K.O. en el último asalto
El artista de Zaragoza ofreció dos conciertos con gran éxito el viernes 19 y el sábado 20 en Madrid
Abrió la noche del sábado con Algo en común, una de las piezas más bellas de su repertorio. En una interpretación delicada, sencilla y estremecedora, Bunbury se vio sorprendido por una adolescente que, entre gritos y sollozos, irrumpió en el borde del escenario buscando la complicidad de su ídolo. Hasta ahí duró la calma de una audiencia, que con De mayor no se lo pensó dos veces y dejó sus asientos para ocupar el escaso espacio existente entre las primeras butacas y el escenario.
En la primera parte del concierto, Bunbury repasó canciones de su etapa con Héroes del Silencio y de sus dos primeros discos en solitario. La primera y grata sorpresa del directo del aragonés fue la recuperación de Alicia en versión acústica, sin las excentricidades que han acompañado a esta joya de canción durante buena parte de la gira Flamingos.
Con acento hispanoamericano algo forzado, metido en un papel que no desmerecería el mismísimo Aznar, Bunbury pronunció sus habituales discursos en contra del racismo, de la intolerancia, y de la música que se puede escuchar en las radiofórmulas. Se deshizo en elogios al citar a John Lee Hooker o Muddy Waters y, ni corto ni perezoso, improvisó unas estrofas con bases y ritmos de blues que consiguieron sacar una sonrisa a los casi dos mil espectadores que abarrotaron el recinto.
LOS40
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Un momento especialmente intenso llegó con la interpretación de Iberia sumergida, que Bunbury hizo casi a dúo con un público entregado. No había tregua y así fue cómo volvió a escena para soltar con sosiego y desgarro su particular S.O.S.: Sácame de aquí.
El jinete, como es habitual, cerró la segunda parte del espectáculo en medio de un incesante despliegue de efectos visuales. Pero lo mejor estaba por venir. Bunbury, que no perdió la oportunidad de lanzar su particular alegato en defensa de los músicos de siempre -citando a Urrutia, Loquillo, Calamaro, Antonio Vega, entre otros-, invitó al ex líder de Gabinete Caligari para interpretar juntos ¿Dónde estás?. El Palacio de Congresos se fundía en una sola voz coreando las evocadoras estrofas de la bella canción de Urrutia. Fue, sin lugar a dudas, el momento más álgido de la noche.
En el bis final Bunbury mostró su lado más débil, el del hombre noqueado por el desamor con dos piezas de esas que dejan sabor agridulce: Aunque no sea conmigo y ... Y al final. Un broche emotivo para un duelo titánico que Bunbury saldó con un K.O. fulminante en el último asalto.












