¿Es Netflix un buen lugar para que los artistas desvelen los secretos sobre su fama?
Hemos visto 'Gaga Five Foot Two' y tenemos la respuesta
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El pasado viernes 22 de septiembre se estrenaba Gaga Five foot two, el documental en el que Lady Gaga muestra aquello que todos imaginábamos pero que nadie se atrevía a asimilar: no es feliz (y está muy lejos de serlo).
El documental (o película, como ella misma dice) es el reflejo fiel de todo aquello que se esconde detrás de espectáculos, de millones de discos vendidos y de una fama mundial: una vida llena de sufrimiento, de dolores físicos, de insomnio, de fracasos amorosos y de soledad.
La Lady Gaga más vulnerable de todas se pasa gran parte del documental llorando desconsoladamente, en un mar de dudas acerca de sus proyectos y en un lamento continuado. Parece que lo tiene todo, pero ella misma afirma que no tiene nada (su familia, quizá).
Sus fans se cuentan por millones, pero durante la noche Gaga duerme sola. Cuando duerme, claro. Pastillas, porros (y anteriormente otras sustancias), tranquilizantes... Cualquier cosa es justificable con tal de calmar su dolor y su hastío.
Five foot two es una película en la que vemos reír muy poco a Lady Gaga, pero también es la mejor oportunidad que ha tenido la artista para decir y mostrar la verdad: en el escenario busca la perfección, pero en su cuerpo hay dolor, fatiga, pinchazos, retorcimientos musculares, etc.
Y todo ello se convierte en inseguridad, en mal humor y, finalmente, en una marginación social que la propia artista busca. Podríamos decir que incluso, quien no sienta como Lady Gaga, puede pensar que está loca.
En Netflix ha encontrado el mejor lugar para mostrarse sin artificio, sin un vestido de carne que tape las sombras de su fama. Sus fans, como siempre, han respondido apoyándola. Todos han entendido que cancelase su gira, que haya cambiado radicalmente de estilo en su último disco para dedicarlo a su tía muerta o que ya no vista de forma excéntrica.
Los Little Monsters han (hemos) aceptado que la Lady Gaga que les enamoró no era más que un personaje, un alter ego que ha acabado por casi matar a la propia artista. Casi. Quizá Lady Gaga no ha sido rápida en deshacerse de aquello que la encumbró a la fama mundial, pero ha llegado a tiempo. Al fin y al cabo, ella dice que en todo momento ha sido diferente y que de una forma u otra siempre ha llevado las riendas sobre su carrera y su vida.
Una vida que, por cierto, está marcada por las ausencias y los fracasos en el amor. Una vida que ha tomado una dirección contraria a la de su éxito profesional: cuanto más cerca ha estado del cielo en la música, más se ha hundido en la tierra respecto a lo personal.
NETFLIX, LA OPORTUNIDAD DEFINITIVA
Respondiendo a la pregunta de si es Netflix un buen lugar para que los artistas desvelen los secretos sobre su fama, la respuesta está más que clara: sí.
El pasado año se estrenó Justin Timberlake and the Tennessee Kids, un documental sobre las últimas noches de una gira mundial. ¿El objetivo? Captar el alma del concierto. Algo diferente a lo que siempre habíamos visto sobre Timberlake.
Este año se ha estrenado el de Lady Gaga, quizá la prueba definitiva para seguir haciendo películas de este tipo. Netflix es la plataforma idónea para albergar apuestas de este tipo: el público que consume estos formatos es suscriptor, los posibles personajes protagonistas tienen mucha más libertad que en productoras cinematográficas y la repercusión en redes sociales es la esperada.
Así como otros documentales sobre artistas (el de Justin Bieber o One Direction) se hicieron para la gran pantalla, la oportunidad de hacerlo para una plataforma como Netflix es mucho más enriquecedora.
Las dinámicas han cambiado y gran parte del fenómeno fan consume los videoclips de sus artistas favoritos en Youtube, reproduce sus discos en Spotify o Apple Music y, claro está, mira los documentales sobre su vida en plataformas como Netflix.
Visto Gaga Five foot two, ¿para cuando la verdad que se esconde tras el éxito de Selena Gómez? ¿Y de Taylor Swift? ¿Y de Miley? Gaga ha abierto la veda, tiempo al tiempo.