Taylor Swift podría sentirse amenazada en su propia casa
Ya decían que los extremos nunca son buenos...
Taylor Swift en los MTV Video Music Awards / SOPA Images (Getty Images)
Los extremos nunca han traído nada bueno, y sino que se lo digan a Taylor Swift, quien ha vuelto a protagonizar uno de los momentos más inesperados y terroríficos de su vida.
Nos remontamos a la mañana del pasado 28 de agosto, cuando la policía detuvo a un hombre que intentaba entrar en la casa de Taylor de Westerly. "No tenía armas, y los agentes lo llevaron al hospital para realizarle un test mental", asegura el medio TMZ.
Por su parte, el sujeto aseguraba haber hablado por teléfono con la artista, con la que "se iba a casar" en ese mismo instante. Fuentes aseguran que llegó al hogar de Swift en una camioneta blanca con varios garabatos dibujados en su exterior. Por fortuna, nuestra protagonista no se encontraba en casa.
LOS40
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Lo cierto es que no es la primera vez que la intérprete de You Need To Calm Down ha estado a punto de vivir uno de sus mayores sustos. De hecho, este mismo sujeto fue visto a mediados de agosto en la propiedad de la joven, no siendo el único que lo intenta.
A mediados de julio, un señor llamado David Page Liddle se presentó con un bate de metal dentro de una mochila, así como también guantes, cerraduras y una palanca. Tal y como confesó a los agentes, su intención era "ponerse al día con Taylor Swift". La policía le requisó las herramientas y lo detuo con una fianza de 10.000 dólares.
Pero no todo iban a ser malas noticias para la cantante. Taylor también vive una de las mejores etapas de su vida. Acaba de publicar su séptimo álbum de estudio Lover, que ya ha dado de qué hablar en todo el mundo, y no de manera negativa precisamente. Además, el pasado 26 de agosto se subió al escenario de Nueva Jersey para recoger sus premios de Vídeo del Año y Vídeo con Mensaje.
Sus seguidores se han encargado de enviar todo el apoyo del mundo a su artista favorita, a quien probablemente no le haya agradado recibir la noticia de este nuevo asalto. Esperemos que sea el último mal trago que recibe en su propia casa.
