Bad Bunny, Dellafuente o Bad Gyal se hacen hueco entre los grandes de la electrónica en Sónar 2019
105.000 personas disfrutaron de la 26ª edición del festival barcelonés
Sónar 2019 podría recordarse como el Sónar más caliente de su historia. No solo por las temperaturas del mes de julio (históricamente abría sus puertas en junio), sino porque la escena urbana ha adquirido un protagonismo nunca visto hasta la fecha en el cartel del festival.
Dellafuente fue uno de los platos fuertes del Sónar By Day del viernes. El granadino regresaba al festival, esta vez a un escenario más grande, para desgarrar gargantas con su mezcla de trap y flamenco. Un artista urbano con un grandísimo directo, acorde al fuerte compromiso que su público deposita en él. Y así lo demostró, no únicamente al interpretar su éxito Guerrera (esta vez sin estar acompañado por C Tangana) sino también con Octava Maravilla, Consentía o Pa' mejor.
Los programadores del Sónar sabían que poner a Bad Gyal a las 18:00h del sábado iba a ser un buen reclamo para llenar el festival desde buena hora. Y no se equivocaron. El perreo se convirtió en el baile protagonista de Sonar Village a ritmo de Internationally, Fiebre o su recién presentada Hookah. Bikini fucsia, bailarinas flúor y autotune a tope hasta en la presentación de las canciones: un mix con el que presentó su nuevo espectáculo Bad Gyal Sound System y que convenció al público a juzgar por la gran afluencia de asistentes.
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Y como había ganas de más, Bad Bunny se encargó de desparramar todo su show sobre el escenario del Sónar Club en Sónar By Night. Los más puristas se tiraron de los pelos cuando vieron su nombre en el cartel de confirmados, pero fueron muchos más los que defendieron este aperturismo del festival acudiendo a verle, cantarle y bailarle. Su actuación estaba sembrada de dudas, pues Benito se encontraba tan solo unas horas antes manifestándose en Puerto Rico contra el gobernador del país. Los 20 minutos de retraso se hicieron eternos hasta que alguien completamente tapado (sombrero, malla de apicultor cubriendo su cabeza y gafas de sol) aparecía en escena. ¿Sería él? Era él. El puertorriqueño continuó en Barcelona con sus reivindicaciones al tiempo que había vibrar al público con sus éxitos Amorfoda, Solo de mí, el remix de Te boté o Callaíta.
Un festival que no pierde su esencia electrónica
Aunque estos artistas acaparan titulares por su novedad, Sónar 2019 ha continuado apostando fuerte para mantenerse como festival de referencia en música electrónica. El dúo británico Underworld desplegó el viernes por la noche una combinación perfecta de sonidos recién publicados y hits eternos, de esos que han pasado a la historia de este estilo de música. No podía faltar, por supuesto, su ‘Born Slippy’, el tema convertido en himno tras formar parte de la banda sonora de la película ‘Trainspotting’. Deep, techno, dub, house… estilos que se funden y que aceleran pulsaciones al ritmo de los BPM con un público completamente dispuesto a disfrutar de su show a pecho descubierto.
Disclosure tomaron el relevo de la noche del viernes en Sónar Club. Por primera vez en este festival, la pareja formada por los hermanos Howard y Guy Lawrence recordó por qué son referencia del house británico, con bajos atronadores que mantuvieron a lo largo de todo su DJ set.
El Sonar By Night del sábado estuvo protagonizado sin lugar a duda por el referente planetario Paul Kalkbrenner. El berlinés presentó las canciones de su nuevo trabajo ‘Parts of Life’, pero fue con sus míticas ‘Aaron”, ‘Part Eight’ y, por supuesto, ‘Sky And Sand’ con las que el público más disfrutó. Un DJ set elegante, con mezclas delicadas pero potentes que le consagran como una de las estrellas que ocupan el podium del techno mundial.
Por su parte, Kaytranada regresaba a Sónar varios años después de su última actuación en el festival. Mezclando hip hop, r&b, disco y house, el haitiano mantuvo la atención de un público muy agradecido que disfrutaba de sus ritmos melódicos al aire libre en Sónar Pub.
La belga Amelie Lens demostró con su techno enérgico y frescura juvenil sobre el escenario por qué enamoró al mismísimo Richie Hawtin tras escuchar una de sus sesiones. Y otra que lo está petando es HAAi. Esta australiana afincada en Londres apunta a ser uno de los nombres que más vamos a escuchar los próximos años gracias a sus sets relajados, hipnóticos, en los que pasa del techno al house, los ritmos tribales o el new acid.
Un festival para descubrir
Es seguramente una de las mayores alegrías que puedes llevarte de un festival: descubrir artistas con los que conectas al segundo y de los que, hasta ese momento, ni siquiera habías oído hablar. Nos llevamos dos de este Sónar 2019 (seguramente serían más, pero es imposible asistir, como es evidente, a las más de 140 actuaciones programadas).
El primer descubrimiento: Jarreau Vandal. Un DJ, productor y grafitero de Amsterdam, con una energía incontrolable y capaz de hacer mezclas a una velocidad increíble. Es hiperactividad en estado puro. En Sónar Pub presentó un DJ set juguetón, divertido, introduciendo remezclas de canciones del pop más mainstream.
El segundo descubrimiento: Red Axes. Son un dúo israelí, pero en Sónar Village actuaron en formato trío. Pusieron patas arriba el recinto al aire libre del Sónar By Day con sus remezclas acompañadas de percusión en directo. Fue una de esas sesiones en las que dejarse llevar, con una potencia tan abrumadora que resultaba fácil olvidar que todavía eran las 8 de la tarde del sábado.
Sónar 2019 ha experimentado la que, podría ser, su edición más complicada. La huelga de los riggers, que puso en jaque la celebración del festival, o el cambio de fechas al mes de julio han podido ser factores determinantes para que este año hayan experimentado una bajada de 21.000 espectadores. Aún así, 105.000 personas confiaron en un cartel y una organización tan precisa que solo un gigante con 26 ediciones a sus espaldas puede ofrecer y garantizar. Y, el año que viene, Sónar 2020 en junio, como siempre, para darle la bienvenida al verano de la mejor manera posible.