Veinticinco años de la tragedia de Roskilde: el concierto de Pearl Jam que acabó con nueve fallecidos
El suceso marcó para siempre a la banda, que llegó a conocer y a acompañar a algunas de las familias
Eddie Vedder, de Pearl Jam, en un concierto en 2000. / Gie Knaeps
Las imágenes dieron la vuelta al mundo: durante el concierto de Pearl Jam en el festival de Roskilde, el 30 de junio de 2000 —hace justo un cuarto de siglo—, una brutal avalancha de público comprimió a los espectadores de las primeras filas. Nueve personas fallecieron aplastadas y asfixiadas; los heridos llegaron a la treintena. Desde entonces, el nombre de esta ciudad danesa está unido a la tragedia, como otros lugares donde se produjeron catástrofes que acabaron con la vida de gente que había acudido a divertirse, como el estadio de fútbol de Heysel o, en España, el Madrid Arena, donde en 2012 murieron cinco chicas en un festival de música electrónica.
Pearl Jam eran una de las estrellas del cartel aquel año, junto a Lou Reed, Iron Maiden, Oasis, The Cure, Nine Inch Nails y Pet Shop Boys. La banda de Seattle acababa de publicar un mes antes su disco Binaural,sexto de su carrera. Fue un gran éxito: llegó al segundo puesto en la lista de ventas de Billboard, no pudiendo superar al segundo trabajo de Britney Spears, Oops… I did it again.En su primera semana, de Binauralse despacharon 226.000 copias en Estados Unidos. Contenía singles como “Nothing as it seems” o “Light years”, que se convirtieron de inmediato en clásicos de su repertorio. La expectación por ver a Pearl Jam era inmensa en todo el mundo.
Más de 50.000 personas —audiencia muy abundante pero que no hacía presagiar desastres— se apostaban frente al escenario cuando Eddie Vedder y el resto de la banda salieron en Roskilde. Eran las diez y media de la noche. A la hora y media de concierto —mientras tocaban “Daughter”, uno de sus primeros éxitos—, el público comenzó a agitarse en pogos y movimientos oscilantes, de modo que, por inercia, la masa humana tendía a agolparse cada vez más cerca de Pearl Jam. Los músicos, al principio, no eran conscientes de que acechaba el peligro; cuando se dieron cuenta, Vedder anunció que detenía el concierto cinco minutos hasta que las cosas se calmaran.
Pearl Jam - Jeremy (Official 4K Video)
“Como amigo vuestro, os pido que, a la de tres, cada uno de vosotros dé un paso atrás. Uno, dos, tres…”, dijo varias veces. Ya era tarde. Docenas de personas yacían en el suelo, debajo de otras. Cuando comprendió lo que sucedía, Vedder, en cuclillas, empezó a llorar. Entre los fallecidos había jóvenes —todos varones— de distintas nacionalidades: un alemán, un neerlandés, un australiano, tres suecos y tres daneses. Una de las víctimas tenía solo 17 años; el mayor, 26.
Como puede suponerse, Pearl Jam suspendió el concierto. Lo mismo decidieron las bandas que iban a tocar a continuación, excepto el grupo de metal D.A.D, que optó por llevar a cabo una actuación en homenaje a los fallecidos (aunque ya entonces apenas quedaba público en el recinto). Los miembros de Pearl Jam nunca olvidaron lo que ocurrió en aquel festival danés.
En 2003, la banda publicó el tema “Love boat captain”, que incluye los versos: “Perdimos a nueve amigos que nunca conoceremos… Hace dos años ahora”. Cuando presenta esa canción en los conciertos, Vedder reflexiona sobre aquel funesto episodio. En el documenal Tweenty,los componentes del grupo explicaban: “Desde entonces, todo lo calificamos como pre Roskilde y post Roskilde. Nos planteábamos qué podíamos hacer para ayudar a las familias. En qué nos convertiríamos y qué haríamos para sobrevivir”.
Cuando hubieron pasado veinte años, publicaron un comunicado: “Nada ha sido igual desde entonces. Un momento inesperado cambió para siempre a todos los involucrados. Veinte años después, tenemos once hijos. Nuestra compresión de la gravedad y la pérdida que sintieron los padres de esos chicos se ha magnificado exponencialmente. Cada día nos duele el corazón y se nos revuelve el estómago al pensar en esos jóvenes que murieron y en lo que podría haber sido diferente. Hemos conocido a algunas familias a lo largo de los años. Con algunas hemos forjado fuertes amistades, compartiendo y apoyándonos mutuamente. A otras no las conocemos. Siempre estaremos a la sombra de su dolor y pérdida, y aceptamos esa sombra y estaremos eternamente agradecidos de compartir ese espacio sagrado”.