El arma secreta del Pixel 10 contra Apple y Samsung

Google ha estado ganando impulso con la serie Pixel durante los últimos dos años. La familia Pixel 9 llevó a la compañía a una cuota de mercado de dos dígitos en Norteamérica (del 4.76% en septiembre de 2024 al 12.4% en octubre de 2024). Claramente, Google está haciendo las cosas bien.

Con su nueva línea de gama alta, Google se ha asegurado de mejorar el Pixel 10 donde realmente importa. Hay una característica que les ayudará a plantar cara a los grandes y desafiar a Apple y Samsung en los próximos años. No son las nuevas funciones de la cámara, ni los accesorios PixelSnap, ni siquiera la Inteligencia Artificial integrada.

Redoble de tambores… es el nuevo procesador Tensor G5. Cuando hablamos de rendimiento, la mayoría de la gente piensa en los test de Geekbench, 3DMark o AnTuTu. Estas han sido un estándar de la industria y métricas de referencia incluso para las propias empresas. Sin embargo, lo cierto es que estas métricas, especialmente las de CPU y GPU, a menudo no nos dicen mucho sobre el rendimiento real de un smartphone.

En primer lugar, los desarrolladores de aplicaciones intentan optimizar sus productos para que funcionen en la mayor cantidad de dispositivos posible. Es simplemente el modelo de negocio; más dispositivos generalmente significan más ganancias. Casi ninguna aplicación está diseñada para aprovechar al máximo la potencia de procesamiento de un móvil potente.

En segundo lugar, los largos ciclos de soporte de software que el trío principal (Apple, Samsung y Google) está implementando actualmente aumentan la presión para que el software sea compatible y funcione sin problemas en dispositivos más antiguos. Tenemos teléfonos de dos o tres años de estas marcas con un rendimiento consistente y a la par con los modelos más recientes.

Pero si observamos las puntuaciones de estos dispositivos más antiguos son entre un 30% y un 40%, a veces un 50%, inferiores a las de los últimos smartphones “top”. Sin embargo, no dan la sensación de ser tan lentos. Lo cierto es que los smartphones son (y lo han sido desde hace tiempo) bastante rápidos en lo que respecta a las tareas habituales de CPU y GPU. Hay una nueva métrica que aún se desconoce y que será mucho más importante en el futuro, la TPU.

Los LLM utilizan redes neuronales y aprendizaje automático para realizar su trabajo, y estos requieren mucha potencia en las unidades de CPU y GPU convencionales. Google (y otras empresas) comenzaron a desarrollar un silicio especializado, optimizado para realizar estos cálculos.

La versión de Google de este silicio se llama TPU (unidad de procesamiento tensorial) y ha sido un componente fundamental de los centros de datos de la compañía, especialmente tras el auge de Gemini. Estas TPU superan en rendimiento a las CPU y GPU convencionales en tareas de IA, a veces por órdenes de magnitud.

La IA está cambiando la forma en que interactuamos y usamos nuestros teléfonos. Y aunque las altas puntuaciones de CPU en Geekbench o en 3DMark podrían no traducirse en ventajas reales, un aumento del 60% en el rendimiento de TPU debería notarse, y muy probablemente se notará, en los nuevos Pixel.

La mayoría de los teléfonos Android están adoptando Gemini como su LLM de referencia, o al menos lo tienen integrado junto con cualquier modelo de dispositivo que utilicen. Aunque Samsung está intentando impulsar su propio sistema de IA (Galaxy AI, que utiliza silicio de Nvidia en la nube), Gemini ya está integrado en la mayor parte de la línea Galaxy.

Apple aún se queda atrás con Apple Intelligence y depende de la ayuda de ChatGPT para la mayor parte de la carga de trabajo. El Tensor G5 y sus sucesores ejecutarán Gemini de forma mucho más eficiente. El Snapdragon y la tecnología de Apple podrían no tener la misma ventaja, sobre todo si Gemini gana la guerra de la IA, y aunque esos chips son más rápidos en teoría, a largo plazo el Tensor de Google tiene mejores perspectivas.