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Estos son los versos que engancharon a Nach
La poesía urbana cada vez gana más adeptos y no sólo porque grandes del hip hop como Rayden o Nach hayan decidido convertir sus versos en libros.
Son los nuevos poetas, los que primero nos transmitieron su sentir a través de canciones y ahora lo hacen a través de poesías, pero no de esas imposibles de entender, sino de las que pisan tierra y nos transmiten una realidad con la que podemos identificarnos.
Luis García Montero, un poeta de los de siempre, se encargó de presentar en sociedad el primer libro de Nach, Hambriento.
“Es un libro de poemas escrito por un cantante muy famoso”, dijo.
“Sus páginas narran un itinerario vital y destilan honestidad y verdad. Es el libro de alguien que quiere comerse la vida, que apuesta por el deseo y que no renuncia a nada”, añadía.
Y eso es lo que hace Nach, contar su historia desde que salió de casa dispuesto a comerse al mundo hasta que regresó a ella con la madurez que proporciona el paso del tiempo.
“Vivir es pura inercia y dicen que nada se pierde del todo. Yo he pasado cuatro años en un laberinto de flores ardiendo, acabando siempre en el mismo alfiler, sentado sobre un horizonte de sucesos viendo el interior de mis agujeros negros”, escribe en el prólogo y eso ya nos anticipa lo que podemos encontrar.
Le gustan los versos, los que se cantan y los que se leen y reflexionan.
Desde clásicos contemporáneos de la Generación Beat como Allen Ginsberg a los más noveles como Sara Rodríguez Gallardo, Nach se ha enganchado a los suyos, a sus versos.
En nuestra estantería de Librotea de esta semana Nach nos cuenta cuál es la poesía que le ha tocado el alma.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...