Cincuenta años de la boda más estrambótica del rock: Cher, Gregg Allman y sus nueve días casados
La diva pop y el rockero de The Allman Brothers Band contrajeron matrimonio el 30 de junio de 1975 en Las Vegas
Cher y Gregg Allman.
Nueve días. 216 horas. Es lo que duró uno de los matrimonios más breves, tumultuosos y mediáticos de la historia del rock: el que unió a Cher y Gregg Allman. Su enlace, celebrado el 30 de junio de 1975 (hace exactamente cincuenta años), perfeccionó el concepto de boda real del rock: ella, una muy popular diva que cosechaba éxitos en las listas desde la década anterior; él, cantante y organista de The Allman Brothers Band, grupo de rock sureño (formado en Jacksonville, Florida, en 1969) que colideraba con su hermano Duane, guitarrista, fallecido en un accidente de moto en 1971. Musicalmente, Cher y Allman no tenían nada que ver; por alguna razón, sin embargo, se sintieron atraídos en cuanto se conocieron. Y aunque su boda fue un auténtico fiasco, su conexión perduró a lo largo de los años.
Para acentuar lo atípico de su boda, señalemos que Cher había obtenido el divorcio de Sonny Bono, su anterior marido, solo cuatro días antes. A dúo, y bajo el nombre de Sonny & Cher, la pareja había sido número uno de ventas con el clásico “I got you babe”, de 1965. Parece que Bono no trataba correctamente a Cher, y sus infidelidades se multiplicaban; por ello, y aunque habían tenido un hijo (Chastity), llegó un momento en que ella decidió partir peras y liberarse. Fue entonces cuando conoció a Gregg Allman.
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En realidad, Cher había empezado a salir con el magnate discográfico David Geffen, con quien asistió a un concierto de Gregg Allman en solitario. Hechas las presentaciones, hubo flechazo; pero Gregg quedó tan hechizado que no fue capaz de articular palabra. Años después diría que Cher olía como suponía que debían de oler las sirenas. Aparte del mutismo transitorio al que se vio abocado, Gregg era un tipo rudo, tosco, un verdadero rockero que se encontraba perdido en las artes del coqueteo romántico. No importó eso a Cher, quien quedó con él una noche para salir a bailar. La cita fue desastrosa: ella bebió una copa; él, para aliviar la tensión coreográfica —mover el esqueleto al ritmo de música disco no era lo suyo—, se embuchó veintiuna.
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Insistieron, y en cuanto ella obtuvo la sentencia de divorcio de Sonny Bono, se casaron en Las Vegas ante una concurrida audiencia de dos amigos. Habían transcurrido únicamente seis meses desde que Gregg y Cher se habían conocido. Hoy podría decirse que entre ellos surgió lo que se conoce como “dependencia emocional”: no se soportaban, pero no aceptaban la idea de separarse. No obstante, solo tardó ella nueve días en presentar la demanda de divorcio, y no fue por desavenencias sentimentales. Descubrió que Gregg, además de consumir alcohol en cantidades industriales, estaba enganchado a la heroína —no había superado la muerte de su hermano—, lo que imposibilitaba mantener con él una relación normal. “Estaba tan colocado que cuando le dije que cortábamos ni siquiera me entendió”, dijo ella.
El matrimonio duró un suspiro… Pero mientras Gregg fue apartándose progresivamente de sus malos hábitos, Cher se dio cuenta de que tras esa fachada de tipo duro había un auténtico caballero sureño, dulce, educado. Se reconciliaron, y entre idas y venidas tuvieron un hijo, Elijah Blue Allman, nacido en julio de 1976.
Lo más productivo para el mundo que concibieron Cher y Gregg fue un disco. En 1977, dos años después de haberse conocido, publicaron Two the hard way (algo así como: “Dos por el camino difícil”), compuesto en su totalidad por versiones o canciones escritas por otros. Lo firmaron como Allman & Woman: “Allman y Señora”, en un giro machista propio de la época. En cualquier caso, aquel álbum es un tesoro de rock suave y medios tiempos que tocan la fibra. Contiene una preciosa balada titulada “Island” que habla precisamente de una relación de dos amantes que no se aguantan y buscan una metafórica isla donde prosperar. El disco fue un fracaso comercial.
Gregg y Cher salieron de gira para presentarlo. En el transcurso de la serie de conciertos, ella percibió que Gregg, ya limpio de drogas, conservaba su incorregible afición por el alcohol. Experimentaba brotes psicóticos en los que decía ver hombres armados. Antes del último concierto, que debía haber tenido lugar en Australia, Cher lo dejó definitivamente. En 1978 se divorciaron. A continuación, Cher salió con Gene Simmons (Kiss), el actor Val Kilmer, el productor cinematográfico Josh Donen, Tom Cruise, Rob Camilletti (un guapo panadero de 22 años, cuando ella tenía 40), Richie Sambora (guitarrista de Bon Jovi), el guionista Ron Zimmerman, el ejecutivo de hip hop Alexander Edward (cuarenta años menor)…
Pero conscientes ambos de las bondades del otro, Cher y Allman siguieron siendo amigos hasta que la muerte los separó; la muerte de Gregg Allman, ocurrida en 2017. “No hay palabras para expresar lo que siento”, escribió ella en sus redes sociales.
