Oasis vuelve a casa: Manchester canta bajo un cielo que se abre para ellos
La lluvia dio tregua justo a tiempo para un concierto inolvidable en Heaton Park, con pantallas gigantes, un telonero revelación y miles de fans rendidos
Liam Gallagher durante su concierto con Oasis en Cardiff / Gareth Cattermole
Después de 16 años de silencio y desencuentros, Oasis ha vuelto a casa. El cielo de Manchester, que había estado gris y lluvioso durante todo el día, daba una tregua justo a tiempo: cuando los hermanos Gallagher pisaron el escenario de Heaton Park, la lluvia cesaba como si la ciudad misma quisiera rendir homenaje a sus hijos pródigos.
Ante 80,000 almas entregadas, Oasis ofreció un espectáculo que fue mucho más que música: fue una celebración, un reencuentro emocional entre la banda y su gente. Desde los primeros acordes de Hello hasta el cierre apoteósico con Rock 'n' Roll Star, el público cantó cada palabra como si fuera un himno personal. El repertorio, cargado de clásicos como Live Forever, Supersonic y Don’t Look Back in Anger, fue una montaña rusa de nostalgia y energía.
El parque se transformó en un templo del britpop, con pantallas gigantes de 84x12 metros que permitieron que incluso quienes no lograron entrar al recinto disfrutaran del concierto desde pubs cercanos o desde la calle. La calidad del sonido y la producción visual fueron impresionantes, envolviendo a todos en una atmósfera casi mágica.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando Liam dedicó D’You Know What I Mean? al entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, presente entre el público. Fue un gesto que reafirmó el vínculo de la banda con su ciudad natal y con su gente.
El telonero, aunque no tan conocido internacionalmente, fue una grata sorpresa. Con un estilo fresco y potente, logró encender al público desde temprano, preparando el terreno para lo que sería una noche inolvidable. Su actuación fue tan bien recibida que muchos ya lo consideran una revelación de la gira.
La vuelta de Oasis no es solo un evento musical: es un fenómeno cultural. Manchester vibró, cantó y lloró con ellos. Y aunque la lluvia amenazó con aguar la fiesta, al final, como si el universo estuviera de acuerdo, todo se alineó para que Oasis brillara como nunca.