El ganador de Eurovisión 2017 está ingresado en estado grave

La emotividad de un chaval de 27 años que llegó a Eurovisión cantando una canción compuesta por su hermana que hablaba de que juntos podrían con todo, caló tan hondo que le convirtió en el ganador de la última edición del Festival.

En aquel momento ya sabíamos que la salud de Salvador Sobral era frágil y buena prueba era el desfibrilador que llevaba injertado para controlar el funcionamiento de su corazón.

Ya por aquel entonces le faltaban las fuerzas para estar en todos los ensayos y pruebas de sonido y era su hermana Luisa Sobral la que le sustituía en esos momentos y estuvo a su lado incondicionalmente.

Sus circunstancias le exigían una vida reposada pero desde que ganó en Kiev no ha parado. Desde mayo su agenda se completó con 20 conciertos. Tres de ellos tuvo que cancelarlos el pasado agosto.

Finalmente anunció que el 8 de septiembre daría el último antes de “entregar su cuerpo a la ciencia y retirarme de los escenarios y de la música en general”.

Fue un concierto muy emotivo, en el que su público dejó volar globos con forma de corazón y en el que el cantante no pudo cantar todos los versos de su ya popular Amar pelos dois con el que ganó Eurovisión porque se le quebraba la voz. Su hermana estaba ahí para apoyarle y compartir ese momento con él.

Ahora, unos días después, ha cumplido con lo que dijo y se ha puesto en manos médicas. Está ingresado en el Hospital de Santa Cruz en Carnaxide, en Lisboa, conectado a las máquinas que le mantienen estable mientras espera la llegada de un corazón.

Pase lo que pase, lo cierto es que Sobral ha cumplido su sueño de ser un cantante reconocido. Antes de Eurovisión publicó Excuse me, un disco que apenas compraban y que no tenía el público suficiente para permitirle ofrecer un concierto.

Todo cambió a raíz de convertir a Portugal en la próxima sede del Festival y ahora es toda una celebridad en su país. Ahora sólo le queda esperar y confiar en que la suerte siga estando de su lado.