'A Love Supreme' de John Coltrane: cómo su adicción a la heroína terminó mostrándole el camino hacia Dios
El álbum muestra la epifanía espiritual de su autor en pleno éxtasis religioso
John Coltrane grabando en el estudio en el 1958. / Michael Ochs Archives
Dios está en todas partes, o esa es una de las premisas de la religión católica. Otra de las premisas es que cada uno encuentra a Dios donde puede, quiere y lo siente. A lo largo de los tiempos hay historias realmente curiosas de cómo diferentes personas han encontrado su camino hacia Dios, o incluso su encuentro con el mismísimo Señor Todopoderoso. Uno de los mayores genios del jazz y de la música tiene una de las historias más curiosas en cuanto a encuentros divinos. Además, el resultado fue un milagro también, pues gracias a ese momento la humanidad disfruta de una de las maravillas del mundo y de la música: su álbum A Love Supreme.
John Coltrane
Cualquiera puede escuchar las obras maestras de Coltrane, pero para entender a John hace falta mucha observación; para que te penetre toda su energía hace falta detenerse un segundo y asumir todo lo que este gran músico hace sentir con cada una de sus composiciones, que de verdad van más allá de lo humano. Y nosotros, como simples mortales, solo podemos observar, aprender y nutrirnos de esa evolución espiritual e intelectual de su autor.
JOHN COLTRANE, WYNTON KELLY, PAUL CHAMBERS, JIMMY COBB, STAN GETZ, OSCAR PETERSON (JATP 8.27.60)
John nació en Carolina del Norte, pero se mudó pronto a Filadelfia, una de las cunas del jazz, para estudiar música. Ahí el genio se creó a sí mismo y empezó a formar parte de los mejores grupos de jazz de la época. Llegó el momento en el que comenzó en el grupo del prestigiosísimo Miles Davis. El músico llamó a John en 1955 para que se uniese a su ya por ese entonces famosísima banda. Fue ahí cuando Coltrane salió del anonimato y su viaje más espiritual y extramusical daría comienzo sin él saberlo. En 1957, Miles toma la decisión de prescindir de 'Trane' debido al descontrol que tomó su adicción a la heroína y al alcohol. En esa época la mayoría de músicos de jazz cayeron en la heroína; incluso se creía que sin las drogas no se alcanzaba el sonido bebop tan característico de la época. Trane durante una temporada también padeció en ella, como muchos de sus coetáneos, pero el despido de Miles Davis dio comienzo a la epifanía de A Love Supreme.
La segunda planta con vistas al tren
Para Coltrane, el mayor shock vino a raíz del despido del que para él era toda su vida: su compañero de vida y su mayor inspiración. John nunca se había sentido más perdido. El que era el trabajo de sus sueños y su mayor proyecto vital llegó a su fin por culpa de sus adicciones, y no pudo soportar esa idea. Trane se encontraba en su casa de aquel entonces en Filadelfia, con la que era su mujer, Naima. Tomó una decisión drástica y arriesgada: se encerró durante más de dos semanas en el dormitorio de la segunda planta de aquella casa. Le dijo a su familia que no hacía falta que le diesen comida, pero que, si decidían hacerlo, que la dejasen en la puerta de la habitación. Así pasó más de dos semanas seguidas, sin salir de allí. John no saldría bajo ningún concepto, solo cuando hubiese acabado con su adicción a la heroína.
Dos semanas después, John Coltrane vivió en sus propias carnes una experiencia corporal y espiritual donde dijo, bajo sus propias palabras en unas notas del disco: “En el año 1957, experimenté, por la gracia de Dios, un despertar espiritual que me llevaría a una vida más plena, más rica y más productiva”. Fue ahí cuando decidió salir de aquella habitación, con vistas a las vías del tren, y después de ver pasar un tren que tenía dirección Nueva York decidió que él también se iría a la ciudad que nunca duerme y cambiaría su carrera radicalmente. Así fue como nuestro genio superó la adicción: nunca más volvió a probar la heroína y creó uno de los gestos de vivencia espiritual más genuinos, intensos, directos y apabullantemente hermosos.
Un amor supremo
A Love Supreme es un viaje interior construido paso a paso, donde cada movimiento funciona como un capítulo distinto de la búsqueda espiritual de Coltrane. La primera parte, Acknowledgement, gira en torno a un motivo mínimo, cuatro notas que él transforma, rompe y recompone como si fuera una oración hecha música. En la segunda, Resolution el cuarteto va a toda velocidad, pero el saxofón mantiene un pulso casi religioso, moviéndose entre estallidos terrenales y llamadas a lo sagrado. Ese choque es, realmente, la pelea entre lo humano y lo divino.
La tercera parte, Pursuance empieza como una tormenta: la batería marca el combate del espíritu con todo lo que lo arrastra hacia abajo, mientras el saxo lanza pequeñas señales de que aún queda un camino hacia la luz. Después llega la calma, y en medio de ese respiro vuelve a aparecer el motivo central, casi como un recordatorio de por qué empezó todo. El cierre, Psalm, abandona cualquier adorno y convierte el saxofón en una voz que recita una plegaria escondida dentro de la música. Aquí Coltrane ya no toca: directamente reza. Y ahí es donde A Love Supreme muestra su secreto más profundo.
Así termina una de las obras maestras de la música y de la humanidad. Tres años más tarde de la publicación de este disco, Coltrane nos dejó a causa de un cáncer fulminante. Finalmente se reunió con su Dios, ese que sonaba en su saxo. A nosotros, simples mortales que admiramos su música y figura desde la tierra, no nos queda otro remedio que escuchar su música como a él le habría gustado y lanzar un beso al cielo.
Andrea Sanz
Una chica buscando su lugar en el mundo. En este...Una chica buscando su lugar en el mundo. En este intento me encontré con el periodismo y decidimos hacerlo oficial, así que me gradué en la Universidad de Valladolid. Mas adelante me topé con el máster de radio, podcast y audio digital de la Universidad Antonio de Nebrija. Como hablo por los codos me pareció buena idea empezar a monetizarlo.