Especial
Llega una segunda taza de Pac-Man para los más inquietos
Tras Pac-Man 256, llega esta segunda parte del hit que arrasó en los ochenta
Hace pocas semanas hablamos de PAC-MAN 256, una reinvención del clásico que golpeaba todas las carteras. Ycuando decimos 'todas', queremos decir 'todas', porque el juego salía en consolas, android e iOS; un multiplataforma que puede jugarse con una sola mano y que consigue que las horas pasen volando ya estés en el sofá de tu casa o sentado en el autobús de camino al dentista.
Hoy llega PAC-MAN Championship Edition 2, la segunda parte de un absoluto hit de la pasada generación que, al menos a un servidor, mantuvo con el mando pegado a las manos durante meses. No sé qué tiene el comecocos, de verdad... pero siempre lo consigue.
Pues eso, que todavía no había sacado todo el jugo que tiene PAC-MAN 256 y tenemos este segundo acercamiento sobre la mesa. Diferente, eso sí. Donde en 256 teníamos un mapa infinito, fantasmas con diferentes comportamientos y una buena lista de power-ups para salir de un atolladero cuando fuera necesario, en Championship Edition 2 todo va de ir saltando de mapa en mapa, intentando despertar y molestar a cuantos más fantasmas mejor para, finalmente, comernos una bola de esas que meten miedo a los fantasmas y acabar con todo de golpe en un combo la mar de vistoso.
Como veis aquí, la mecánica cambia más si cabe que en su predecesor. Para empezar, tenemos un botón de pánico para volver al punto inicial de la partida, por si las cosas se tuercen mucho y no nos apetece perder una vida. Además, hay unos fantasmas transparentes pululando por el mapa que simplemente agobian; cuando chocamos con ellos, nos hacen rebotar ligeramente (en plan pinball), un estorbo si hay algún fantasma de los malos buscándonos.
El cambio más radical es que ahora podemos chocar con los fantasmas sin perder una vida. Raro, pero así es. Los fantasmas suelen empezar las partidas dormidos pero si pasamos por su lado despiertan y se mueven por la pantalla casi siempre buscando formar parte de una conga (o fila) de fantasmas que irá deambulando por el mapa. Si chocamos con ellos una vez y cambiamos de dirección no pasa nada, pero si chocamos con ellos varias veces seguidas los fantasmas se enfadan y pasan a un estado de caza en el que sólo quieren encontrarnos, esta vez sí, para quitarnos una vida.
Como veis, existe esa capacidad de elegir cómo vamos a encarar nuestra partida. Podemos ir a lo loco chocándonos con todo y comiendo fantasmas siempre que podamos o ir con cuidado, intentando nunca chocar con un fantasma tres veces seguidas para que no se enfaden, algo mucho más difícil si tenemos en cuenta la velocidad del juego.
Mientras todo esto ocurre, tenemos que comer bolas para rellenar una pequeña barra que aparece en la parte inferior de la pantalla; cuando esa barra este llena aparecerá una fruta o símbolo que podremos comer para trasladarnos a un nuevo mapa con más bolas y todos los fantasmas que tengamos en ese momento.
Cuando cambiemos de mapa un número concreto de veces, llegaremos a una última persecución en la que todo lo que tendremos que hacer será coger una bolita sin ser atrapados para acabar con el final boss de la pantalla, tal que así:
Como veis, la cosa va de aprovechar el tiempo comiendo bolas, saltando de mapa en mapa para comer más bolas y comiendo fantasmas siempre en combo para puntuar mucho más. La supervivencia pasa a un plano de menor importancia (porque tenemos varias vidas y la fiesta sigue de forma rápida), lo más importante es comer (bolas y fantasmas) y aprovechar el tiempo.
¿Conclusiones? PAC-MAN CE2 me ha gustado mucho: es rápido y divertido. Pero para mi gusto no llega al grado excelencia de la primera parte o de 256. Quizás el cambio de fórmula, con la altísima velocidad y fantasmas contra los que simplemente rebotar, altera demasiado la fórmula original ("come bolas y si te pilla un fantasma, estás muerto").
En cualquier caso, no llegar al nivel de adicción de esos dos precedentes no es en absoluto una mala señal. El caos organizado de Champ.Edition 2 es tremendamente divertido también y bien amerita los euros que Bandai Namco pide por él.
En cualquier caso, lo único que tenemos claro aquí es que si llegas a navidad sin un PAC-MAN en tu consola, mereces que te quiten la consola.