Ana Torroja, sobre su época en Mecano: "Tenía miedo de salir a la calle y que alguien se me acercara"
La artista se sincera y habla sobre reuniones del grupo, dudas y catarsis creativa y su etapa como solista

José María Cano, Ana Torroja y Nacho Cano (Mecano) en 1990 / BSR Entertainment
Han pasado ya más de tres décadas desde la separación de Mecano, aquel grupo que revolucionó la música española y se convirtió en un fenómeno internacional. Su vocalista, Ana Torroja, ha recordado aquellos años con una mezcla de gratitud y vértigo. Ahora, con diez años viviendo en México y calentando motores para su próximo disco, la artista madrileña se sincera en una entrevista con El Mundo sobre el pasado, el presente y lo que todavía la impulsa a seguir en la música.
Aunque su residencia está en México, Torroja insiste en que nunca se ha ido del todo. "Nunca me he ido ni me quiero ir. Que mi vida esté ahora en México no quiere decir que no quiera saber nada de mi país. Al contrario, estoy feliz cuando vengo. Lo extraño, lo echo de menos y lo quiero con todas sus virtudes y sus imperfecciones". La distancia, explica, le ha dado una perspectiva nueva sobre su tierra. "Cuando uno está muy encerrado en sí mismo y no ve más allá, se pierde muchas cosas. A mí me gusta tener esa distancia en todo en general: en las relaciones de pareja, en las de trabajo y también con mi país", declara.
Aquel éxito arrollador de Mecano marcó su vida para siempre. La exposición pública y la presión mediática la llevaron incluso a desarrollar agorafobia. "Tenía miedo de salir a la calle y que alguien se me acercara. Cuando pasaba, mi reacción era mala, no lo gestioné bien. De hecho, en 1992, que fue quizás el momento de más presión social con todo lo de la separación, me fui a vivir a Nueva York porque necesitaba ser una donnadie para recuperarme a mí misma", confiesa la artista.
LOS40 Classic
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Con el tiempo, ha aprendido a reconciliarse con aquella etapa: "Siento agradecimiento, porque si no hubiera vivido esos 11 años de Mecano seguramente no estaría hoy aquí hablando contigo. Sería muy presuntuoso pensar otra cosa".
Aun así, admite que el final del grupo fue duro. "Me entró un vértigo tremendo y, además, yo soy de poner el 100% en todo lo que hago y en esos once años había dedicado mi 100% a Mecano. Dejé de estudiar, dejé cualquier otro plan y cualquier otro sueño y me dediqué en cuerpo y alma al grupo. Y, de golpe, deciden que se acabó y no había nada que yo pudiera hacer para evitarlo. Dije: "Y yo, ¿qué? ¿Ahora qué hago?". Eso sí. Asegura que pensó que era una separación transitoria y el tiempo ha demostrado que no fue así. ¡Y las ofertas le han llovido! "Por un dinero que asusta", confiesa.
La etapa final no fue fácil. "Al final estaba quemada. Hubo momentos difíciles al ver que el grupo se descosía y, sobre todo, hubo momentos de agotamiento físico porque teníamos tanto éxito que no había forma de parar. Recuerdo una vez, en México, que estaba fatal, Moctezuma y eso, pero teníamos muchos conciertos seguidos y suspenderlos era impensable. Daba igual que tuviera fiebre, me ponían inyecciones y oxígeno para salir al escenario", confiesa.

Mecano en 1990 / David Nivière

Mecano en 1990 / David Nivière
Para Ana, la música sigue siendo su motor, aunque reconoce que no siempre fue fácil mantener la motivación. "Esa es la eterna pregunta en mi cabeza. De hecho, así arrancó el disco nuevo. Me resistía a empezar a escribir temas nuevos porque pensaba: "¿Para qué vas a hacer un disco si la gente ya sólo escucha canciones? ¿Qué puedo contar que no haya contado todavía? ¿No habrá pasado ya mi tiempo?", confiesa. Precisamente de esa duda nació Se ha acabado el show, un tema que le permitió dar forma a un nuevo proyecto. “Empecé a escribir las canciones como catarsis y me sirvió para tomar distancia y perspectiva sobre esas cosas que me estaban rondando la cabeza”.
Ana con el paso del tiempo
Más allá de la nostalgia, lo que Torroja valora es su capacidad de permanecer: "Lo más difícil que he conseguido es permanecer, llevar ya 30 años como solista, más que con el grupo, y tener aún un huequito. No me importa que sea más o menos grande, pero tenerlo y que la gente, cuando sacas algo nuevo, por lo menos te dé la oportunidad de escucharlo. Ha merecido la pena y no lo podría haber logrado sin todo lo que aprendí en esos años del principio de mi carrera".
Ese espíritu peleón lo arrastra desde siempre: "Soy muy guerrera, muy peleona y todo lo que he conseguido, con Mecano y todavía más después, lo he peleado y lo he tenido que luchar".
Hoy, Ana Torroja es consciente de que representa una época y la reinvención.












