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De Coldplay a Billie Eilish: los artistas con las giras más sostenibles
Coldplay, Billie Eilish, Maroon 5, Paul McCartney, Radiohead… El impacto ambiental de los conciertos preocupa a un número de músicos cada vez mayor
¿Cuál es la huella de carbono de una gira mundial? Es la pregunta que se hizo la cantante estadounidense Billie Eilish junto a todo su equipo. Cuando concluya su tour Happier Than Ever, que la llevará por todo el planeta a lo largo de este 2022, la autora de ‘Bad Guy’ calculará el impacto de todos los conciertos con el objetivo de reducir su contribución al cambio climático.
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No es la única apuesta de Eilish relacionada con la sostenibilidad: en todos y cada uno de sus recitales, su equipo priorizará la eliminación de plásticos de un solo uso, mientras que los materiales utilizados para los alimentos y el merchandising serán 100% reciclables. Además, durante sus conciertos es frecuente que las pantallas muestren desastres ambientales, con el fin de concienciar a sus fans sobre la importancia de cuidar el planeta. Tal y como ya te contamos en El Eco de Los40, Eilish protagonizará el documental ‘Overheated’ sobre el cambio climático.
Viejas glorias… con conciencia
La preocupación por el medio ambiente no es sólo cosa de los jóvenes. El veterano Paul McCartney, ex miembro de los Beatles, es famoso por su compromiso con el ecologismo. En sus conciertos, toda la comida que se sirve ha de ser vegana, lo que representa un beneficio para los animales y contribuye a reducir las emisiones de CO2. Otra leyenda del rock, Neil Young, trabaja desde 2004 para que los traslados en sus giras se realicen utilizando biocombustibles.
Maroon 5 apostó por la originalidad: durante una época, sus espectáculos contaban con una Eco-Villa, un lugar para educar a los asistentes a sus conciertos sobre las distintas formas de reducir su huella de carbono. “Al final de cada concierto caminaba sobre pilas de botellas de plástico, latas de cerveza y toda clase desperdicios. Era una pena que la alegría que da la música en vivo tenga que terminar así”, explicó el guitarrista de la banda, Jesse Carmichael, al ser preguntado por la inspiración para poner en marcha la singlare iniciativa.
Más recientemente, Coldplay han sido una de las bandas que más en serio se han tomado su papel en la lucha contra el cambio climático. El grupo británico se ha comprometido a reemplazar los generadores diésel y de gasolina por baterías recicladas. Una medida que quieren plasmar en un objetivo ambicioso: generar un 50% menos de emisiones de CO2 que en sus giras anteriores.
Y si de ambición se trata, ¿por qué no pedir dinero para causas relacionadas con la protección del planeta? Eso fue lo que hizo la estadounidense Alecia Beth Moore, más conocida como Pink, que recaudó más de 7.000 euros a manos de sus fans que fueron a parar a distintas asociaciones ecologistas.
Pero si una banda fue pionera en esto de luchar por un mundo más sostenible, esa fue Radiohead. En 2008 pusieron en marcha la gira Carbon Neutral Tour, para la que analizaron hasta el más mínimo de los detalles para reducir al mínimo su huella de carbono. Desde los medios de transporte utilizados para desplazarse de un lugar a otro hasta la energía para alimentar los equipos de sonido, pasando por el catering.
Proyectos como el de todos estos artistas han inspirado el concepto de Green Touring, un compromiso para realizar las giras con el menor impacto posible. Porque sí: la música también contamina. Según un estudio realizado en 2010, la industria de la música en directo de Reino Unido produjo aquel año 405.000 toneladas métricas de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que equivale al gasto de 46.000 hogares estadounidenses durante todo un año.
Se trata de un estudio para medir el impacto de la música en vivo en el medio ambiente. Sus conclusiones fueron interesantes: no solo son los vuelos que toman los artistas para moverse de ciudad en ciudad lo que más contamina, sino el montaje y desmontaje del escenario (un 34% del total de una gira,). El transporte de los fans que acuden a los conciertos es el segundo factor más contaminante, con un 33%, seguido del merchandising, con un 12%.