Elísabet Benavent reflexiona sobre el amor antes del estreno de ‘Valeria’ en Netflix

“¿Para cuándo Valeria, que no me borro de Netflix por ella?”. Era la pregunta que le lanzaba una seguidora a Elísabet Benavent en su Instagram. Su respuesta no despejaba dudas: “Tendréis que preguntarle a Netflix 😅”. Pues nada, seguiremos esperando porque, de momento, la plataforma no suelta prenda.

Pero mientras, la autora ha terminado otra novela, Un cuento perfecto, ha disfrutado del éxito de alcanzar los dos millones de ejemplares vendidos y sigue compartiendo sus reflexiones sobre temas universales.

El último tiene que ver con el amor y las diferentes formas de entenderlo. “Quiérete, eso está claro, pero que te quieran también y que te quieran bonito. Que hagan sentir que tus palabras valen, que tienes algo que decir. Que esos defectos que te enloquecen cuando te miras en el espejo no existan en sus ojos pero que, si quieres cambiar algo en ti, encuentres su apoyo. Que sepan cómo despertar tu risa... y lo hagan. Porque si te quiere te hace reír”, escribía en sus redes.

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Y es que, en unos tiempos en los que la autoafirmación y el quererse a uno mismo está muy en boga, hay que reivindicar también el amor de los demás que, pese a que no es imprescindible, es muy necesario.

“Que te diga: ‘no, estás equivocaa’. Y que no pase nada cuando te equivoques. Que te abrace. Que sepa decir: ‘te quiero’, ‘te echo de menos’, ‘qué bonita eres’, ‘tienes un moco’, ‘contigo al fin del mundo’ o ‘calla ya, leche’... Que no te use para sentirse bien; que no te regale piropos envenenados. Que si brillas te espolvoree purpurina para que se te vea más, que nunca intente apagarte. Que de andar contigo no busque sólo el calor de tu abrigo. Que se acuerde de ti cuando viaja, aunque no viaje contigo. Que sepa lo que NO debe mencionar, porque te rompe. Que sepa cómo tratar tu herida. Que te respete. Que no siempre se ría contigo, nunca de ti. Que no alimente tus locuras pero las sobrelleve con paciencia (como tú las suyas, por supuesto) y que si se te antoja una sopa japonesa en pleno agosto, busque el mejor ramen de la ciudad”, añadía sobre lo que uno puede esperar del otro. Sin duda, una lista de cosas pequeñas que hacen un todo muy deseable.

“Que no permita que en tus días no suene música. Que quiera descubrir mundo a tu lado. Que nunca te haga sentir que tu cuerpo es un problema. Que sepa entonar el mea culpa. Que asuma cuando te hizo daño... y no lo vuelva a hacer. Que se cumpla, sea cual sea el tipo de amor, el respeto, las ganas, la empatía y la pasión. Quiérete, claro, lo suficiente como para no mantener a tu lado a quien no te quiere bien”, terminaba diciendo.