Por estos motivos Súper Empollonas es una de las películas del año

Y, sin duda, del verano

Súper Empollonas puede, a priori, sonar a título de comedia chusca y con mucha menos gracia de la que pretende. No es así en el caso de la película que hoy nos ocupa y que resulta ser el debú en la dirección de Olivia Wilde con Beanie Feldstein y Kaitlyn Dever encabezando un reparto de jóvenes actores.

La película llegó a los cines hace dos semanas y se quiso emparentar con Lady Bird (algo de eso hay, pero Wilde se toma menos en serio a sí misma que Greta Gerwig) e incluso con Súpersalidos (y con esta sí tiene bastante más relación). Y es que Feldstein es la hermana de Jonah Hill, quien interpretara la comedia de Apatow hace ahora doce años. Y ambas van de pasárselo lo mejor posible para persona que, en el fondo, no son nada divertidas.

Porque Súper Empollonas cuenta la historia de Molly (Feldstein) y Amy (Dever), dos chicas que en el último día de instituto se dan cuenta de que han sacrificado las fiestas, los besos y en definitiva, lo que todos los adolescentes hacen en su día a día, para conseguir llegar a sus universidades soñadas. Y lo consiguen, claro, pero al precio de ser dos raritas un pelín insoportables que sus compañeros no quieren tener demasiado cerca. Así que en esa noche harán todo lo que no han podido o querido en los años anteriores.

Y en esa noche contarán con un reparto de secundarios excepcional con una mención especial y matrícula de honor para Gigi, el personaje al que da vida la siempre infalible Billie Lourd (hija de la fallecida Carrie Fisher).

A grandes rasgos Súper Empollonas podría ser una comedia adolescente ligera y fresquita para el verano. No, Súper Empollonas es una película con dos portagonistas – una gorda y una lesbiana – en la que esos dos hechos diferenciales dan exactamente igual. Tanto al resto de personajes como al espectador y eso sí que es algo a destacar de esta película. Ninguna otra comedia con un tono tan irreverente y a la vez tan serio podría integrar con tan buen acierto el aspecto queer sin que parezca una imposición por aquello de la políticamente correcto en 2019.

Y ninguna otra película de adolescentes muestra a unos personajes tan reales, tangibles y humanos. Sí, hay algunos que rozan lo caricaturesco para conseguir lo cómico que toda comedia ha de tener, pero en su inmensa mayoría son adolescentes intentando sobrevivir como tales. Como en la tan laureada Euphoria que ha copado la conversación en estos días, pero sin la necesidad de recurrir al escándalo gratuito.

Súper Empollonas consigue imponerse como una de las propuestas más tiernas y reales en un año que parecía copado por superhéroes, remakes, franquicias a mucha velocidad y adaptaciones de clásicos en imagen real que nadie pidió. Todavía existe esperanza para el cine y para el público con pequeñas joyas como esta en este verano en el que las salas parecen un erial con propuestas fotocopiadas. No os la perdáis.

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