El Olmo del Caúcaso y otras historias

Descubriendo a Taniguchi

Jiro Taniguchi, el historietista responsable de El Rastreador y Los Guardianes del Louvre entre muchas otras, vuelve en su faceta más cercana para presentar El Olmo del Caúcaso y otras historias.

Las dos obras mencionadas (y reseñadas en esta misma sección) son historias "cercanas" a nivel narrativo, ambas buscan contar una historia pequeña, desde la mente de un solo personaje; pero ambas también tienen una fuerte base de ciencia ficción; una con fantasmas y otra con un secuestro

Hay un registro del autor que todavía no hemos tratado aquí. Las historias de personajes y sentimientos; historias sin otra necesidad que la de transmitir sensaciones tan humanas como la nostalgia, la alegría o el arrepentimiento.

El Olmo del Caúcaso y otras historias es el libro perfecto para hablar de esa faceta de Jiro Taniguchi.Su mayor logro es conseguir que al lector le "importen" historias de poco más de 20 páginas. Pequeñas intromisiones en momentos muy concretos de la vida de un personaje, que Taniguchi narra con maestría para darnos alguna lección.

El libro comienza con la historia que pone título al libro; un matrimonio que se muda a una casa con un jardín que sólo conserva un viejo Olmo y que causa muchos problemas a los vecinos. Pero esconde muchas otras historias del mismo corte; la historia de una niña cuya madre descuida su atención, un hombre divorciado que reflexiona sobre lo que ha perdido... todas ellas cuentan una historia pequeña, que transcurre en pocos días u horas de la vida de los personajes que nos acompañan y que esconden un gran valor sentimental.

Además, Taniguchi es excelente creando contexto para este tipo de historias, siempre en Japón y con total atención a los detalles de su cultura; para que los lectores comprendan las reacciones y protocolos que tan diferente pueden hacer a la sociedad Japonesa de otras como la nuestra, por ejemplo.

El Olmo del Caúcaso es un libro muy agradable. Una lectura fácil pero que deja huella si el lector se posiciona y lo permite. El correctísimo dibujo de Taniguchi resulta efectivo, las figuras humanas transmiten emociones y se sirve de los entornos con base foto-realista para presentar el contexto más literal posible.

La edición de Ponent Mon, como de costumbre, cuida de Taniguchi con los mejores materiales.

Compra muy interesante si buscas algo tranquilo y diferente.