Última hora
De las batallas de gallos al éxito global
Algunos de los artistas urbanos más influyentes comenzaron su carrera gracias a estas competiciones
Instagram / Paulo Londra
Las batallas de gallos siempre han sido la plataforma perfecta para raperos que están empezando y quieren darse a conocer. Aunque para esto hay que valer, ya que se requiere de grandes dosis de creatividad y, sobre todo, agilidad mental. Cada vez son más los aficionados a este deporte que consiste en, a través de rimas, dejar cuanto peor al rival, mejor.
La RedBull Batalla de Gallos, la competición más importante de freestyle del planeta, ya cosecha 12 ediciones. Este año la final del campeonato internacional se celebrará en España. Por ellas, han pasado algunos de los artistas urbanos que hoy acumulan grandes éxitos en su carrera.
Un ejemplo perfecto de esto es Beret, el cantante sevillano alcanzó el número 1 de la Lista de LOS40 hace tan solo unas semanas. Pero, hace 4 años, cuando era todavía desconocido podíamos verle sobre los escenarios de las batallas de gallos. Con sus rimas elaboradas y un estilo de rapear inconfundible con característicos toques de reggae.
Aunque el último éxito de Beret Lo siento se aleja de este estilo, sus primeras canciones como Esencial, o la colaboración que hizo el año pasado con SFDK Cara B, llevan la seña de este joven freestylier al que le apasionaba el reggae.
Aquí podemos ver al sevillano en 2015, en una batalla en Sevilla. Jovencísimo y con unas cortas rastas se enfrentaba a Negro Freshco y perdía. La verdad que las batallas de gallos no se le daban muy bien. También perdió el mismo año en la RedBull Regional en dieciseisavos. Pero, ¡miradlo ahora!
Paulo Londra es otro ejemplo perfecto. El argentino comenzaba a abrirse un hueco es el mundo del hip hop batallando en su país. Ganó una batalla de freestyle cuando tenía 15 años, un gran mérito para un adolescente. Sin embargo, quién le iba a decir que se convertiría en el artista argentino más escuchado a nivel mundial en Spotify. O que su canción Adán y Eva alcanzaría el número uno del top 100 de ventas en España.
Aquí podemos ver a un Londra adolescente antes de alcanzar la fama. Se enfrenta a un niño en una batalla que parece bastante improvisada. ¿Quién gana? Como no podía ser de otra manera, Paulo Londra.
Volvemos a un ejemplo patrio, el de Rayden. Al rapero, eso de las batallas de gallos, se le daba muy pero que muy bien. Fue campeón del mundo en 2006. Con 20 años, el artista no tenía rival en el freestyle. Sus rimas agresivas no recibían una réplica a su altura.
Han pasado 13 años desde entonces, pero Rayden sigue viviendo de la música. Aunque ahora, su estilo se acerca más a poesía cantada que a ese rap de exaltación de miembros viriles, de insultos a las madres y al aspecto físico del contrario. Os dejamos la final de 2006 contra Celedonio, para quien le guste, ¡una auténtica obra de arte!
No podemos hablar de batallas de gallos, sin nombrar a Arkano. No sólo tiene el récord del mundo por improvisar durante más de 24 horas seguidas, sino que además es el más joven en ganar la batalla nacional de RedBull en 2009, con tan solo 15 años. Pero es que, también consiguió el título de campeón del mundo en 2015. Una auténtica máquina del freestyle. Aunque ya se ha retirado de las competiciones y se dedica a su música, parece que está teniendo la misma suerte. Con su canción con Alejandro Sanz y Melendi, Déjala que baile, ha conseguido alcanzar la primera posición de la Lista de LOS40 en varias ocasiones.
Por último, Duki. El trapero argentino del momento junto a Paulo Londra, aunque su estilo se aleja del trap latino de artistas como Bad Bunny o Anuel AA. Empezó en las batallas de gallos inspirado por Arkano y Skone, dos auténticas figuras del género. Su canción Si te sentís sola, lanzada en 2017 le catapultó a la fama y desde entonces, estrena éxito tras éxito.
Aquí podéis verle competir en 2017 en la semifinal de El Quinta Escalón, el torneo argentino de batallas de gallos. En este caso lo hace contra Wos, el último campeón del mundo, así que el listón estaba, ¡muy alto!
