'El cuco de cristal' llega a Netflix: Naturaleza, violencia hacia la mujer o la donación de órganos, entre los temas principales

Javier Castillo se ha convertido en uno de los autores más vendidos de nuestro país. Sus nueve novelas hasta ahora se han convertido en best seller colocándole como un imprescindible del thriller español. Luego fueron llegando poco a poco las adaptaciones audiovisuales.

Se ha convertido en chico Netflix desde que sus novelas se fueran convirtiendo en series. La chica de nieve consiguió ser la serie más vista del mundo en la plataforma durante su semana de lanzamiento. Y sin duda, el mejor estreno de una serie en España.

Con estos antecedentes llegar ahora El cuco de cristal, otra de las adaptaciones de una de sus novelas. Laura Alvea vuelve a coger las riendas de la dirección y, en esta ocasión, ha contado con actores como Catalina Sopelana, Álex García, Itziar Ituño, Iván Massagué o Alfons Nieto. Y no está Rosalía en la banda sonora, aunque podría encajar, pero sí Rocío Jurado o Radiohead.

Una doctora (Catalina Sopelana) se tiene que someter a un trasplante inesperado de corazón y decide investigar de quién procede. Eso le lleva a un pueblo donde han tenido lugar varias desapariciones. En el habitual juego de flashbacks de Castillo, vamos conociendo la historia de lo que sucedió en 2004 y que casi dos décadas después empieza a obtener respuestas sobre cuestiones que no habían quedado aclaradas.

Respeto por la naturaleza

Parte del equipo se han dado cita en un hotel de Madrid para presentar la serie y contar las curiosidades y anécdotas de un rodaje que tuvo lugar, en gran parte, en el Valle del Ambroz, asolado por los incendios este verano y que han querido tener muy presente. Y es que la naturaleza tiene mucho protagonismo en este thriller emocional que no mantiene la literalidad narrativa de la novela, pero si respeta las emociones.

La idea con esta adaptación, como cuenta Javier Castillo, era “crear una historia audiovisual única que te transmita lo mismo. Que juegue a ese misterio, a esa fragilidad y a ese baile entre la sutileza de la naturaleza preciosa y del drama familiar cuando empiezan a descubrir los secretos familiares que hay detrás”.

“Respeto a la naturaleza, que fumen en su casa. Y que hagan fuego en la chimenea porque desgraciadamente este verano se quemó parte de este maravilloso valle y he empatizado mucho con esta gente y me sabe mal por ellos y por este bosque”, reivindica Iván Massagué que quedó enamorado del pueblo de Hervás donde rodaron y donde le propusieron como pregonero de fiestas este verano.

Violencia hacia la mujer

No solo la naturaleza salvaje, también la humana, tiene presencia en estos personajes que están rotos. Violencia hacia la mujer, un omnipresente en la obra de Castillo porque, como él mismo explica, está latente en la sociedad que vivimos y uno escribe sobre lo que ve. En este caso, “el tipo de violencia que se trata en El cuco de cristal es como muy visceral, muy animal, por así decirlo y es uno de los grandes temas”, asegura.

“A mí como mujer es un tema que me importa y que está porque al final contamos historias que son reflejo de lo que pasa”, añade Catalina Sopelana.

Pero hay otros temas: “Intentamos jugar a muchas capas con cada personaje y el de Álex García, por ejemplo, es una transferencia de la culpa y del sentir que algo del pasado es responsabilidad tuya y te obsesionas por solucionarlo. Con el personaje de Clara es jugar a los prejuicios con el tema de la donación y esa ambigüedad sobre si deberías conocer o no al donante”.

Desde este mismo 14 de noviembre, ya podemos adentrarnos en este universo oscuro en Netflix.