Este es el primer punto de no retorno de la crisis climática
Los arrecifes de coral tropicales ya han cruzado una línea que la ciencia consideraba inquebrantable: la de los daños irreversibles.

Los arrecifes de coral son esenciales para la biodiversidad marina. / Georgette Douwma
Ya no hay vuelta atrás. El aumento global de las temperaturas ha llevado a los arrecifes tropicales al primer punto de no retorno documentado de la crisis climática. Así lo confirma el Informe Global sobre los Puntos de Inflexión 2025, elaborado por más de 160 científicos internacionales. Lo que durante años se temió ya es una realidad: los corales han pasado el umbral y están sufriendo un colapso del que no podrán recuperarse plenamente. Estos ecosistemas, vitales para la vida marina y el sustento de millones de personas, están viviendo un cambio sin precedentes.
Los corales comienzan a degradarse cuando la temperatura media del planeta supera los 1,2 ºC respecto a la era preindustrial, y ese límite ya se ha cruzado. Este punto marca el momento en que el calor y el estrés ambiental provocan un blanqueamiento masivo: los corales pierden sus algas simbióticas, se debilitan y finalmente mueren. En 2024 se registró el cuarto episodio global de blanqueamiento en solo 25 años, el más amplio e intenso hasta la fecha, que afecó a más del 80% de los arrecifes de aguas cálidas del planeta.
El proceso amenaza la biodiversidad marina y la estabilidad económica de las comunidades
A la subida de temperaturas se suman la contaminación, la sobrepesca, los vertidos y la urbanización costera. Todos estos factores impiden que los arrecifes se recuperen y aceleran su desaparición. Según los investigadores, este proceso ya se observa en 83 países y amenaza tanto la biodiversidad marina como la estabilidad económica de las comunidades que dependen de estos ecosistemas.
LOS40
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Rompeolas en peligro
Los arrecifes no solo albergan vida: también protegen a las costas de huracanes y tormentas, actuando como barreras naturales que reducen el impacto de las olas y los daños en infraestructuras. En el Caribe, por ejemplo, su presencia evita pérdidas millonarias cada año. Sin embargo, su deterioro deja a las poblaciones costeras más expuestas a desastres naturales cada vez más intensos.

La gran barrera de coral, en Queensland, Australia. / Holger Leue

La gran barrera de coral, en Queensland, Australia. / Holger Leue
Los científicos creen que los arrecifes del futuro serán mucho más pobres y simples que los actuales. Aunque algunas especies podrían adaptarse, la mayoría no sobrevivirá al ritmo de calentamiento y contaminación actual. La consecuencia será una pérdida masiva de biodiversidad marina y de recursos esenciales para más de mil millones de personas en el mundo.
Existen proyectos de restauración en distintos países, pero su alcance sigue siendo muy limitado frente a la magnitud del problema. Los expertos insisten en que la única forma real de frenar el daño es reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar la transición hacia energías limpias. Cada décima de grado que logremos evitar cuenta.
Tal y como advierte la comunidad científica, los corales son solo el principio. Detrás de ellos se acercan otros puntos críticos: el deshielo de los polos, el colapso de la corriente del Atlántico o la pérdida de la selva amazónica. "Cada fracción adicional de calentamiento aumenta el riesgo de desencadenar más puntos de inflexión", advierten los científicos. Su mensaje es claro: el reloj climático no se ha detenido, pero todavía podemos decidir cuántos puntos de no retorno estamos dispuestos a cruzar.












