Especial
Análisis de Assassins Creed Syndicate
Los asesinos se mudan a Londres
Como todas las pre-navidades, la última entrega de Assassin's Creed llamará vuestra atención desde las mejores estanterías de vuestra tienda de videojuegos. Después del debut generacional con una excelente cuarta entrega y un, algo más modesto, Unity; llega Syndicate el primer Assassin's localizado en Londres, en plena revolución industrial. Hablemos de lo bueno y lo malo de esta última entrega y lleguemos a una conclusión para vuestro bolsillo.
Hablemos del argumento...
Si lo que buscas es una buena historia, tenemos que decirte que Assassin's Creed ha ido perdiendo poco a poco la fuerza del hilo. Con la necesidad de dar una aventura nueva (y enorme) año tras año, la historia ha ido quedando en un segundo plano dando más vueltas a una idea que deberíamos haber superado ya.
"Syndicate" presenta a los protagonistas más carismáticos de toda la franquicia, dos hermanos gémelos: Jacob y Evie; él pone el sentido del humor, la fuerza bruta y las ganas de matar templarios por una causa; y ella pone el sigilo, el cerebro y las ganas de encontrar un nuevo fragmento del Edén. Y es que la historia sigue girando esa tuerca (quizás ya algo pasada de rosca) hablándonos de los "fragmentos del edén" y, por supuesto, localizando los templarios de la época para terminar con su actividad. Todo apunta a un malo-malísimo que se ha adueñado de la industria de Londres en su totalidad y que, para ello, ha usado una especie de jarabe diseñado por un médico loco. No esperéis nuevos hilos o revelaciones; el argumento plantea justo lo necesario para que empecéis de inmediato a pasar un buen rato.
Nueva ciudad, nueva mecánica
Y es que la historia es de los pocos puntos flojos de Syndicate; el resto sólo mejora algo que ya funcionaba de maravilla. En primer lugar, nos despedimos de los barcos, han dado todo lo que podían dar de sí; volvamos a las calles. Damos la bienvenida a los carruajes, que son ideales para largas distancias y alguna que otra persecución violenta, al gancho; una herramienta maravillosa que os permitirá cubrir mayores distancias por las alturas o escalar en cuestión de segundos y vuestra primera base sobre railes; se han acabado las casas ocupadas por asesinos, ahora disponéis de vuestro propio tren, siempre en marcha por las vías de Londres, para que podáis chequear vuestros asuntos cuando necesitéis.
Las calles de Londres tampoco permiten que montéis vuestros propios negocios en ellas. Atrás quedan los tiempos en los que nos adueñábamos de media Roma para recaudar dinerito con el que financiar nuestras actividades; volvemos a confiar en el contenido de los cofres de la ciudad, el saqueo de cadáveres y, esta vez, tendremos que subir de nivel a nuestra pandilla para que se adueñen del mercado negro y cada vez llegue con más frecuencia el dinero a la caja fuerte del tren.
Estas subidas de nivel de la banda se hacen a través de un menú que nos permite potenciar la parte violenta, la presencia de la banda en las calles y, como decíamos, su participación en el mercado negro y los robos de la ciudad. Cuando encontremos algún grupito de los nuestros, podremos reclutarlo como ayuda específica en la misión que cursemos; pero nos olvidamos ya de subir de nivel a los diferentes miembros de la banda con misiones concretas, ahora es todo mucho más general; nuestros soldados, aunque sigan siendo útiles, han perdido peso.
Dentro de vuestra "banda" también están los niños de Londres, por primera vez las calles acogen un buen puñado de "esos pequeños diablillos". Tendréis misiones dedicadas a acabar con la explotación infantil en la industria y, una vez completadas, serán vuestros ojos, oídos y manos en las calles de la ciudad. De vez en cuando tendréis la posibilidad de conseguir objetos simplemente cruzándoos a uno de estos pequeños en un callejón; él lo habrá conseguido para vosotros.
Los gemelos, los mejores protas de la saga
Los gemelos son una pasada; aunque bastante parecidos en general, notaremos que Jacob rinde más cuando hay que repartir y Evie es nuestra mejor opción cuando queramos pasar desapercibidos (que es el 80% del juego, todo sea dicho). Se controlan exactamente igual y, aunque suben los niveles por separado, sus árboles de habilidades son prácticamente idénticos, salvando los últimos tramos que empiezan a diferenciar algo más a ambos personajes.
Los secundarios son otro cantar: Charles Darwin, Dikens... todos parecen puestos para añadir frases humorísticas en los diálogos, y es que este es, posiblemente, el Assassin's Creed que menos "en serio" se toma a si mismo. Lo cual no es necesariamente algo negativo, Syndicate busca el entretenimiento a cualquier precio.
Entretenimiento (casi) ilimitado
Y entretenimiento es lo que mejor vende este "Syndicate". Londres es un 30% más grande que París lo fue en Unity. Las calles están plagadas de objetivos secundarios, tantos y tan entretenidos que os costará muchísimo centrar el foco en los episodios de historia. Siempre habrá zonas que liberar de la opresión de una u otra forma. En cada sector de la ciudad tendréis un taller con explotación infantil, un cuartel general templario, carruajes para robar, asesinatos específicos de gente que colabora con el enemigo y un larguísimo etcétera que ya iréis descubriendo; por supuesto, las calles, más interactivas que nunca, siempre serán el escenario interactivo de algún altercado en el que tendréis que meter el hocico... El caso es que al final pasarán las horas de juego y os encontraréis rascando libras de aquí y allá y buscando materiales para fabricar armas.
Las armas son un capítulo divertido también. Tenéis tres herramientas para defensa cuerpo a cuerpo; el bastón con filo escondido, una daga bien chula y el puño americano; tendréis que invertir concienzudamente porque cuestan una pasta y además luego se pueden mejorar... Por supuesto, no faltan las dagas, la pistola, las bombas de humo y los dardos envenenados (que ahora se pueden tirar al fuego para expandir el efecto de locura...
De verdad os digo que no hay "sandbox" más absorbente que esta última entrega de Assassin's.
Por supuesto, más bonito
Técnicamente es brutal. Mira que las calles de París eran bonitas, pero es que se quedan medio en pañales comparando la arquitectura con la de la ciudad de Londres. Nivel de detalle que sienta un nuevo tope técnico para la saga de Ubisoft; texturas brutales (cuyas cargas no fallan, además) y la iluminación muy mejorada con respecto a lo visto hasta ahora. Sigue fallando de vez en cuando el "parkour" pero es que esto cada vez es más grande; cada vez hay más planos de fachada y más cornisas para agarrar y es normal que no siempre consigamos que el juego entienda lo que queremos hacer (mal menor en todo caso).
Además, un excelente doblaje pone todo de su parte (al menos para los protas, algunos secundarios dan un poco de pena...) y consigue que la versión en castellano del juego tenga casi tanta personalidad como la versión original.
¿Veredicto? Abrimos la cartera y vamos de cabeza a por nuestra copia de Assassin's Creed Syndicate. No se que tienen estos juegos, que llegan puntuales ofreciendo justas novedades y siempre consiguen pararme los relojes de casa.
¡Ah! Y atentos al season pass porque viene Jack "el Destripador"