Alejandro Sanz sí lo tiene todo en #LaGira (hasta sorpresas como Camila Cabello)
El artista emociona en el concierto de Madrid con sus personas favoritas encima y debajo del escenario
Alejandro Sanz lo ha vuelto a hacer: ha enamorado con su música en Madrid. Y no era fácil porque las expectativas que se marca año tras año son casi inalcanzables: las 55.000 entradas del estadio Wanda Metropolitano se agotaron hace meses, no solo esas también las de Sevilla y Barcelona, las críticas de #LaGira están siendo muy positivas y sus fans estaban acampadas desde hacía días para verlo.
Una presión que siempre logra sacar lo mejor del artista que ha brindado un espectáculo digno de un maestro, digno de la "persona favorita" de los miles de asistentes que han presenciado un show "que no olvidará jamás", según sus propias palabras.
Una noche plagada de emoción tanto por sus fieles hacia él como del artista hacia sus seguidores, de alegría por contar con invitados de excepción, de nostalgia cantada a través de letras eternas, de reivindicación y solidaridad, de feminismo con hechos (gracias a una banda integrada casi por mujeres) y hasta de familiaridad con su hijo tocando entre ellas.
Un homenaje a sus fans: "Aquello que me dáis"
El show arrancaba, como en muchas otras ocasiones, con el inigualable Hoy que no estás que mezcla a la perfección una letra desgarradora con un ritmo capaz de sobrellevarla. Para seguir con Azúcar en un bowl y hablar directamente a su público:
"Madrid de mi alma, ¿cómo están?" eran las primeras palabras que Sanz dirigía a sus seguidores en una cita llena de complicidad hacia ellos. "¡Qué ganas tenía de que llegara esta noche. Si tuviera que volver a titular la siguiente canción la llamaría Aquello que me dáis" y sonaban los primeros acordes de otro de sus grandes aciertos de aquel Más.
Su público volvió a cantar Deja que te bese, Mi marciana, Looking for paradise, A la primera persona, Quisiera ser, Lo ves, Mi soledad y yo, y las eternas Y si fuera ella y Amiga mía. Y sonaron por primera vez en Madrid las nuevas Back in the city, Los lugares, Te canto un son y El trato, que describió como "el compromiso que tenemos con la vida de ir dejando una huella que merezca la pena, una huella bonita".
Turno para su "charquito de estrellas"
Entre los regalos que quiso brindar el artista madrileño no podían faltar sus "FAMS": invitados de excepción como Pablo Alborán con quien cantó No tengo nada, Dani Martín que interpretó Lo que fui es lo que soy y la gran sorpresa de la noche: Camila Cabello con la que se quiso "un poquito" para cantar Mi persona favorita. Tema con el que, además, ambos estaban de enhorabuena por haber logrado el Número 1 de LOS40 este mismo fin de semana.
Tampoco quiso dejar de lado el baile, tan imprescindible en estos show, y dio paso a Sara Baras que se comió el escenario deslizando por su cuerpo un vestido rojo que dio el toque de color a El Alma al aire.
Alexander Sánchez, su hijo músico
Otro de los momentos emotivos del concierto fue cuando Alejandro le dedicó a su hijo Dylan, Capitán tapón, la canción escrita para él.
Minutos más tarde, desvelaba que también estaba en el recinto su hijo mayor, Alexander Sánchez que, además, formaba parte de su banda. "En contra de la voluntad" del joven y entre risas, lo presentaba a su público: "Va por ti cariño" y daba paso a "La peleíta" y "El tren de los momentos", que su retoño acompañó con el trombón.
"Las cosas más bellas no tienen explicación"
Sin duda, otra noche mágica con Alejandro Sanz de anfitrión. Una velada aún con resquicios de sus 20 años de Más, que arrancó con uno de sus temas y acabó con otro: Corazón partío, porque por mucho que se despidiera el artista, nadie dejó su asiento hasta que prometió "bajar la luna para que juguemos".
Finalizaba el reencuentro con su público madrileño subrayando que: "Lo nuestro es algo inexplicable pero es que las cosas más bellas no tienen explicación".
Y así es, porque por mucho que Alejandro se empeñe en cantar que no tiene nada, su público con él lo tiene todo.
Paula Hergar
Periodista, redactora de LOS40 y mocatriz. Crecí creyendo que vivía en una serie de televisión y todo...