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Muere el tercer acusador de Kevin Spacey en 2019: el expríncipe Ari Behn
Las teorías conspirativas ya han aflorado en redes sociales
Algo huele a chamusquina en el caso de acusación por abusos sexuales de Kevin Spacey. Eso, o el destino tiene una manera bastante retorcida de complicar las cosas. Linda Culkin, la persona que dio el chivatazo de que el actor de House of Cards había abusado de varios hombres jóvenes, fue atropellada por un Toyota a principios de año.
Después vino "Juan Nadie" (nombre utilizado en Estados Unidos para quien no quiere revelar sus datos personales), un masajita que acusó a Spacey de agarrarle los genitales en varias ocasiones durante sesiones de terapia. Murió por circunstancias desconocidas que aún no han trascendido a la opinión pública.
El tercero de la lista es Ari Behn, el escritor noruego y exmarido de la princesa Marta Luisa de Noruega, quien se suicidó este 25 de diciembre, día de Navidad, a los 47 años. Behn tuvo una mala experiencia con el actor cuando lo conoció: charlaron, se hicieron amigos, Spacey le dijo de salir a fumar un cigarro y, de repente, le agarró la entrepierna. Lo confesó en una entrevista radiofónica en 2017. El expríncipe noruego tenía problemas personales, una fuerte depresión y hace unos días acababa con su vida.
Tres acusaciones. Tres muertes. Culkin fue atropellada por un vehículo, pero el tipo que la mató no se dio a la fuga. Fue absuelto de todos los cargos. Lo curioso del caso es que Culkin había sido condenada en 2012 por acosar cibernéticamente a Kevin Spacey. ¿Una especie de venganza personal? ¿Las acusaciones de Culkin fueron tan reales como la condena de la justicia de Estados Unidos contra la mujer por acoso? Como enfermera dijo que varios pacientes habían explicado que el actor de American Beauty había abusado de ellos. Entonces decidió emprender una campaña contra él.
Un inquietante vídeo navideño
Del masajista poco se sabe, más allá de que falleció un mes antes de que los abogados llegaran a un acuerdo con la fiscalía. ¿Otra muerte fortuita? Quizás. Es muy probable. La conspiración nunca lleva a buen puerto. Pero el caso es inquietante, cuanto menos. Más después de que Spacey publicara el 24 de diciembre un vídeo en el que aparecía sentado frente a un fuego felicitando la Navidad.
"Ya sé lo que estaréis pensando... ¿Esto va en serio? Voy completamente en serio. La próxima vez que no os guste alguien podéis atacarlo, pero también podéis aguardar y hacer algo mejor: matarlo con sutileza", decía el actor, en un tono bastante creepy. El día siguiente Ari Behn aparecía muerto. El vídeo ya era inquietante de por sí, pero tras las azarosas circunstancias que rodean el deceso de sus acusadores se vuelven más endiabladas y escalofriantes.
Acusaciones desestimadas
Anthony Rapp, quien iniciara la campaña de acusaciones contra Spacey, declaró que a los 14 años el actor había tratado de abusar de él en una fiesta cuando el protagonista de House of Cards tenía 26 años. Rapp, que ahora forma parte del reparto de Star Trek: Discovery, dejó de cooperar con la justicia y los tribunales desestimaron los cargos.
Kevin Spacey se libraba así de su principal pesadilla, aquel joven menor de edad que lo acusó de abalanzarse sobre él en una fiesta. El actor, que nunca negó los hechos y simplemente dijo haberlo olvidado, confesó su homosexualidad en un tuit para distraer a la opinión pública de sus fines maquiavélicos, pero no surtió efecto. El #MeToo arrancado tras las acusaciones contra el magnate Harvey Weinstein (os contamos cómo va el asunto aquí) ya era imparable.
En verano la fiscalía desestimaba otro de los casos de acoso sexual que presuntamente cometió Spacey contra un joven de 18 años, al que emborrachó (la edad mínima para beber alcohol son 21 años) después de que le engañara diciendo que tenía 23. El acusado lo llevó a su casa y lo acosó. Sin embargo, el joven nunca reveló cuál fue el móvil de su acusación, y todos los cargos quedaron desestimados. La defensa concluyó que la estrella de Hollywood era inocente. ¿Qué pasará con las casi treinta acusaciones que pesan sobre él? ¿Hay algún mensaje oculto en el mensaje navideño?
Los usuarios de las redes sociales ya están desplegando toda suerte de teorías conspiranoicas. Algunos se preguntan si Kevin Spacey es realmente un Frank Underwood encubierto que utiliza los engranajes del poder y el dinero para acabar con sus enemigos. Probablemente todo sea una mera coincidencia y tales acusaciones infundadas un absoluto disparate, pero el morbo conspirativo es demasiado grande como para no prestarle atención.