Ponme un 'DOOM' para llevar
Con Switch, ahora Doom va en tu bolsillo.
Nintendo se está poniendo las pilas con Switch; intentando dar a sus usuarios ciertas y merecidas experiencias que no habría tenido en esta misma compañía en otra época.
Bethesda ha sido una de las primeras compañías en reconocer el potencial de Switch y ha prometido Doom (que llega hoy), Skyrim (que llegará en breve) y Wolfenstein II (que aterrizará algo más adelante).
De DOOM (el juego) hay poco que podamos añadir a lo dicho el pasado año al recibir la versión PS4/Xbox One. Lo que hoy nos ocupa es la resolución de la duda que todo el mundo tenía hasta hoy… ¿Cómo se defiende la Switch con juegos tan exigentes como este?
La experiencia de Doom en Switch es, como decíamos antes, “necesaria”. Muchos de los usuarios de Nintendo forman parte de un mercado “cerrado” en el que sólo pueden comprar lo que les da su compañía; no me preguntéis porqué, pero es así…
Gran parte de los usuarios de Nintendo sólo tiene consolas de Nintendo, y eso es un ‘handicap’ de cara a un mercado tan vasto como es el de los videojuegos.
La oportunidad que brinda Bethesda, pues, es “necesaria”.
Si has jugado a Doom en cualquier otro sistema lo primero que llama tu atención al probar la versión de Switch es el recorte en la tasa de frames. Los juegos de John Carmack (o de Id Software) se han caracterizado siempre por brillar en su versión PC, y cuando más brilla un Shoot’em up es a partir de los 60 frames por segundo.
Switch no ha sido capaz de manejar este conteo de imágenes por segundo y ha tenido que recortar su versión a 30 fotogramas por segundo. Para mucho este recorte entrará dentro de la normalidad; si bien es verdad que la gran mayoría de los juegos que recibimos hoy en ps4 y Xbox one vienen “capados” para esa misma tasa de frames.
Doom para Switch es totalmente funcional, es la comparativa lo que hace que la versión de Nintendo adolezca un poco la falta de hardware.
Esa misma falta de fardware es la que hace también que perdamos resolución en la imagen y con ella la característica nitidez a la que estamos acostumbrados. Partiendo de una resolución de 720p y sobretodo jugando en portátil, la profundidad de campo hace que veamos el entorno algo “borroso”; básicamente “cuanto más lejos, más borroso”.
Los recursos de la Switch se centran en el campo inmediato a la posición del jugador y el resto sufre recortes de resolución y frames hasta que nos movemos en esa dirección, tan fácil como eso.
Más allá de lo hablado, Doom para Switch es el mismo Doom que conocemos para consola y PC.
La posibilidad de llevar una aventura como esta en el bolsillo no tiene precedentes y debe valorarse como un acto de valentía por parte de Nintendo y Bethesda para llevar a sus jugadores material que en otra época simplemente no habrá llegado.
Tenéis la campaña completa, sin más recortes que los comentados en el apartado técnico, y el modo multijugador, también intacto.
DOOM es un juego imprescindible. Si sólo tienes Switch, lánzate a por él. Si tienes PS4 o Xbox One también, salvo que quieras llevártelo en el bolsillo de vacaciones, te diría que compraras la versión más potente.