Freddie Mercury: 25 curiosidades cuando se cumplen 25 años sin el líder de Queen
Hace 24 años que murió Freddie Mercury, un día después de haber anunciado que tenía sida. Cuatro años antes, Freddie descubrió que tenía la enfermedad y solo confió la noticia a tres personas: su pareja, Jim Hutton; su exnovia, Mary Austin; y el mánager de Queen, Jim Beach.
Nació en Zanzíbar como Farrok Bulsara y formó su primer grupo de música a los 12 años. Después pasó por varios más: Smile, Wreckage, Sour Milk Sea e Ibex. Hasta que, en 1970, se cambió el nombre y fundó Queen junto a dos ex compañeros: Brian May y Roger Taylor. La banda fue ganando adeptos hasta convertirse en uno de los grupos de rock mejor pagados. Llegaron a ganar más que la reina Isabel II. "Mientras la gente compre mi música, seguiré. Cuando dejen de hacerlo, diré adiós y me convertiré en stripper bailando al ritmo de la música que he escrito", decía. En stripper no, pero su imagen sí fue evolucionando a lo largo de los años. Pasó de afeitarse a dejarse crecer el bigote. Cuentan que al principio muchos aficionados no podían soportarlo y que le tiraban maquinillas de afeitar al escenario durante los conciertos.
Y hablando de conciertos, la primera vez que actuó en España fue en febrero del 79. Después, repitieron en el 86. Los dos conciertos en la misma ciudad. Barcelona tiene historia en la vida de Mercury, no solo por ser la primera ciudad española en la que tocó con Queen. En el 87, voló a la ciudad para conocer a Monserrat Caballé y le enseñó la canción, que había grabado en un cassette. A la cantante le gustó tanto, que acordaron empezar a trabajar en un álbum, del mismo nombre: Barcelona. Uno de los dos discos que grabó en solitario. El single se convirtió en el himno oficial de los juegos olímpicos del 92. Ocho años después, Caballé interpretó la canción en la final de fútbol de la UEFA. Freddie ya había muerto, pero estuvo presente en la actuación a través de una pantalla. Al morir, se incrementaron las ventas de sus discos y se le dedicaron varios homenajes seguidos por millones de personas.
Está considerado unos los mejores compositores del siglo XX. El cabecero de su cama era un piano con candelabros. Así, si en mitad de la noche se le ocurría algo, se despertaba y lo tocaba.
Era muy excéntrico. Se disfrazó de sí mismo en su fiesta de su 35 cumpleaños, intentó ligar con Bono de U2 durante su último concierto benéfico y lo llevó hasta el final, porque cuando murió incluyó en el testamento a sus gatos. “Nadie más sacará un solo penique, excepto mis gatos Oscar y Tiffany. Aparte de ellos, no voy a regalar ninguna de mis cosas cuando esté muerto. Voy a acapararlo todo”. No sabemos si sus gatos heredaron. Sí se sabe que cedió parte de su fortuna a una fundación de lucha contra el sida. También heredó su exnovia, Mary Austin, la única que sabe dónde están esparcidas sus cenizas.