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Sleeper, cómic de la semana
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El formado por Ed Brubaker y Sean Philips es uno de los dúos dinámicos más importante de la industria del cómic americano. Una de esas parejas que siempre van de la mano y son los mejores en lo suyo. El género noir no es el más fácil de trasladar a un formato viñeteado; la seriedad de la narración y el diálogo, la ambientación fría y oscura, la caracterización de personajes... son variables muy delicadas las que diferencia un cómic para pasar el rato de una historia inolvidable y, desde luego, no es tarea fácil mezclarlo con el género de súperheroes. Por eso, porque aquí sabemos diferenciarlas el cómic de la semana es Sleeper.
Holden Carver, un post-humano conocido como El Conductor por su capacidad de conducir la electricidad a través de su cuerpo, es un agente encubierto en una organización criminal internacional. En ella sube peldaños que cada vez le hacen más responsable y relevante y su jefe en el gobierno, aquel que le metió en esa doble vida, ahora está en coma; por lo que Carver está encerrado bajo las ordenes de Tao, una menta prodigiosa para el crímen fuera de control.
En su carrera como terrorista tendrá que obedecer órdenes inexcusables, creará vínculos dificiles de romper; relaciones imposibles o amistades inquebrantables con las personas equivocadas.
Con esta premisa arranca uno de los mejores cómics de género negro que ha dado la industria norte-americana; siempre bajo el monopolio de esas dos figuras insuperables. Brubaker como el mejor guionista para el género; capaz de hilar historias aparentemente inconexas creando la narración más compleja e inteligente del género. Philips es un maestro creando ambientes; un genio creando oscuridad en ciudades cargadas de tinta y personajes vivos que ofrecen personalidad y carácter propios. El mejor dibujo para crear tensión, angustia o sensualidad en un cómic.
Ambos, juntos, han sido siempre referente en la novela gráfica de género negro. Lo que diferencia a Sleeper de Escena del Crímen o de Criminal (ya repasado en esta sección), por nombrar dos buenos ejemplos, es la inclusión de los poderes sobre-humanos en una novela de corte clásico dentro del género Noir.
Sólo Brubaker es capaz de colar algo tan osado en un contexto clásico y hacerlo funcionar como si estuvieramos leyendo una historia real ocurrida en las calles de Nueva York.
Sleeper es una lectura adulta y te recomendamos que te hagas con ella lo más rápido que puedas.