Análisis de Trials of the Blood Dragon
"Ida de flapa" sobre ruedas
Lo que le faltaba a Trials; un cocktail con la “ida de coco” ochentera de Ubisoft Blood Dragon, aquel universo que impreganara en su día Far Cry 3 de los neones rosas más orteras, las canciones más ochenteras y los diseños más locos.
El caso es que yo creía que esto era un Trials, tal cual, pero en el universo Blood Dragon y nada más lejos de la realidad. Las tres primeras fases sí, todo es sobre vuestra moto de “cross” y en condiciones normales, salvando la locura de la guerra de Vietnam como escenario.
Mientras te van contando una historia de cómo un solo tío se tiró la guerra de Vietnam al espalda y salió mal parado. Ese personaje, tenía dos hijos, mellizos; y son los que controlaremos en el resto del juego.
A partir de ahí es cuando empiezan a llegar las sorpresas; misiones a pie con armas, disparos desde la moto, cambios de vehículo a un tanque de combate o a un teledirigido; todo ello sobre el motor que conocéis de “Trials”, pero rompiendo cualquier vínculo con lo verosímil.
Personalmente, me gusta más el rollo Trials a secas, pero he de reconocer que un tercero sin ninguna adición habría sido apretar la tuerca demasiado con peligro de pasarla de rosca. Todo el juego, sea en moto, a pie o controlando otro vehículo sigue estando diseñado para medir la habilidad de los jugadores con el mando en las manos.
Es verdad que la física cuando vamos a pie está un poco “trucada” y no responde con el mismo rigor que la que acostumbráis a tener sobre ruedas, pero una vez se acostumbra uno a “las reglas” todo se convierte en un desafío la mar de apetecible.
Preparaos para los “sin-sentidos” más enormes. Escenarios que se destruyen a vuestro paso, monstruos a lo “Pacific Rim” y helicópteros de guerra tras vuestra moto y demás “idas de pinza” que podrían (o no) ser resultado de estupefacientes de los que la gente se metía en los 80.
Trials of the Blood Dragon es un juego descargable totalmente recomendable para todos aquello que busquen diversión rápida y directa sin demasiada explicación.
Luis J. Merino
Técnico de sonido, melómano y amante de los dos pilares fundamentales del entretenimiento: cómic y videojuegos....
