El caso de Lucas Hernández - Editorial de Juan Luis Cano

El viernes pasado fue detenido Lucas Hernández, jugador del Atlético de Madrid por una presunta agresión a su pareja. Simeone no le convocó y el club emitió un comunicado en el que pedía respeto a presunción de inocencia, cosa lógica por otro lado, y argumentaba que debe ser la justicia la que aclare lo sucedido. Resaltó además su repulsa y condena a todo acto de violencia y me parece correcto. Ahora habrá que estar expectantes a ver qué hace el equipo si declaran culpable al jugador.
El mundo del fútbol no solamente mueve pasiones, también mueve instintos y es tal su fuerza que puede ayudar a reprimirlos o fomentarlos, por eso son tan importantes socialmente sus tomas de decisiones y las posturas que adopten en cuestiones delicadas que afecten a la concienciación social, como lo son la igualdad, la xenofobia, el respeto, el juego limpio, la educación...
Los representantes de los clubes, así como los propios jugadores y entrenadores tienen la obligación de mojarse en temas de educación, respeto o justicia social y no siempre el mundo del fútbol se ha mostrado y se muestra especialmente activo en ese sentido. Durante demasiado tiempo y en demasiadas ocasiones hemos sido testigos de la permisividad para con determinados comportamientos en las gradas por parte de las directivas en, prácticamente, todos los estadios, del mismo modo que es muy usual también escuchar de la boca de los protagonistas eludir declaraciones acerca de temas que transciendan lo futbolístico y yo creo que cometen un error. Muchísimos aficionados, niños incluidos, aceptarían, interiorizarían y normalizarían comportamientos y actitudes en sus vidas si los escucharan o vieran reflejados en sus ídolos, de una manera mucho más natural que si recibieran el mismo mensaje desde otros ámbitos y a pesar de que creo que los equipos de fútbol han ido modificando sus actitudes para bien, creo que todavía les falta mucho camino por recorrer.
LOS40 Classic
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Yo soy aficionado del Atleti como dejo patente siempre que tengo ocasión incluso cuando no la tengo debo reconocer que me siento tremendamente ofendido y dolido porque alguien que viste los colores de mi equipo del alma, pueda ser un maltratador. De momento, como dice el club, permaneceré a la espera, pero cuando pase ese tiempo y haya sentencia, si esta es de culpabilidad espero que el club y sus integrantes estén a la altura.












