Especial
De qué huye Miley Cyrus en ‘Nothing Breaks Like a Heart’
Todas las denuncias que hace la cantante junto a Mark Ronson en su nuevo videoclip
Poco después de que Miley Cyrus nos sorprendiese con su regreso a las redes, ella y Mark Ronson lanzaban su nueva canción conjunta Nothing Breaks Like a Heart. Y para acompañar el tema publicaban en las plataformas un videoclip donde se muestran unas imágenes que van más allá de lo puramente estético. Cada escena es una reivindicación en forma de dardo que va directo al corazón.
Y es que la grabación que completa al single del dúo se compone de representaciones simbólicas que responden tanto a momentos polémicos dentro de la carrera de la cantante natural de Tennessee, como a exageraciones distópicas sobre la realidad de Estados Unidos que son crítica a las miserias de una sociedad, extrapolables a muchas otras partes del mundo occidental.
El trabajo audiovisual, que sigue la línea del videoclip de This Is America de Childish Gambino, ha sido creado por el colectivo parisino We Are From LA, responsables también de la sucesión de imágenes que acompañaron al single de Pharrel Williams Happy, el que fue el primer vídeo musical en el mundo con una duración de 24 horas, gracias a lo cual se llevó el Grammy a Mejor Vídeo Musical en 2015.
Además, la producción corre a cargo de Romain Gravas, el polémico director francés conocido por su estética de realismo sucio y visceral donde muestra contenidos potentes y llamativos con capacidad de generar un alto impacto visual. Ha trabajado con grupos como M.I.A (Born Free, Bad Girls), Jay Z y Kanye West (No Church in the Wild) o Jamie xx (Gosh).
En Nothing Breaks Like a Heart nos encontramos con una Miley en el punto medio entre la versión pura, natural y dulce de Younger Now y la potente, desvergonzada e hipersexualizada Cyrus de Bangerz. Una nueva faceta que podríamos entender como la madurez y evolución natural de la artista. ¿Seguirán esta línea sus próximos trabajos?
Puede ser. De momento, lo que sí podemos afirmar con seguridad es que la cantante lleva tiempo ligando su carrera y su vida a defender causas como la protección de los derechos de los animales o la defensa del colectivo LGTBI (con la fundación Happy Hippie). Y como no podía ser de otra forma, en este nuevo vídeo aprovecha para apuntar con el dedo a alguna que otra injusticia. Analizamos cuáles.
Niños y niñas armados
En varias escenas de la grabación se muestra a menores interactuando con armamento (jugando con balas o disparando pistolas). Con estas imágenes se hace alusión a las políticas de licencia, compra y porte de armas por parte de los menores que tanto debate generan en E.E.U.U (a finales del año pasado en el estado de Wisconsin se aprobó una ley que permitía a menores de 10 años llevar sus propias armas).
Después de los trágicos eventos de tiroteos en escuelas (como el caso de Florida) surgieron los movimientos estudiantiles antiarmas, y la alusión a estos sucesos parece ser la particular muestra de apoyo de Miley a las demandas de control de armas y a movimientos como March For Our Lives.
Una infancia corrompida por las redes
Otra vez una imagen que muestra a menores: dos niñas posan para un selfie con un filtro típico de las redes sociales. Con esta escena se pretende hacer alusión a la creciente adicción y dependencia de la imagen que creamos en las redes sociales desde una edad cada vez más pronta.
La exposición en Internet, sobre todo de los que no superan la mayoría de edad, ya ha dejado prueba de su peligrosidad. La infancia de la gran mayoría de niños y niñas está condicionada al uso de las redes, donde no existe ningún tipo de control y, por lo tanto, no garantizan su seguridad.
Críticas a la religión
Curas en locales de streptease, monjas que rezan por Miley en una fila que encabeza un sacerdote caracterizado de Jesús y una escena final donde aparece la cantante imitando la crucifixión son las imágenes que utiliza para responder a la censura y la críticas recibidas por parte de esta institución.
El pecado y el exhibicionismo pasan a ser problemas de los religiosos y la salvación de la fe parece tener como única esperanza a la cantante en su papel de mesías. Además, las escenas de club de streptease hacen referencia al escándalo de los Teen Choice Awards del 2009, cuando Miley bailó en una barra de stripper.
Después de la crucifixión viene la resurrección, y Miley utiliza como altar los cimientos de los muros que ella misma ha derribado.
La fiebre del consumismo
Otra de las escenas muestra a un gran grupo de personas arrasando enloquecidas con los productos y objetos de un supermercado. ¿Una alusión a la locura y la dependencia del consumo que enferma a la sociedad de hoy en día?
El rey desnudo
En un momento del videoclip se ve a un hombre vestido con una funda de plástico sobre la que puede verse escrita en negro "The king is naked"; además, el chico muestra los antebrazos sobre los que se puede leer "Miley for president".
Esta imagen es la crítica más evidente y agresiva hacia Donald Trump: en muchas partes del país se colocaron estatuas que mostraban al actual presidente de Estados Unidos desnudo en una referencia al cuento popular "El traje nuevo del emperador" como protesta a su candidatura antes y después de las elecciones.
Deportistas arrodillados ante Miley
Una fila de jugadores de fútbol americano aparece en cuclillas mientras pasa el coche de la cantante. Esta escena hace referencia a la polémica suscitada por la orden que obligaba a todo el personal y jugadores de la Liga Nacional de Fútbol Americano a que respetasen el himno nacional bajo pena de multa.
El gesto de sentarse o arrodillarse era una forma de manifestarse en contra del presidente del país.
Además, esta imagen también podría asociarse con la actuación de Miley durante los MTV EMA 2013.
El mundo contra Miley y Miley contra el mundo
Durante todo el videoclip se pueden ver pequeñas referencias a la trayectoria artística de la cantante: la matrícula del coche que muestra que procede de Tennesee (estado natal de la Cyrus), la figura que cuelga del retrovisor con forma de Miley subida en la bola de hormigón, las fotos pegadas en el helicóptero que muestran la imagen de sus inicios o las mujeres en el jacuzzi que representan una de las escenas icónicas del videoclip de We Can't Stop.
Durante toda la narración de las secuencias de Nothing Breaks Like a Heart se ve como los telediarios cubren la huida en coche de la intérprete. Y esto no es otra cosa que una denuncia al acoso que sufrió durante la época de su transformación artística por parte de los medios, que la pusieron como el centro de mira de toda la opinión pública.