Las lecciones que deja ‘Juego de tronos’ sobre las relaciones tóxicas de sus protagonistas
El capítulo 8x05 demuestra lo que destruye ese tipo de parejas
'Juego de tronos' ha emitido su capítulo 8x05 y en él ha dejado varias lecciones de George R.R.Martin hacia las relaciones tóxicas de sus protagonistas.
Finales con los que ha hecho una metáfora de lo dañino de ese tipo de uniones. Porque cada pareja ha encarnado un tipo de vínculo negativo por el que muchos hemos pasado con resultados casi tan nefastos como los que están viviendo en Poniente:
(¡Cuidado Spoilers del 8x05!)
Jaime y Cersei Lannister, el típico ni contigo ni sin ti
Todos sabemos que Cersei y Jaime se quieren. Mucho. Pero eso es lo típico de quiéreme menos y quiéreme mejor. Porque la realidad es que su relación nunca se ha hecho oficial por lo que mantenerla a escondidas - aunque aumenta el morbo- solo ha beneficiado a una de las partes: Cersei.
Con la protección de su hermano y la seguridad de su amor incondicional, ella ha ido escalando en su ambición por el trono hasta reinar como le ha parecido. Mientras él se ha quedado en un segundo plano conformándose con estar cerca de ella y renunciando a escoger sus retos, a reconocer a sus propios hijos y a tener una vida.
Son relaciones en las que siempre hay (como mínimo) un perdedor porque porque el apego es tan grande que creen que sin el otro nunca serán plenamente felices. Por lo que prefieren perderse a ellos mismos antes que al objeto deseado.
Y así les ha castigado Geroge R.R.Martin: perdiéndose a los dos bajo los escombros de Desembarco del Rey. No nos equivoquemos, no es una muerte romántica. Es la que merecía Cersei. En cambio Jaime podría haber tenido una nueva vida.
Jon y Daenerys, una de cal y otra de arena
No sabemos qué habría sido de la relación de Jon y Daenerys de no haber sido tía y sobrino pero lo que sabemos es que desde que lo descubrieron, nada ha sido lo mismo. Algo que ocurre en muchas relaciones, que cuando la familia se mete por medio todo salta por los aires (o se quema), o cuando algo se rompe dificilmente se puede volver a empezar.
Por lo que ambos han tomado una dinámica en la que ella le va detrás y él se deja querer pero no se compromete a nada formal. Otras veces él le entrega su valor más preciado (el honor) y para ella no es nunca suficiente. Una dinámica muy dañina en la que nunca logran disfrutar plenamente de una relación estable. Solo de los picos de pasión.
Pero eso es algo que no se puede mantener eternamente y que todo apunta que acabará como el rosario de la aurora (como también suele ocurrir en la vida real).
El Perro y Ser Gregos, la familia no escogida
La familia no se escoge y por ello muchas veces entre sus miembros no se soportan. Porque nada tienen que ver unos con otros y algo les obliga a soportarse.
Algo parecido les ocurrió a El Perro y su hermano Ser Gregos que desde que arrancó la serie se la tenían jurada. Hasta que el destino les juntó en la peor de las situaciones y les dio la oportunidad de arreglar sus diferencias. Pero como eran irreconciliables, acabaron arrojándose al vacío para ser engullidos por el fuego.
Lo que deja como lección que, si odias a alguno de tus familiares: cuanto más lejos mejor.
Sansa y la sumisión
Las relaciones de Sansa siempre han tenido un elemento en común: la sumisión. Ella ha mantenido parejas en las que se ha mostrado en inferioridad de condiciones por lo que ha permitido vejaciones imperdonables.
Sus sueños de vida de princesa dieron un vuelco completo y se han convertido en pesadillas que le han hecho desconfiar de todos.
Sin embargo, todo apunta a que será la única recompensada por haber aguantado y haberse reinventado tras todos esos maltratos.
Jorah y Daenerys, el peligro de la friendzone
Otra de las relaciones que han acabado tristemente ha sido la de Jorah Mormont y Daenerys. Él siempre ha estado enamorado de ella pero entró en la peligrosa "friendzone" de la que casi es imposible salir.
Por ello también él la traicionó una vez, quizá dando rienda suelta a la rabia de saber que nunca sería correspondido, pero aprendió la lección e hizo lo posible por recuperar su confianza.
Desde entonces él sufría en silencio un amor que le impidió apostar por una vida propia alejado de ella. Y como castigo, la serie acabó con él dando su vida por ella. Un final metafórico de lo que supone entregar tu vida a alguien que nunca podrá darte lo mismo.
Paula Hergar
Periodista, redactora de LOS40 y mocatriz. Crecí creyendo que vivía en una serie de televisión y todo...