Cómo ‘Despacito’ cambió las dinámicas del mercado musical global
Actualmente, América Latina alberga los mayores éxitos musicales del mundo
No hay que ser muy avispado para darse cuenta de cómo los nombres de los artistas latinos se están colando en todas las listas de éxitos a nivel global. Despacito se convirtió en un fenómeno sin precedentes. En 2017 esta canción de Luis Fonsi junto a Daddy Yankee sonaba en prácticamente todos los países; desde Europa, Asia y por supuesto, Estados Unidos. Hoy sigue ostentando el título de vídeo más visto en la historia de YouTube con 6.208 millones de reproducciones, ¡casi nada!
La dinámica empezaba a cambiar. Hace tiempo que las fronteras físicas desaparecieron, internet abre un abanico de posibilidades para que sea el público el que escoja y en consecuencia, el gigante Estados Unidos está perdiendo fuerza frente a su vecina de abajo. Los ingresos de la música latina experimentaron un crecimiento del 17,7% en 2017, más del doble de la media global que se quedó en un 8,1%, según el informe de MIDEM Cómo la música latina está redefiniendo el mercado global.
Estados Unidos está mirando a Latinoamérica. Todo empezó cuando Justin Bieber se unía a Luis Fonsi para destrozar Despacito, tras él muchos anglosajones se han atrevido a seguir su camino. Beyoncé se aventuraba con J Balvin en Mi Gente y salía airosa, pero nada como la versión original.
Alicia Keys reclamaba un lugar en Calma Remix de Pedro Capó junto a Farruko y Katy Perry nos sorprendía sumándose a Daddy Yankee en el hit del año Con Calma. Aunque muchos podrían pensar que el honor es de Daddy por actuar con una diva del pop, la dinámica es la contraria. El Rey del Reguetón se basta y se sobra para conseguir números astronómicos, Katy empieza a necesitar un poco de ayuda...
Antes eran los latinos los que se adaptaban a los gustos estadounidenses o traducían sus canciones (véase Shakira), sin embargo, esta nueva era nos está dejando momentazos como cuando Justin Bieber un poco alcoholizado y micrófono en mano cantaba: "Despacito, na na na na... I dont know the words so I say Dorito."
Pero, ¿qué tiene América Latina para convertirse en una superpotencia musical? Lo más importante es la unión, lo que J Balvin denomina Latino Gang. Colaboraciones de cada vez más número de artistas de Colombia, Argentina, Puerto Rico, Panamá... O el apoyo de los veteranos a las nuevas promesas participando en sus remix. Un mercado tan unificado es imbatible.
Además, la industria latina es la que más crece, entre otras cosas por ser los que mejor han sabido adaptarse al mundo del streaming. De hecho, en 2017 esta forma de consumo de música latina experimentó un crecimiento del 48,9% frente al 39% de la media global y la tendencia sigue al alza. Saben cómo moverse en internet y en las plataformas musicales. Los reguetoneros no lanzan un tema sin un videoclip que no haya costado millones y el público lo recibe, le gusta, lo comparte y les devuelve la inversión.
Maluma, J Balvin, Nicky Jam, Bad Bunny, Ozuna, Daddy Yankee... todos ellos suenan en muchísimos países y los millones de reproducciones en sus canciones los consiguen en apenas unas horas. Pero es que en América Latina viven 693 millones de personas y el 43% de ellos tiene un smartphone. Además, del mercado español que nos tienen completamente conquistados y de los 60 millones de latinos que viven en Estados Unidos.
Lo siento por los haters del reguetón, que son muchos, pero la gente demanda perreo. Los ritmos conquistan, las letras son sólo un adorno. La fusión de la tradicional música latina, el trap de Estados Unidos, los ritmos africanos, el reggea o el sonido de las islas del Caribe rompe récords y traspasa fronteras.
La música latina ofrece algo tan simple y a la vez tan complicado como hacer pasar a la gente un buen rato. Como ya nos cantaban Daddy Yankee y Farruko "esto se hizo pa' romper la discoteca”. El público quiere bailar y los números no cesan de demostrarlo.