Especial
Por la cara: Así podrías entrar a los conciertos en un futuro no tan lejano
Y no nos referimos a que lo hagas gratis
¿Te imaginas ir a un concierto este 2019 y que no haya colas? ¿Que no tengas que llevar encima nada, ni entrada impresa ni e-ticket? Posible es, pero veremos si finalmente se hace realidad. Algo de miedo da, y más en estos tiempos en que empezamos a ser realmente conscientes de la (no) privacidad y la cantidad de datos que esparcimos por la red. Punto y aparte es que además acabe siendo legal, porque a día de hoy vulnera varias leyes en la Unión Europea.
A principios de este pasado verano se anunció acuerdo (e inversión en su capital) de Live Nation -que entre otros es dueña de Ticketmaster- con Blink Identity, una startup que desarrolla software para el reconocimiento facial, y que ya ha trabajado en el pasado en otros campos como el militar en EEUU.
Con esta inversión, este avance se podría empezar a aplicarse más pronto que tarde en todo tipo de acontecimientos como conciertos o eventos deportes. De hecho ya se está probando también en Japón de cara a sus Juegos Olímpicos para 2020.
Su tecnología se basa en la biometría, la ciencia dedicada a analizar, medir y controlar todas esas huellas naturales y únicas que tenemos todos los seres humanos. Hace ya años veíamos en las pelis de espías aparatos como escaner de iris o de huellas dactilares, pero cada vez se están sofisticando más.
El reconocimiento facial está ya testado, hay muchas iniciativas y empresas que lo utilizan alrededor del mundo, y no solo las utilizan los gobiernos o los servicios secretos. Una de las últimas en usarlo, que haya trascendido, es Taylor Swift en uno de sus conciertos. Esa vez no tuvo nada que ver con las entradas en sí, sino con su propia seguridad: quería tener controlados a sus posibles acosadores.
Simplemente colocando en un kiosko, en los pasillos o en las mismas puertas de acceso a un recinto cámaras y sensores se puede saber quién entra, cuándo o cuál es su recorrido antes de sentarse o ir a la pista.
En este caso, en el de poder acceder a un concierto o festival de música sin entrada, sería tan fácil como que la empresa donde compres tus tickets te pida un selfie justo en ese momento. Tu cara pasaría entonces a una base de datos que se 'machearía' con una imagen tuya al llegar a la sala, y se abriría, por ejemplo, una puerta o torniquete de forma automática.
Por un lado, esta tecnología podría hacer que resulte más fácil, rápido o seguro ir a disfrutar de la música en directo, ahorrando colas y problemas como los que hubo este pasado año en varios festivales españoles.
Pero por otro es preocupante por ser otro paso más a la hora de controlarnos y tenernos, digamos, fichados. Los responsables de Blink y otras compañías similares se esfuerzan en la seguridad de sus bases de datos y en comunicar sus buenas intenciones, como que borrarían esa data que guardan de tu cuerpo o que solo se utilizaría para efectos comerciales que hayas aceptado, pero sería un sistema más a hackear, y la cara es más difícil de cambiar que una contraseña.
Pero no solo de caras va el asunto: en China ya están probando el reconocimiento de la forma de caminar de cada uno, que por lo visto es incluso más particular y diferencial que un rostro, y tienen herramientas muy sofisticadas que analizan miles de personas en milisegundos.
Veremos que nos depara este futuro cercano, con los pros y los contras de esta nueva tecnología. ¿A ti que te parece?