No es (sólo) el dinero: por qué hay cada vez más gente que viaja menos
El modelo turístico despierta recelos en un porcentaje pequeño, aunque creciente, de la población.

Una turista en Masca (Tenerife) al atardecer. / Andrea Comi
"Me encanta viajar, como a la mayoría de la gente, pero desde hace unos años tengo un conflicto ético si lo hago, especialmente cuando se trata de países más pobres que España". La que habla es María, una madrileña de 29 años que, como tantos otros españoles, ha tenido ocasión de viajar más que sus padres, y mucho más que sus abuelos. Pero desde hace un tiempo, ha decidido hacerlo menos. "No es sólo una cuestión de precariedad, que también: creo que al viajar contribuyo a perpetuar un modelo que no me gusta. A que ese lugar de destino se desnaturalice, a que su economía local se centre en los servicios y a que sus habitantes se dediquen a algo tan estacional y efímero como el turismo, condicionando negativamente su modo de vida", explica. "En muchos sitios, el turismo es pan para hoy y hambre para mañana".
El 80% de la población del planeta jamás ha salido de su país
La manera de pensar de María no parece, en ningún caso, una tendencia relevante: seguimos viajando mucho. Muchísimo. En 2024, los residentes en España realizaron 184,4 millones de viajes, sólo un 0,8% menos que el año anterior. La mayoría, eso sí, lo hace por el propio país: sólo el 11,7% fueron viajes con destino al extranjero, mientras que el 88,3% fueron dentro de nuestras fronteras. Se impone la playa y el pueblo.
A nivel global, esa diferencia es aún más patente, y los datos vuelve a recordarnos que formamos parte de una minoría privilegiada: el 80% de la población del planeta jamás ha salido de su país.
LOS40
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"Creo que cada vez hay más toma de conciencia sobre el impacto que tienen nuestros viajes al extranjero", reflexiona Julio, de 33 años. "Personalmente, estoy más informado de lo que supone coger un avión a nivel de impacto climático, y aunque soy muy consciente de que el problema no somos precisamente los que cogemos uno o dos vuelos al año, sino los ricos que se suben a un avión hasta para ir a por el pan, procuro priorizar otros medios de transporte, como el tren", señala.
Vergüenza de volar
Ese mismo sentimiento es el que ha potenciado fenómenos como el llamado fligh shame (vergüenza de volar). Una tendencia que surgió en Suecia en 2018 y que fue originalmente promovida por la activista medioambiental Greta Thunberg, para después ser imitada por muchos otros famosos del país, como el cantante Staffan Lindberg o el atleta olímpico Björn Ferry. De manera paralela se ha promovido el movimiento #tågskryt, una palabra sueca que literalmente significa "presumir de tren", y que anima a la gente a publicar en las redes sociales fotos de sus viajes en este medio de transporte.
Más allá de los hashtags, en nuestro país los datos también reflejan esa preocupación por la sostenibilidad: según el Vacation Confidence Index 2025, el 66% de los españoles afirma que planea cambiar la forma en que viaja para reducir su impacto ambiental, como elegir transportes o alojamientos más sostenibles o destinos cercanos. Además, el 76% considera importante que el gasto durante sus vacaciones beneficie también a las comunidades locales. Un 62% está dispuesto a gastar más en transporte y alojamiento si esto ayuda a reducir su huella de carbono, y el 66% tiene en cuenta riesgos ambientales y eventos climáticos extremos (como olas de calor o sequías) al elegir destino.
El 93% de la población afirma que quiere tomar decisiones de viaje más responsables
Otros estudios, como el Informe de Viajes Sostenibles 2025 de Booking.com (llevado a cabo entre 32.000 personas de 34 países) asegura que más de la mitad de los viajeros son conscientes del impacto del turismo, y un 93% afirma que quiere tomar decisiones de viaje más responsables. Desde 2016, el número de viajeros que dicen querer tomar decisiones más responsables desde un punto de vista medioambiental se ha duplicado.
En el mundo de la música, eso también se nota. Artistas como Coldplay, Billie Eilish, Maroon 5, Paul McCartney o Radiohead han tratado de reducir al mínimo posible el impacto ambiental de sus giras. ¿Cómo? Apostando por el uso de biocombustible, vendiendo merchandising 100% reciclable o destinando un porcentaje de los ingresos a causas relacionadas con la protección del medio ambiente. El objetivo: que las giras sean cada vez mas verdes.
Podría parecer lógico que cada vez más gente tome conciencia de ello, pero lamentablemente el funcionamiento del mundo va en otra dirección. Y la realidad provoca un fenómeno contraproducente: cada vez es más caro viajar por España, mientras que algunos destinos se han ido volviendo cada vez más asequibles con el auge de los vuelos low cost y el aumento de la brecha socioeconómica entre determinados países. En España, los hoteles, alquileres y servicios turísticos han subido entre un 20 y un 50 % desde 2021, mientras que el salario real apenas lo ha hecho un 4%.
Pese a que cada vez nos sale más caro, no parece que el turismo vaya a ir a menos. Ni siquiera es esperable que un porcentaje realmente significativo de la población consiga que se escuchen sus dudas, más que razonables, respecto a la manera en que viajamos, a menudo tan destructiva como insostenible. Pero quizás ha llegado el momento de hacernos preguntas para, al menos, ser más críticos con nuestra forma de estar en el mundo y de movernos por él.












