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La gran obsesión de Phil Collins empezó a los cinco años viendo una serie de Disney

El recibo de una montura fue el comienzo de la colección privada más grande del mundo de objetos de El Álamo

Phil Collins / Fort Worth Star-Telegram

“Es mi obsesión”, reconocía Phil Collins. Desde que tenía cinco o seis años, el legendario artista londinense empezó a sentirse fascinado con una histórica batalla que se había producido más un siglo antes y a 8000 km de donde él vivía. Según cumplía años y se iba haciendo más y más rico, el ex Génesis confiesa: “decidí gastar mi dinero en objetos originales de El Álamo en lugar de comprar Ferraris”. Después de reunir más de 400 objetos, valorados en 100 millones de dólares, el 28 de Octubre de 2014 los cedió a su lugar de origen, Texas.

La batalla de El Álamo es un hecho histórico que inspiró películas, series o libros. Ocurrió en 1936, cuando Texas aún no formaba parte de Estados Unidos y buscaba independizarse de México.

Durante 13 días - entre el 23 de febrero y el 6 de Marzo - en torno a 200 texanos acuartelados en una antigua misión española fortificada, situada en las cercanías de San Antonio de Béjar, resistieron el asedio despiadado de 5000 soldados del ejército mexicano al mando de Antonio López de Santa Anna. El general, que resultó victorioso, ordenó no dejar a ninguno de los combatientes con vida. México perdió en torno a 1544 hombres en los combates (aunque esta cifra varía según la fuente).

De todas las películas que reproducen la épica batalla, la más popular es el western dirigido y protagonizado en 1960 por John Wayne (en el papel de la leyenda Davy Crockett) junto a Laurence Harvey (William Travis) y Richard Widmark (como James Bowie). Eran los tres líderes secesionistas…

Más de un siglo después, a 8000 km de aquel legendario enclave, un niño llamado Philip David Charles Collins crecía en Hounslow, oeste de Londres, viendo la miniserie de Disney (1954-1955) sobre Davy Crockett (interpretado por Fess Parker) y el filme de John Wayne. Ya entonces empezaba a obsesionarse con la decisiva batalla de la Revolución de Texas. Incluso llegó a creer que era la reencarnación de uno de los defensores del fuerte.

“He tenido un romance con este lugar desde que tenía unos cinco años. Solía salir al jardín y jugar a el Álamo”, declaraba en True West Magazine. “No pude conseguir ninguna música para acompañar a la batalla, así que cantaba ‘William Tell Overture’. Yo representaba la batalla con mis soldados de caucho y de plástico, y después, los quemaba en una hoguera. No lo sabía entonces, pero eso es lo que pasó en la vida real – los cuerpos fueron quemados en piras funerarias”.

Collins empezó a leer cualquier cosa que encontraba sobre el asedio. Un día vio el primer objeto de memorabilia relacionado con la batalla y sus participantes - una carta de David Crockett - en una tienda del barrio de Georgetown. La encontró mientras estaba de compras con su primera mujer en Washington D.C. "Pero me pedían 60.000 dólares, y era demasiado cara", explicaba en True West mientras recalcaba que su madre le había enseñado a ser austero.

En 1994, consiguió el primer objeto de su inmensa colección: Un recibo de la montura de John W. Smith - de 1836 - un mensajero de El Álamo que se convertiría en el primer alcalde de San Antonio pocas semanas después del asedio. Se lo regaló, enmarcado, su tercera mujer. Curiosamente, "años después, en una fiesta en San Antonio, un vidente dijo que yo era Smith en una vida anterior. No hay imágenes suyas. No quiero parecer un tipo extraño. Pero estoy fascinado con todo esto”.

El recibo sería el comienzo de la colección privada más grande del mundo de objetos de El Álamo. También era uno de sus artículos favoritos, aunque "la joya de la corona" es el rifle de Crockett. Durante décadas, al mismo tiempo que Collins se hacía multimillonario, iba acumulando objetos: la espada del general mexicano Santa Anna, la bolsa de cuero con flecos de Crockett o el cuchillo original que utilizó Jim Bowie durante la batalla. Ropas, cartas y otros artefactos… la colección creció tanto que llegó a crear una especie de museo dentro de su casa en Suiza.

El 28 de Octubre de 2014, en un gesto de enorme generosidad, donó 430 piezas valoradas en más de 100 millones de dólares a un nuevo museo en San Antonio, Texas.

Cuando fui haciéndome mayor y rico, decidí gastar mi dinero en objetos originales de El Álamo en lugar de comprar Ferraris”, bromeó Collins durante su rueda de prensa junto a El Álamo. “Esto completa el viaje para mi… Estos artefactos han regresado a casa”.