Conor McGregor ya es mas importante que la UFC
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El señor Conor McGregor, del que ya hemos hablado aquí en alguna ocasión, hoy es noticia una vez más porque ha conseguido hacerse más importante que la propia compañía para la que pelea; algo de lo que la UFC debe haberse dado cuenta ya y que puede cambiar la forma en la que funcionan las cosas allí.
El pasado sábado, Conor McGregor era cabeza de cartel en el estreno de la UFC (Ultimate Fighting Championship) en Nueva York, en el evento UFC205, tras la reciente legalización del deporte en la ciudad (no todos entienden a dos hombres encerrados en un octógono como "deporte" todavía). El caso es que, ya como campeón de la categoría de "peso pluma", McGregor puso el punto de mira en el cinturón de campeón de la categoría superior a la que él reinaba, "peso ligero", en manos de Eddie Alvarez; y como "lo que McGregor quiere, la UFC concede", obtuvo su oportunidad.
Como ocurre siempre aquí, han sido varias semanas de cháchara, pullitas e insultos en televisión que han llevado a crear un récord de expectación, una explosión en taquilla con precios disparatados por las butacas del Madison Square Garden y otro récord para el PayperView en TV.
McGregor y Alvarez subieron al octógono para cerrar la noche. Y la noche la cerró McGregor en poco más de 6 minutos, tal y como predijo que haría.
Atrás quedó toda la palabrería de Álvarez. No las vio venir y es que, guste más o menos, McGregor tiene algo que le hace especial dentro de esa jaula.
¿Qué pasa ahora? Conor McGregor, a sus 28 años, es el primer hombre que pone sobre sus hombros dos cinturones de campeón de dos categorías diferente de forma simultanea en la UFC y gana adeptos para el deporte cada vez que abre la boca y eso le otorga una posición ventajosa a la hora de negociar.
"¿Dónde está mi otro p$&o cinturón?" –gritaba McGregor al convertirse en doble campeón- Había prometido enrollar uno en cada hombro y "dirección" no subía al octógono ambos cinturones... y no habló de otra cosa al micro hasta que Dana White (cabeza pensante y expropietario mayoritario de la empresa tras el canje de 4 billones de dólares por su parte) subió a darle su segundo cinturón. Lo que McGregor quiere, McGregor consigue.
En la rueda de prensa post-lucha, tras anunciar que será papá a principios del año que viene, dijo que quería más. Está cansado de cobrar (una millonada, por cierto) y ver como pasan las bolsas de dinero para la compañía "gracias a él". "Tengo 28 años, tengo dos cinturones y tengo todos los números; quiero mi parte", así de claro lo ha dejado, el bueno de Conor quiere un porcentaje de la compañía para la que lucha. "Soy yo el que trae el dinero y por lo que yo se es Conan O'Brien el que está cobrando" –aquejaba Conor- (Conan O'Brien, presentador de TV y uno de los nuevos propietarios de la UFC, al parecer). El jornal y los "bonus de la noche" saben a poco ya para el "posterboy" de la compañía en el que UFC ha depositado tanto de cara "a la galería". Su figura se ha convertido en algo más importante que la propia marca para la que pelea.
Dejar marchar a la bestia ahora acabaría devaluando la compañía y jugando un flaco favor a un deporte que se reconoce cada vez más gracias a la excelente labor de McGregor de cara a la prensa y los fans, sin precedentes en las ligas de MMA (Mixed Martial Arts). Sin embargo dar un porcentaje de propiedad de la compañía a uno de los luchadores parece algo poco viable así de primeras y crearía un precedente al que todo el mundo se aferraría antes o después.
UFC205 ha sido uno de los mejores eventos de la marca en lo que lleva de historia y el que ha dado a McGregor las llaves de la casa. Veamos que pasa en adelante pero, como decíamos antes, "lo que McGregor quiere, McGregor consigue".