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¿La fama es buena para la salud? Esto dicen los artistas y los expertos
Estrés, ansiedad... prácticamente ningún artista parece librarse
“No hay nada que provoque más soledad que la fama”. "Cuando te haces conocido, la gente cambia a tu alrededor". "Comencé a tener ataques de pánico antes de subirme al escenario, sentía que no era suficientemente buena". “No me gusta la fama, el sentirme observado y juzgado constantemente”. "Me gustaría que entendieran que soy humano (…), esta vida puede destrozarte".
Lo han dicho Lady Gaga (primera frase), Charlie Puth (segunda), Selena Gomez (tercera), Pablo Alborán (cuarta) y Justin Bieber (quinta), cinco artistas que han tenido que realizar algún parón a lo largo de su carrera para recargar pilas, alguno no hace tanto.
No hay nada que provoque más soledad que la fama
El aislamiento, el estrés, la ansiedad o una idolatría por parte de los fans que puede llegar a ser tan adictiva (al principio) como abrumadora (después) no son los únicos síntomas que pueden acusar los artistas cuando se les viene la fama encima.
Selena Gomez publicaba hace unos días Anxiety, su nueva canción con Julia Michaels y un tema que habla sin tapujos sobre la ansiedad, una de las enfermedades más comunes de la sociedad actual. Su idea era clave: ayudar a comprender mejor esta patología, hacerla visible y que las personas que la sufren dejen de estar estigmatizadas.
Egos descontrolados
La lista es amplia. Por ejemplo, "egos descontrolados" que se inflaman como una pelota cuando el individuo “deja de pensar en su entorno porque todos lo sitúan como centro del universo”, explica el psicólogo experto en Clínica y terapia para adolescentes Jaume Guinot.
Es decir, el éxito 'se sube a la cabeza' y hace que te creas “que eres guay”, como ha reconocido, a toro pasado, Ricardo Moreno de Los Ronaldos en una entrevista reciente.
Hace ya unos años, Christina Rosenvinge admitía que en sus tiempos de Alex y Christina estuvo “un poco gilipollas”: “Luego tuve que ir pidiendo perdón por todas partes”, explicó antes de insistir en que es algo que pasa a todo el mundo ("a ti también te pasaría", advirtió).
La pérdida de privacidad, el encierro o la limitación de movimientos porque visitar la plaza Mayor de la ciudad se convierte en misión imposible, son otras de las consecuencias.
Entonces, ¿se puede decir que la fama es mala para la salud?
“No, si sabes gestionarla bien”, opina el psicólogo social Manuel Nevado, que sin embargo admite que no es fácil afrontar con facilidad unos cambios que amenazan con poner patas arriba tu vida.
Los trastornos más comunes
Entre los riesgos psicológicos más comunes, el experto cita “los problemas relacionados con la autoestima”.
Además, se pueden sufrir “depresión, ansiedad y trastornos bipolares" que implican una pérdida del control de los impulsos, con "fuertes subidas de ánimo seguidas de caídas en picado”.
Si es complicado manejar una vida que ha virado en muchos aspectos cuando te haces conocido, peor aún es cuando esa fama pasa, señala Nevado, que recuerda que un estudio realizado en EE UU señala que solo un 2% de la gente que alcanza la popularidad, es famoso de forma duradera.
Lo mental y lo físico, unidos
Por su parte, el psicólogo Jaume Guinnot destaca que lo mental y lo físico van unidos, en referencia a ciertas enfermedades que desarrollan los famosos. Y recuerda el peligro de que esas personas, imbuidas en “esa espiral de subida”, puedan descuidarse y sentirse atraídas por conductas de riesgo como consumo de alcohol o drogas.
¿Lo peor? “Dejar de ser tú mismo y comenzar a pensar que eres quien creen tus fans, convirtiéndote en una marioneta a su servicio, alguien que tiene que dar noticias y actividad constante. Esto lleva a una desrealización”, señala el experto, que también da consejos para evitar esta situación.
Cuestión de vínculos
“Hay que tomar distancia con fans, prensa... Hay que saber mantener los vínculos con tu vida, tu realidad. Asumir que la fama es algo falso”, recomienda.
También para Manuel Nevado es fundamental que la persona tenga ayuda profesional especializada que le recuerde que la fama es efímera y les anime a tener un plan B (“si este trabajo me va a permitir ganar mucho dinero, voy a invertirlo de esta manera para el futuro”).
Asimismo, cuidar las compañías, y que estas sean gente de absoluta confianza.
Una cosa más que puede ayudar: saber retirarse a tiempo cuando llegue el estrés (sí, como ha hecho Pablo Alborán). Y, sobre todo, tener los pies muy, muy cerquita del suelo.