Las tendencias que cambiarán la industria musical

Con el desarrollo y el crecimiento del uso de las nuevas tecnologías, la industria de la música ha experimentado grandes cambios en los últimos tiempos. No obstante, la música grabada no queda en el olvido, y este sector se encuentra en ascenso exponencial. Este aumento aporta, sin duda, un toque de optimismo a esta amenazada industria.

Pero los tiempos cambian, así como también lo hacen las tendencias. En un estudio realizado por Julia Hernández de Industria Musical, conocemos algunas de estas tendencias que cambiarán la industria en un futuro no muy lejano.

Streaming vs. Radio

Pues sí. Internet ha bombardeado a lo conservador. El medio de comunicación tradicional por excelencia, la radio, se verá afectado. Tal y como explica Hernández, un 39% de los jóvenes entre 16 y 19 años escucha la radio, mientras que un 56% usa Youtube para escuchar y descubrir música. Esto se da, sobre todo, en los miembros de la Generación Z (mediados de los 90 hasta la década de los 2000).

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No conocen la radio, por lo que esta se convierte en irrelevante. Si a esto le sumamos la popularidad de los podcasts, el cambio podría ser inminente.

Streaming vs. Inflación

El precio medio de una suscripción de 9.99 dólares equivale hoy en día a 13.36 dólares, pero ningún servicio ha aumentado su precio. Nos encontramos ante la superación del streaming por la inflación. Para plataformas como las de Netflix, es muy sencillo adaptar su precio a la inflación, pero las musicales también deberán encontrar una solución para hacerlo.

Lo que sí queda demostrado es que existe una tolerancia en el mercado hacia los precios más altos, ya que lo usuarios de Apple están dispuestos a pagar 13 dólares por el cobro de iTunes.

Presión de Catálogo

Aunque hay artistas legendarios que aún podrían seguir funcionando para las discográficas en términos de ventas, es necesario que adopten un nuevo enfoque para revalorar el catálogo, ya que se está redefiniendo. Ya no basta con lanzar ediciones y paquetes especiales. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos y conseguir la originalidad idónea para continuar ganando beneficios de artistas ya consagrados.

Pero esto se complica, ya que las discográficas están firmando más acuerdos de label services en vez de quedarse con la titularidad de los derechos de las canciones y seguir creando catálogos.

Los label services

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, los propios artistas pueden crear sus discográficas virtuales. En este caso, las compañías discográficas deberán comunicar mejor los servicios que ofrecen, además de las cuestiones técnicas. De este modo, los artistas sentirían la necesidad y la exclusividad de las discográficas y éstas asegurarían su supervivencia. Algunos ejemplos de servicios únicos son personal dedicado, experiencia, mentoría y apoyo para el desarollo artístico...

Paquetes de contenido

Amazon fue el pionero con la suscripción Prime. En un futuro, podría ocurrir lo mismo con Apple y su Apple TV, lo que demostraría que la música es solo una pequeña porción de la tarta de contenidos digitales que se ofrecen. Es por ello por lo que deberá intentar destacar entre el resto.

Diversidad cultural

Desde el auge del streaming y Youtube, las colaboraciones con artistas latinos ha ido en aumento, convirtiéndose en hits internacionales incluso en territorios de habla no hispana. Por ello, nos encontramos ante una revolución cultural, en la que los artistas anglosajones ya no serán las únicas superestrellas, y en la que las audiencias estarán más fragmentadas.

La era post-disco

Antes, los artistas sentían la necesidad de publicar álbumes. Ahora, lo importante es lanzar canciones sueltas de forma periódica. Esto no solo cambia en el formato, sino también en la economía de las discográficas, que deberán adaptarse a una nueva era en la que los beneficios originados se reducen y los gastos en marketing y desarrollo de artistas se mantienen.

La cadena del formato

Primero eran las discográficas, ahora el streaming, ¿y luego? El foco de atención se encuentra en China, un país en el que el streaming ya no monetiza el consumo, sino que ha comenzado a monetizar a la base de fans.

Los tiempos cambian, pero la música persiste.