‘Like a Prayer’: la canción más transgresora de Madonna cumple 35 años
El tema causó un gran escándalo y fue duramente criticado por la Iglesia y los sectores más conservadores
Remontémonos a 1989. Madonna publicaba su cuarto álbum de estudio con un sencillo promocional más que polémico. Los símbolos religiosos usados en el videoclip y la historia narrada despertaron el repudio de la Iglesia y los sectores más conservadores. El problema no era el disco completo, sino una canción en particular, su letra y, sobre todo, su videoclip. Fue nombrado por MTV el más transgresor de la historia, y el sencillo consiguió vender cinco millones de copias y alzarse en el número uno en 15 países.
Han pasado 35 años desde que Madonna publicó Like a prayer, una canción que rápidamente se convirtió en la más transgresora de la época y que, a pesar de elevar a la artista más que con ningún otro tema anterior, también provocó varios problemas con sectores conservadores de diferentes ideologías. Ella misma recordaba la repercusión que tuvo en sus redes sociales cuando el tema cumplió tres décadas: “¡Feliz cumpleaños a mí y a la controversia!”, escribió en sus redes sociales. “¡Hace 30 años, un día como hoy lancé Liker a prayer, e hice un vídeo que causó mucha controversia porque besé a un santo negro y bailé frente a las cruces ardiendo!”, recordó la estrella del pop.
El video fue dirigido por Mary Lambert, con quien Madonna ya había trabajado en los clips de otros éxitos, como Like a virgin, Material Girl y La isla bonita. Pero fue Liker a prayer el que generó mayor escándalo, siendo prohibido en cadenas televisivas, y víctima de boicot por sectores conservadores.
La cantante rememoró además que fue tanto el impacto de su vídeo, que la marca Pepsi prohibió el anuncio que ella había grabado por entonces para ellos y con Liker a prayer de fondo. "Hice también un anuncio publicitario con Pepsi que fue prohibido porque mi vídeo era inapropiado”, continúa.
Un Cristo negro y cruces ardiendo
Madonna describió Like a Prayer como una canción sobre una joven apasionada "tan enamorada de Dios que es casi como si él fuera la figura masculina en su vida". La inspiración para la canción también vino de la creencia católica de la transubstanciación, el cambio de esencia mediante el cual el pan y el vino ofrecidos en el sacrificio de la Santa Cena durante la misa, se convierten, en realidad, en el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
Más tarde cambió el contexto de la canción para que la letra tuviera un doble significado. Si bien la canción podía al principio parecer superficial en relación a la sexualidad y la religión, en realidad tenía diferentes significados destinados a provocar la reacción de sus oyentes.
"Liker a prayer significa mucho para mí. Mucho más que Like a virgin. Es un tema que escribí desde el corazón y que percibo muy espiritual. Yo sentía que podía generar un gran impacto y así fue", aseguró en una entrevista posterior.
Un escándalo muy rentable
Al igual que ocurrió con Michael Jackson, Pepsi se fijó en Madonna para promocionar su marca, un tándem que, por descontado, iba a darle muchísimos beneficios. Así, firmaron un contrato de cinco millones de dólares por dos minutos de anuncio, contrato que se truncó por el videoclip de Liker a prayer. Madonna besa a un Cristo negro, aparecen cruces ardiendo y acaba subiendo al cielo. ¿Resultado? La Iglesia se lanza contra Madonna y obliga al gigante de los refrescos a cancelar el contrato con la cantante.
La Reina del Pop pone en primer plano el problema del racismo dentro de la sociedad Estados Unidos, así como la figura de la mujer y la religión dentro de la sociedad americana. Madonna busca despertar algunas mentes y lo consigue, pero a la vez consigue que la Iglesia se pronuncie rotundamente en su contra, así como el sector más conservador de los Estados Unidos y del mundo. A pesar de todo, el tema se convierte en una de las canciones más vendidas de su carrera, así como uno de los cortes más famosos e imprescindible dentro de su carrera musical.
Daniel Garrán
Jefe de producto de LOS40 Classic