The Good Wife se despide para siempre

No hablamos de otra cosa esta semana que no sea el final de The Good Wife. El mundo se divide entre los que entienden que es la mejor serie que hay ahora mismo en la tele y los que no. El tiempo dirá lo importante que ha sido esta serie, la cantidad de cosas que ha aportado y lo bien que aguantará el paso del tiempo. Sucede casi siempre con las ficciones más sobrias.
The Good Wife, sin embargo, tiene mucho de series antiguas. Recordamos dos clásicos de las series de abogados a los que le debe mucho. Después de Canción triste de Hill Street y antes de Policías de Nueva York, Steven BochCo hizo La ley de Los Ángeles, una serie sobre un bufete de abogados con mogollón de gente. Había gente guapa y tramas episódicas y bastante riesgo en los temas elegidos. La relación entre los míticos Leland McKenzie y Rosalind Shays recuerda un poco a la de Diane Lockhart y Kurt McVeigh.
Un alumno aventajado de BochCo Fue David E. Kelley, que no contento con ser un nombre imprescindible de la tele, lleva veinte años casado con Michelle Pfeiffer. Tras La ley de Los Ángeles llegó a hacer su serie más exitosa hasta la fecha: Ally McBeal, la abogada con las faldas más cortas de la tele. Muy divertida y muy distinta de lo que habíamos visto hasta entonces. The Good Wife heredó, sobre todo, ese gusto por los jueces peculiares y el rollo de tensión sexual no resuelta con un antiguo amor en la oficina.
LOS40 Classic
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