Habrá quien piense... - Editorial de Juan Luis Cano

La gente, por lo general, pasa página con más facilidad de lo que suponemos, sobre todo en cosas a las que se pueda considerar de una trascendencia relativa. No incluyo en el paquete grandes tragedias, por supuesto, pérdidas personales o eventos significativos, hablo más bien de aquellos personajes o acontecimientos que pasan por nuestras vidas y que, a pesar de influir en ellas directa o indirectamente, no llegan a afectarnos no a causarnos un trauma de un modo definitivo. No quiero quitar importancia a los actos a los que voy a referirme, prácticas delictivas de los corruptos, de los golfos, de los ladrones, de aquellos políticuchos que durante tantos años nos han vaciado el bolsillo y han abusado de nuestra confianza, beneficiándose y beneficiando a su entorno más deshonesto, pero sí que es verdad que el peso de sus actos, por lo general, no llega a ser tan traumático como otros trances más radicales como pueden serlo el haber pasado una guerra, por ejemplo, para entendernos.
A lo que voy es a que pudiendo dejar que las cosas oscuras terminen por sombrearse del todo, para qué reavivar fuegos de los que ya no quedan más que rescoldos. Si la mayoría de este país ya apenas recordaba que hubo una alcaldesa de Valencia a la que su gente dio la espalda cuando se empezó a descubrir la suciedad en la que se había movido durante tantos años y que tanto agravio causó en su ciudad ¿Por qué ahora la FEMP la premia con la medalla de oro a título póstumo? ¿Por qué acude Rajoy, que la apartó en sus últimos momentos, sin saber que lo iban a ser, por supuesto, pero a la que se sacudió de encima como si fuera una apestada, vamos..?
Habrá quien piense que es una provocación gratuíta. Habrá quien piense que una vez que Rita Barberá ya no está entre nosotros, no es merecedora del honor que perdió en vida. Habrá quien piense que es un desafío. Habrá quien piense que más que Barberá, que nos dejó velada por la sospecha, habrá alcaldes o alcaldesas en activo o jubilados, pero con méritos suficientes para recibir esa medalla y cuya concesión no habría causado enojo ni fastidio en nadie. Habrá quien piense que la burla no debe ser un instrumento político. Pero habrá quien piense que es mejor evocar de nuevo los tiempos tenebrosos del caloret y el todo vale valenciano y por eso habrán decidido que lo mejor era entregarle a título póstumo esa medalla de oro a Rita Barberá, sí habrá quien lo piense y por eso lo han hecho.
LOS40 Classic
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