Roberto Santiago denuncia el bullying en ‘El Círculo’ partiendo de su experiencia propia: “Vi cómo le cogían y le colgaban de la ventana boca abajo”

Ese 17 de septiembre es un día importante en la larga trayectoria como autor de Roberto Santiago. Ha publicado hasta ahora 95 novelas. Muchas de ellas como parte de sagas de tanto éxito como Los futbolísimos, Los gamers piratas, Los forasteros del tiempo o Los once, para un público más adulto. Pero ahora, el que ya es considerado como el autor de infantil que más vende en nuestro país, se centra en los adolescentes para los que va dirigido como lectores potenciales El Círculo.

Es su primer thriller juvenil, un encargo de su editora que cree firmemente en el poder transformador de la literatura. Cuando le planteó la idea veía pocas probabilidades de que aceptara por su apretada agenda como escritor, director de cine y teatro o guionista, pero se equivocaba y recibió un sí “muy profundo y muy real”.

Esto ocurrió hace tres años y desde entonces ha estado dando forma a esta novela. “Mi primera reacción fue pensar que ya hay libros sobre bullying y qué puedo aportar yo. Y lo más importante, si hay algo que cruje ahí dentro, si hay algo personal”, explica. Y lo había.

Directo

LOS40

LOS40

Reproducir LOS40

Las dos imágenes de bullying de las que partió Roberto Santiago

Cuenta que le vinieron a la cabeza dos imágenes reales. “La primera que es el germen de este libro. Es real, de algo que yo viví cuando estaba en el colegio, en lo que ahora sería 3º de la ESO. En mi clase había un chico al que hacían bullying. Las formas han cambiado, pero el acoso ha existido siempre. Me vino la imagen de este compañero, vi cómo le cogían y le colgaban de la ventana boca abajo. Estaba en un tercer piso. Imaginaos el impacto para él y para los que lo veíamos”, recuerda.

Recuerdo las miradas de pavor de los que no hacíamos nada por impedirlo. Miedo a ser el siguiente.

Han pasado muchos años, pero todavía recuerda su sensación en aquel momento, “de miedo, de terror y también un poco de cobardía por no haberme atrevido a intentar impedirlo. Recuerdo las miradas de pavor de los que no hacíamos nada por impedirlo. Miedo a ser el siguiente. Esa imagen fue lo primero que me vino a la cabeza. Ha sido un faro para escribir este libro y la tenía muy enterrada. Ha sido un viaje emocional tremendo reconectar con aquellas emociones”.

Ahora que ha abordado el tema, alguno podría pensar que se ha puesto en contacto con aquel compañero. “A día de hoy, algunos de mis mejores amigos son del colegio y del instituto y he preguntado por él, pero no le he localizado. Si hubiera querido encontrarlo seguramente puede que lo hubiera hecho, pero por respeto, miedo o temor, no lo he buscado más allá de preguntar por él a amigos y compañeros”, admite.

La segunda imagen no la vivió en persona, se la contó una madre amiga. “Un caso en un colegio privado al que iban sus hijos. Un rito de iniciación en el que a los alumnos nuevos les dejaban en ropa interior, les ponían un cinturón en el cuello y les paseaban obligándoles a comportarse como perritos. Se destapó y a ella como madre la dejó en shock, relata.

Aceptó la propuesta porque vio la necesidad de escribir sobre este tema y se puso manos a la obra.

Una novela en tres fases

Hizo la novela en tres fases, la primera de documentación y trabajo de campo. Ha hablado con víctimas y reconoce que “ha sido doloroso”. Ha terminado haciéndose amigo de una inspectora de la Policía de Alicante que ha llevado muchos años la unidad anti bullying. “Me ha contado muchas cosas tremendas de los casos que ha llevado, son casos reales, muy actuales e inmediatos”, asegura.

“Además de los casos concretos y reales, uno de los datos que más me impactó es que en el 95% de sus casos, cuando iban a hablar con los familiares, no tenían ni la más remota idea de que sus hijos fueron protagonistas. No sabemos lo que están viviendo nuestros hijos. Al principio lo negaban y cuando se encontraban que era un caso con pruebas claras se derrumbaban. Había una cosa de romperse por dentro porque no lo esperaban”, expone sobre una de las cosas que descubrió hablando con la inspectora.

A medida que iba escribiendo iba sorprendiéndome con las cosas que le pasan a Víctor.

En esa fase aparecen imágenes de los personajes que ya estaban en su tablón antes de ponerse a crear la historia que, como es habitual en él. Y en seguida pensó en quién iba a contarla. Encontró a Víctor, Uve, un chico de 16 años que perdió a sus dos padres y tiene que empezar en un nuevo al instituto. “A medida que iba escribiendo iba sorprendiéndome con las cosas que le pasan a Víctor. Se enamora y guarda dos secretos. Cuando llegué al primer giro de guion me sorprendí porque yo no preveo las tramas, van surgiendo”, confiesa sobre su forma de escribir sin tener previamente la trama planteada.

“Yo escribo para saber lo que va a ocurrir en la historia”, confiesa y eso provoca “que mis novelas sorprendan y que el lector quiera pasar la siguiente página. Si yo me sorprendo es porque algo interesante está pasando. También sufro cuando es una novela como esta, dura, no pasa de puntillas sobre el tema, sino que lo mira de frente”, admite.

La tercera fase fue la reescritura y compartir la novela con el equipo editorial. “Hice una prueba con dos adolescentes y con esa valoración de estas lecturas más la mía propia, abordé la reescritura. Entonces no es tanto de tripas sino ver qué puede encajar y qué no”, explica sobre el final del proceso.

Denunciando el bullying

Aunque Santiago no pretende moralizar con su novela sí tiene otra pretensión, “que el lector se haga preguntas. Que se hable de bullying y se ponga el foco en este tema. Los acosadores son culpables, sin duda, pero poner solo el foco en ellos es un error. Los culpables somos todos, algo estamos haciendo muy mal en la sociedad para permitir que algo así ocurra”.

“Yo no soy antisistema, creo que el sistema que tenemos es bueno, pero desde dentro hay que ponerlo en duda una y otra vez y en el bullying más. Hay muchos casos de centros que hoy en día tapan los casos”, denuncia lo que está ocurriendo en muchos centros, sobre todo, privados donde se dan a diario casos de abuso y se tapan para preservar su imagen, como ocurre en el Ernest Heminghway de la novela.

Hay una denuncia de los centros que esconden y tapan casos de bullying, es algo real que sigue ocurriendo.

“En todos los colegios o institutos hay bullying y el centro que diga que no, lo que está haciendo es esconder los casos”, dice tajante, “nunca he sido profesor en un instituto, pero lidiar todos los días con las connotaciones que hay con los adolescentes es muy complicado. Hay una denuncia de los centros que esconden y tapan casos de bullying, es algo real que sigue ocurriendo. Y luego, de los profesores, hay algunos que quedan muy mal parados y otro que quedan bien parados y que a mí me hubiera gustado tener cerca uno de esos cuando fui testigo del bullying. No creo que a los profesores les moleste, creo que les puede servir para debatir”.

Tiene claro lo que desea que ocurra ahora que la novela está en la calle. “Ojalá que la lean muchos jóvenes. Puede servir para que se sientan cerca de un problema que todos están viendo de una u otra manera, para que encuentren cierto consuelo. En esas edades, el adolescente se siente un bicho raro y muy solo, y ojalá sirva para que se dé cuenta de que no está solo”, expresa sin olvidarse de que El Círculo también contiene una historia de amor con la que los más jóvenes se pueden sentir identificados.

Se ha etiquetado como thriller juvenil y el autor está de acuerdo. También es una historia de amor, hay un romance que atraviesa la historia. Espero que los jóvenes se sientan identificados.

El Mago de Oz, una referencia

Abre con una cita de El Mago de Oz que ya había utilizado hace 26 años en otra novela y que asegura que lo ha leído en varias ocasiones y le ha marcado en muchos aspectos. “Me vino a la cabeza qué es la valentía, otro de los aprendizajes. La valentía es reconocer que tienes miedo y poder decirlo en voz alta. Ese miedo que te produce ser víctima o testigo y no atreverte, por miedo, a hacer algo y callarte. Reconocerlo, eso es valentía”, resalta.

Roberto Santiago, además de un autor de referencia en la literatura infantil, es también director de cine. No sabemos si será él quien dirija la adaptación de esta nueva novela, pero ya hay conversaciones para convertirla en una mini serie.

“No es habitual que una productora apueste por un libro antes de que salga. Desde que les conté la historia de El Círculo mostraron un enorme interés y confianza y ojalá que consigamos convertirla en una mini serie de televisión para que llegue al mayor número de personas”, desvela.

De momento, son muchos institutos los que ya esperan que Roberto Santiago se pase por allí para hablar de bullying con sus alumnos.