Análisis de Dragon Quest Heroes II
Toriyama y la saga “Dinasty”, juntos de nuevo
Dragon Quest Heroes II sigue por el buen camino que marcó su predecesor. Toma como molde el clásico ‘Dinasty’ para empezar a funcionar, pero se lleva el ‘spin-off’ a terreno propio de muchas y diferentes maneras.
Primero y principal; Dragon Quest Heroes II es un juego nuevo, no una continuación. Así que no tengas miedo en lanzarte a por él si no jugaste al primero.
La historia tiene lugar en un mundo nuevo y el guión no tiene nada que ver con el que vimos hace un par de años. Donde entonces teníamos una serie de monstruos que se volvían malos, hoy se presenta una historia mucho más sólida y dramática.
Donde el primer Dragon Quest Heroes no se atrevió a cambiar demasiado, esta segunda parte intenta sacar algo más del RPG original. Añade mundo abierto, lo que proporciona una sensación de libertad y una capacidad de explorar muy similar y propia de la serie Dragon
Quest.
Además, a las misiones principales, que ya enriquecen los básicos aquellos de acabar con cierto monstruo o escoltar a un determinado personaje a un punto del mapa; se suman un buen puñado de misiones alternativas y eventos especiales que pueden permanecer abiertos el tiempo que necesitéis y que aportan al juego matices que poco pudimos ver en la primera parte.
Por supuesto, vuestro personaje tendrá su árbol de habilidades generoso que podréis ir descubriendo con puntos de experiencia y que además variará en función de la vocación que decidáis potenciar. Por ejemplo, Teresa (la prota) puede crecer como luchadora, maga, sacerdotisa o ladrona, y cada una de esas tendencias tendrá un impacto directo en el árbol de habilidades.
También hay armamento y mejoras del mismo para aburrir, y alquimia. Pero quizás el punto más fuerte del juego sea el acceso constante a vuestra cuadrilla de héroes.
A pesar de que se os pedirá elegir entre Lazarel y Teresa como protagonista; a vuestra travesía se unirán otros personajes de estilos y habilidades muy diferentes como Torneku, Maribel, Ruff, Cesar o Desdemon y será vuestra gestión constante la que facilite en mayor o menor medida la resolución de ciertas batallas.
Si bien el control del juego sigue evocando la experiencia “Dinasty” de la que tanto hablamos, basada en movimientos y cadenas de combos simples, será esa parte estratégica que supone tener a cuatro personajes en activo la que enriquezca el combate y lo lleve a otro nivel.
Tanto el aspecto como las características y las habilidades de cada personaje, marcan una diferencia que será recomendable tener en cuenta para plantar cara a ciertos jefes finales.
Técnicamente es una jozadita. Para esta reseña hemos usado la versión PS4 del juego. No hemos tenido el gusto de llevárnoslo “on the go” con una switch, así que no podemos hablar de esas experiencia, pero sí podemos hablar de los 60 frames por segundo constantes y un mundo rico, variado y perfectamente definido para uno de los imaginarios más ricos de Japón; el de Akira Toriyama.
Por lo que hemos visto, las principales dolencias de Switch se viven en campo abierto, donde la vegetación escasea en comparación y las estructuras parece menos trabajadas y, por supuesto, en la tasa de frames que está limita a 30 por segundo. Por otra parte, aquello de llevar un juego como Dragon Quest Heroes 2 en el bolsillo, bien puede llegar a pesar más que el resto para muchos de vosotros.
En cualquier caso, la compra queda más que recomendada. Es el “spin-off” de Dinasty Warriors más independiente que hemos visto hasta la fecha y todo bañado por el inherente encanto que presta el universo de Dragon Quest.