Respuesta: Es complicado, es un entrenamiento de fondo. Por una parte, te sientes muy agradecida, pero tienes que buscar el equilibrio entre tu vida personal y el trabajo. A mí me encanta, pero claro, hay que encontrar el equilibrio.

P: Cuando una ha escrito unas 20 novelas, ¿cómo se enfrenta a una nueva?

R: Te enfrentas con muchas ganas, pero también con mucho miedo. Yo creo que cada vez la presión es mayor. A veces la presión es de una misma, no es que venga de fuera, pero la gente ya tiene muchas expectativas creadas entorno a ti, ya has hecho muchas cosas y tienes que ser original, pero sin salir de tu esencia y de tu línea. Al final siempre quieres mejorar, creer y hacerlo mejor, pero llega un momento que ya es muy complicado. Estamos gestionado eso.

P: Preciosa edición de Cuando despierten las flores. Uno lo ve y piensa en primavera, nada que ver con el invierno de su interior, ¿contrastando?

R: Queríamos representar esa esperanza que también refleja el libro. Aunque empieza muy oscuro, vamos avanzando, igual que el invierno da paso a la primavera y luego ya el deshielo. Igual que los personajes están rotos y parece que viven debajo del hielo y esas metáforas de que somos peces… ella llega un momento en el que se rompe, era lo que queríamos representar. Aparte de que mis portadas son muy bonitas, tengo que decir que siempre están muy pensadas y cuando cierra el libro, luego te fijas en la portada y en los detallitos, te lleva a la historia y creo que eso es fundamental.

P: Antes de empezar con mis preguntas, me gustaría hacerte las de la promoción de este libro: ¿Puede haber belleza en el dolor?

R: Yo creo que sí. Creo que incluso en los peores momentos de nuestra vida podemos encontrar resquicios de luz. Es un poco poético, pero es verdad. Hace poco tenía una conversación con una amiga que estaba en un entierro, una situación súper dolorosa, y de repente cruzó la mirada con una persona y se echaron a reír, tuvieron un momento cómplice. Es un ejemplo de la capacidad de que tenemos los seres humanos de encontrar momentos bonitos cuando peor estamos o cuando las circunstancias no nos acompañan. Eso no se nos tiene que olvidar nunca.

P: ¿Puede el amor ser la salvación de almas a la deriva?

R: Creo que el amor siempre nos puede salvar o, en principio, sostener, ayudar o darnos motivos para salir adelante. Lo demás ya es trabajo de cada uno.

P: Ahora sí, voy con las mías. ¿Cuándo fue la última vez que te pusiste los patines para deslizarte sobre el hielo?

R: Jajaja, había patinado una vez a los 8 años, en un campamento, y no había vuelto a patinar en mi vida y el viernes pasado me llevaron a patinar con un evento promocional de la novela y creo que perdí toda la dignidad como autora que tenía…jajaja… porque, además, todas las chicas que me acompañaron lo hacían súper bien. Yo soy muy torpe, soy muy poco ágil, pero fue muy divertido. Y, además, siempre hay que retarse y probarse.

P: La próxima vez te vas a tener que pensar mucho qué les pones a hacer tus protagonistas por lo que pueda pasar.

R: Me dijeron que la próxima vez les lleve a las Bahamas.

P: De momento a las Bahamas, no, nos llevas a Canadá, ¿has estado por allí?

R: En este caso me fui allí porque a veces eliges un sitio porque te gusta, te apetece, o porque el contexto te pide algunas características. Y necesitaba un pueblo pequeño, con un pueblo helado, con tradición de hockey sobre hielo y llegué allí. Pero yo no he estado en Calgary, todo es documentación a través de internet, que nos permite llegar a todos lados.

Necesitaba que fuera un personaje muy cliché, muy chico popular, narcisista, este perfil de tío malo, guapete, con éxito, que lo tiene todo y, de pronto, qué pasa cuando te tienes que enfrentar a la peor versión de ti mismo.

P: Ahora que los sport romances están tan en auge, nos traes a Drake que es un jugador de hockey sobre hielo, ¿de dónde salió él?

R: Al final, Drake, como bien sabes es un personaje muy roto. Es difícil hablar de esta historia sin hacer spoiler. La historia parte del final y, a partir de ahí, fui creando, fui hacia atrás. Necesitaba que fuera un personaje muy cliché, muy chico popular, narcisista, este perfil de tío malo, guapete, con éxito, que lo tiene todo y, de pronto, qué pasa cuando te tienes que enfrentar a la peor versión de ti mismo. Ahí aparece esta versión de Drake que está roto y tiene que seguir viviendo con eso que ha descubierto de sí mismo y con las consecuencias. Y luego está Annie que es todo lo contrario, tiene mucha luz. Él es muy oscuro y ella es muy luminosa, incluso con el equipaje que lleva.

P: Drake y Canadá, ¿en algún momento pensaste en el rapero?

R: No es un músico que me guste, nada de nada, no me lo había dicho nadie todavía. Totalmente inconsciente.

P: Cuando escribes, ¿tienes como objetivo que el lector reflexione más allá de disfrutar de la historia de amor?

R: A mí me gusta que cuando cierres un libro, deje algún poso en ti y te haga reflexionar sobre algún momento de tu vida, lo que has hecho, cómo eres, eso siempre es bonito. Al final es puro entretenimiento, en mi caso, pero que, además, te haga sentir, reflexionar y llevarte algo a tu vida. Si se cumple, bienvenido sea.

P: Aquí hay mucho de pérdida, ¿has encontrado la mejor forma de enfrentarse a ella?

R: La pérdida la he tratado en muchas novelas porque es una cosa que me obsesiona un poco, no solo la pérdida de un ser querido, sino la pérdida en cualquier momento de tu vida, estamos continuamente adaptándonos a duelos diferentes, puede ser de una pareja, puede ser de un trabajo, de lo que sea. Una ruptura en tu vida que te haga tener que adaptarte a ella. La mejor forma depende de la persona, las circunstancias, el momento. A lo mejor, ahora actúo de una manera y mañana mi proceso es totalmente diferente. Estamos continuamente cambiando. Lo que nos rodea, lo que te pasa, el momento emocional en el que te encuentres, muchas cosas que hacen que actúes de una manera u otra.

Hay que ser más amables con nosotros, pero no es fácil.

P: También hay mucho de culpa que no es un tema muy habitual. Muestras cómo la culpa atormenta a cada uno de manera diferente, ¿hay que enfrentarse a ella, deshacerse de ella o qué hay que hacer con la culpa?

R: No sé si soy la persona más adecuada para contestar esto porque soy de las personas que se sienten culpable constantemente y creo que tampoco hay que machacarse tanto. Yo desde que soy madre, la culpa vive encima de ti y hay que ser un poquito más amables con uno mismo. Tampoco es un sentimiento malo porque nos hace humanos y supone que te importan las cosas que haces y las consecuencias que tienen a tu alrededor. Pero hay que gestionarla y trabajarla y seguir hacia delante, no podemos volver atrás. Hay que ser más amables con nosotros, pero no es fácil. Es un sentimiento muy complejo y muy distinto según qué persona.

P: Hay errores que pueden costar muy caros, ¿crees que todos tienen redención?

R: Esa pregunta es muy difícil. Eso lo tiene que valorar uno mismo, jajaja, no me voy a meter en jardines. Evidentemente hay cosas que no, pero hay muchas otras que dependen del trabajo de cada uno. Es muy difícil jugar a ser dioses. Hay muchos grises en esa pregunta y muchas circunstancias.

P: Encontramos también ese aprender a enfrentarse a los miedos, ¿qué tal se te da eso a ti?

R: Siempre me he considerado muy cobarde, pero con los años me he demostrado que no, que al final soy de las que, aunque vaya cagada, siempre me enfrento. Acabo retándome una y otra vez y estoy orgullosa de eso, pero este aprendizaje lo dan los años.

P: No vamos a hacer spoiler, pero esta novela es muy valiente. No todo el mundo se hubiera atrevido a arriesgar con la trama como tú lo has hecho.

R: Sí, tuve un punto de inflexión con el equipo y fue como, ‘quiero hacer esto, pero necesito que me apoyéis’ y dijeron que sí, estoy muy bien rodeada. Son muchas novelas y estamos en un punto de mercado muy saturado y me apetecía y creía que era el momento. La gente se lo puede tomar como una sorpresa, aire fresco y, de momento, la respuesta ha sido muy positiva.

P: Para muchos es importante hacer una lista de objetivos que cumplir en la vida, ¿a cuál te queda por ponerle un check?

R: Muchísimas cosas. Creo que lo importante es tener una lista interminable. Por mucho que vayas tachando, en el momento en el que esa lista se acabe, es triste, ¿hasta aquí he llegado? No, hay que seguir poniendo cosas en las listas. Hago listas todos los días y me da muchísimo placer tachar las cosas.

P: Pero, ¿eres realista con esos objetivos?

R: Soy realista, no quiero pilotar un avión. Pero cosas que están al alcance. Este año me apunté, por ejemplo, a clases de piano, que era una cosa que tenía la espinita y lo he tachado este año de la lista. Son cosas asumibles. Voy una hora a la semana porque no tengo mucho tiempo, pero practico en casa todos los días un poquito y me encanta porque me evade y es un momento solo para mí.

P: Verás como la próxima tengamos que hablar porque hayas compuesto una canción…

R: Ya lo que faltaban, una canción para el libro… no aspiro a tanto, aspiro solo a aprender.

P: Otro de los temas que parecen secundarios, pero a mí me parece importante, es esa manera de afrontar el divorcio de una pareja y cómo afecta a los hijos.

R: Creo que hay una visión muy realista de nuestra generación que es la posición del padre de Drake, que se quieren, pero no saben acercarse. Hay una relación rota que mantienen porque en el fondo hay algo, hay un sentimiento bonito, pero no saben cómo acercarse que yo creo que es algo que pasa mucho con los hombres. Ya estamos cambiando, pero es muy educacional. Parece que están dando rodeos todo el rato alrededor de la relación y empiezan a encontrar puntos en común. Yo soy hija de padres divorciados y hay cositas que salpico en las novelas.

P: Y el papel de una madrastra para un hijo que todavía no ha asumido la separación de sus padres. Un tema que cada vez es más habitual, pero que sigue siendo complejo, ¿no?

R: Justo te iba a hablar de Ruby que les da un empujoncito. Les dice las cosas claras y les quita esas barreras, las rompe para obligarles un poco. Van rompiendo y se van acercando.

Esta historia suena a Benson Boone, Joni Mitchel y cancioncillas que me ponía de fondo, aunque no se nombran en la novela como James Bay, The Lumineers, Passenger…

P: Después de tantos años de malvadas madrastras, llegas tú con una que mola.

R: Además es que hoy está a la orden del día, es lo más normal. Cada familia es diferente.

P: Dices que te gusta ponerle banda sonora a los momentos importantes. El lanzamiento de esta novela lo es, ¿a qué suena este momento?

R: Antes siempre ponía bandas sonoras a las historias, pero es verdad que un poco con los años, también porque me he tenido que acostumbrar a escribir por las noches, por las niñas, pues cada vez menos. Esta historia suena a Benson Boone, Joni Mitchel y cancioncillas que me ponía de fondo, aunque no se nombran en la novela como James Bay, The Lumineers, Passenger…

P: ¿Música que sale de tus playlists habituales?

R: A mí me inspira muchísimo la música. Ahora tengo música de fondo, siempre estoy trabajando con música. Hay veces que evito letras porque se me va, me pongo a cantar o a escuchar, pero siempre escribo con música. A veces no es una letra, es la fuerza que te pueda transmitir, o una voz, o lo que te envuelve el tipo de música. al final todas las historias están un poco salpicadas de eso. Algunas son de mis listas de reproducción y otras las voy descubriendo o buscando para que encajen. En el caso de Joni Mitchel, busqué música canadiense que pudiera escuchar la madre de Ruby de pequeña porque ella cuenta que se las cantaba su madre. Al final te tienes que ir a un momento puntual.

P: Aparecen nombres muy classic como Jimi Hendrix, Jony Mitchell o, más joven, James Bay, pero en esa línea que por lo que veo es una mezcla de gustos personales y búsquedas para la historia. En un momento dado se habla de tatuarse el nombre de Justin Timberlake con 15 años, ¿eso en qué grupo estaría?

R: A mí nunca me ha gustado, pero me encajaba con la personalidad de Annie.

P: ¿No son lo tuyo, los tatuajes o Justin Timberlake?

R: Justin Timberlake, los tatuajes me encantan y tengo muchos. Él me pegaba con la personalidad de Annie. Yo era muy de las Spice Girls por aquella época, soy más mayor.

P: Bueno, como Justin que también es de esa época.

R: Sí es verdad, no en solitario, pero estaba en el grupo. Yo me iba más a su carrera en solitario.

P: La única canción que mencionas con nombre y apellidos es Beautiful Things de Benson Boone que suena en una de las escenas, ¿qué te transmite a ti esa canción?

R: Me parece brutal, me parece que tiene una fuerza su voz, su puesta en escena, todo. Tiene muchísima luz. Es como una bestia. Tiene una presencia… me parece que esa energía pegaba muchísimo con la escena.

P: ¿Qué escucharían Drake y Annie?

R: No lo sé, qué difícil. En otras novelas lo tengo muy pensado, pero aquí no ha sido tan determinante.

P: Para ir acabando. Acabamos de tener la Feria del Libro de Madrid, ¿qué tal?

R: Ha sido increíble. Como es un trabajo de muy solo en tu casa, muy solitario y nunca ves lo que hay fuera, estás como en una burbuja y, de repente, cuando vamos a un evento se rompe y estás ahí y unas colas, un cariño… que es abrumador. Esta Feria del Libro ha sido impresionante. Es como que te descoloca. Los regalos, los tatuajes que se hacen de las novelas y te sientes abrumado. Había gente leyéndose el libro en la cola de las firmas. Lo que más me está gustando es que la gente ha reaccionado muy bien a lo arriesgada que es. Un recibimiento muy positivo. Iba con miedo y la gente era como, ‘de tus novelas, la que más me ha gustado’. Ha entrado muy bien. Estoy muy sorprendida. Hay una novela mía que gusta mucho, pero que se ha vendido muy poco porque era otro momento de mi carrera que es, April, Adam y la trayectoria de los planetas, pero la gente que la lee es su favorita, marca mucho si llegas a esa y mucha gente me ha dicho que le ha recordado al momento en el que leyeron esa novela. Cuando encuentran lo que vieron en ti la primera vez es como, gracias.

P: ¿Qué descubriste tú de la Feria del Libro?

R: Pude pasear muy poco, pero cada vez hay más gente joven. Me gusta ver lo que está comprando la gente, soy muy fisgona. Ver qué libro coge la persona de al lado o qué se recomienda. Muchas veces pico y me dejo aconsejar por los libreros. Me he comprado Las Gratitudes, de Delphine de Vigan, le tenía muchas ganas.